lunes, 25 de mayo de 2015

Fast Track

Faljoritmo

Jorge Faljo

El senado norteamericano aprobó la solicitud del presidente Obama para negociar por vía rápida, “fast track” un nuevo tratado comercial; la Asociación Trans - Pacifico, TPP por sus siglas en inglés. La votación fue de 62 votos a favor y 38 en contra, con los republicanos a favor y buena parte de los demócratas, incluidos sus dirigentes más destacados, en contra.

Este tratado empezó a ser negociado desde el 2005 y participan trece países: México, Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Nótese la ausencia de China.

Lo más notable y criticado es que las negociaciones son muy, muy, secretas. El documento es “top secret” en los Estados Unidos y cualquiera que revele algo del mismo puede ir a la cárcel.

A los congresistas, también bajo amenaza, se les invita a reuniones a puertas cerradas donde escuchan descripciones verbales del tratado y se les responde a preguntas. No pueden entrar con asesores, celulares, cámaras, grabadoras ni aparato alguno. De ese modo no podrán alegar que fueron engañados o demandar a sus informantes.

Si insisten en ver el borrador del documento van a un bunker donde pueden leer sección por sección y bajo la mirada de un vigilante. No pueden salir con apuntes, fotos o grabaciones de ningún tipo. Algunos que lo han leído se declaran en contra pero no pueden decir porqué. Al mismo tiempo se dice que cabilderos de poderosas transnacionales si lo conocen y participan en su diseño.

En abril pasado el presidente Obama se molestó con los que critican al tratado sin conocerlo y de manera genérica. La acusación incluiría a personajes como Joseph Stiglitz que ha declarado que se trata de “una bomba nuclear” hecha con un procedimiento antidemocrático en el que los parlamentarios y congresistas de los países incluidos desconocen su contenido. Señaló que tendrá efectos muy negativos por sobreprotección de derechos intelectuales que, por ejemplo, encarecerán medicinas y protegerán marcas, películas y más. Afortunadamente dijo Stiglitz, algo se puede saber gracias a wikileaks.

No se da a conocer, dicen los negociadores, para no debilitar la posición norteamericana en las negociaciones bilaterales. No les conviene, por ejemplo, que Vietnam se entere de las “concesiones” que obtiene Brunei. Un propósito del secreto es impedir que los países periféricos se pongan de acuerdo en posiciones compartidas.

Otro connotado economista, Paul Krugman, también premio Nobel, afirma que no es un tratado comercial puesto que los Estados Unidos y otros países ya no pueden reducir más sus aranceles y abrir más sus fronteras.

De lo que se trata es de modificar las leyes que protegen a las transnacionales y sentar a los gobiernos a negociar directamente con ellas, con sus abogados y expertos, en mecanismos de arbitraje privados. Las empresas tendrían el derecho de demandar a los gobiernos por utilidades cesantes o no realizadas. Ya hay ejemplos. El gobierno de Uruguay tiene una demanda multimillonaria por la tabacalera Phillip Morris debido a su campaña antitabaco. Esto es posible por un tratado internacional que firmó ese país.

Una mayor protección “intelectual” ampliaría en muchos años la exclusividad de las patentes e impediría que los países puedan recurrir a medicamentos genéricos. Sobre todo, de manera general, impediría que cualquier país pueda hacer nuevas leyes, así sean favorables a la salud, o al medio ambiente, o simplemente por decisión democrática de su población, si es que afectan las ganancias empresariales.

La gran pregunta es: ¿Porque el Congreso norteamericano acepta no ser consultado y aprueba el fast track? La respuesta es sencilla; prefieren no saber y no quieren la responsabilidad de aprobar un tratado que podría ser bastante malo para sus representados. Aprobar la vía rápida y secreta es una manera de apoyar el nuevo tratado comprometiéndose lo menos posible. En lugar de discutirlo el secreto es casi casi patriótico. Más adelante podrá ser aprobado por la mitad de los votos más uno; en lugar de las dos terceras partes que marca su constitución para tratados internacionales.

Lo anterior es cierto no solo para los congresistas norteamericanos, sino para los de todos los países. Hacen a un lado sus responsabilidades sobre asuntos verdaderamente importantes y distraen a la opinión pública discutiendo asuntos menores. Hemos llegado al punto en que los representantes elegidos democráticamente en una docena de países prefieren, en los hechos, el autoritarismo.

Se acercan cambios incluso de mayor importancia que la firma del TLC. Paradójicamente un tratado internacional puede ser trabajado con mayor secrecía y posteriormente ser aprobado sin tanto problema que una reforma constitucional. Pero su fuerza no es menor; es incluso superior en la medida en que su instrumentación es vigilada por otros gobiernos, incluso el norteamericano y en que su incumplimiento puede dar pie a sanciones monetarias decididas en instancias privadas a las que aceptamos someternos.

México está negociando el mismo tratado; y nuestros diputados y senadores también aceptan ser hechos a un lado. Así no se responsabilizarán de sus consecuencias, entre ellas una fuerte pérdida de soberanía.

lunes, 18 de mayo de 2015

A través del cristal.

Faljoritmo

Jorge Faljo

Vitro, una empresa líder de la manufactura mexicana, con más de cien años de antigüedad, vendió su división de envases para alimentos y bebidas a una empresa norteamericana. Lo cual incluye cinco plantas de manufactura en México, una en Bolivia y su red de distribución en los Estados Unidos.

La venta, por un total de 2.2 mil millones de dólares, se hizo a Owens-Illinois que es “el” gran gigante mundial de la fabricación de contenedores de vidrio para alimentos y bebidas. Si se incluyen subsidiarias y franquicias, O-I fabrica alrededor de la mitad de los envases de este tipo en todo el mundo.

Este es el capítulo final de una historia de reducción de la presencia internacional de Vitro. De vender su producción en 70 países cayó a solo 34; también su volumen de ventas bajó a la mitad. En algún momento esta empresa ocupó el tercer lugar de ventas mundiales y parte fundamental de su mercado eran la fabricación de botellas para cervezas y refrescos en México. Pero su mercado interno se le globalizó en la medida en que se vendieron las grandes cerveceras y tequileras ex mexicanas.

Se trata de una tendencia mundial que hace que las negociaciones para, por ejemplo la compra de insumos, ya no se ubique en los espacios nacionales. El trato entre conglomerados internacionales cada vez más grandes se realiza en los espacios centrales.

La historia de Vitro, como las de muchas otras industrias, señala que la posibilidad de nuestras grandes manufactureras de competir a nivel global tuvo su momento de auge pero, conforme avanza la globalización, esta se reduce. El dogma globalizador es implacable: los no competitivos desaparecerán. Podríamos añadirle que, en nuestro caso, los medianamente competitivos se venderán. Solo parecen ir quedando tres grandes opciones: destrucción de la pequeña y mediana producción; venta de las empresas medianamente competitivas y amasiato, o sea una relación de privilegio con el gobierno.

No culpo de incompetencia a los numerosos empresarios que han decidido vender. Han competido con una piedra en el zapato, un peso caro, que obliga a compensarlo con salarios de hambre. Esto suspendió desde los primeros años ochenta la posible formación de un mercado interno amplio y a la vez profundo, vigoroso. En lugar de ello la inequidad nos dividió en dos mercados, uno profundo, de alto poder de compra, pero pequeño y elitista; otro extenso, pero superficial, para una mayoría con muy baja capacidad de demanda.

Paréntesis: ¿No es una vergüenza que los jornaleros de San Quintín tengan que luchar por 200 pesos al día y seguro social? Del lado norteamericano ganan diez veces más que aquí y la producción es para el mismo mercado y precios. Creo que en las clases de historia patria (¿la estudian las elites?) la secuencia de grandes huelgas será Cananea, Rio Blanco, San Quintín).

Regreso. La venta de Vitro se contabilizará como Inversión Extranjera Directa –IED-, y ayudará a cumplir las metas de nuestro gobierno. Solo que Vitro empleará esa lana para pagar sus deudas en el exterior. Lo que obliga a recordar que las grandes empresas del país han aprovechado las bajas tasas de interés norteamericanas para endeudarse en dólares, incluso con fines especulativos más que de inversión. Esto prepara el camino para que la suerte de Vitro se repita en muchas otras.

Las también recientes ventas de Iusacell y de Nextel a la AT&T, la segunda transnacional de las telecomunicaciones más poderosa del mundo por un monto de 4.37 mil millones de dólares también constituyen entradas de dólares por IED.

En general las ventas patrimoniales de aparato productivo se han facilitado después de la crisis del 2008 por la estrategia de creación monetaria en los Estados Unidos (algo así como imprimir dólares en abundancia) que los convierte en fuertes exportadores de capital. Sus conglomerados pueden pedir prestado a tasas muy bajas y usar ese dinero para comprar empresas en países periféricos.

Si le rascamos un poco más al asunto podemos decir que lo que compran es mercado. En esta perspectiva Vitro no solo vende sus plantas. En la práctica vende el mercado nacional de envases de vidrio; un buen conjunto de consumidores cautivos. Iusacell y Nextel venden su participación de mercado y un potencial de expansión. Comprar mercado es el mayor interés de las transnacionales en un contexto mundial de sobreproducción, es decir de escasez de demanda generalizada.

Con estos dólares se puede posponer la devaluación del peso al nivel que le correspondería dadas las relaciones comerciales y financieras, siempre deficitarias, con el exterior. Pero como lo demuestra nuestra historia, la entrada de IED se convertirá en un tiro por la culata. Es una forma de endeudamiento que, después de la inversión inicial, provoca la salida de dólares en forma de ganancias remitidas a las casas matrices. Lo que solo puede contrarrestarse vendiendo más empresas o endeudándonos más; y así, sucesivamente. Una especie de adicción y círculo vicioso que terminó mal en 1981 y 1994.

Este problema se inscribe dentro de otro mayor. Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía señala que el desarrollo tecnológico asociado a la desigualdad es un gran reto. La tecnología nos lleva a que se requiera cada vez menos trabajo; como sobran los que quieren trabajar se les puede pagar cada vez menos a los que se les concede el privilegio.

La IED se asocia a avances tecnológicos que permiten el acaparamiento del mercado por cada vez menos empresas que destruyen a la competencia. Triunfan las que menos trabajo requieren y se destruye a las más empleadoras. Eso genera la actual situación de abundancia, escaparates y bodegas atiborrados; empresas trabajando a media capacidad y rumbo a la quiebra; y masas sin dinero para comprar.

Hay que pensar en un ingreso ciudadano mínimo, se tenga o no empleo, financiado con impuestos que paguen los que producen mucho y pagan poco. De otro modo ese diferencial en crecimiento puede ser letal para la convivencia nacional.

lunes, 11 de mayo de 2015

Inversión Extranjera y elecciones

Inversión Extranjera Directa y elecciones
Faljoritmo

Jorge Faljo

El Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, acaba de declarar que el ritmo de entrada de Inversión Extranjera Directa -IED- registrado en los dos primeros años de la actual administración federal, “lleva al compromiso de cerrar el sexenio con inyecciones de capital superiores a 180 mil millones de dólares”.

Curiosa elección de palabras porque eso de llevar al compromiso no parece claro. Yo creo que compromiso no hay por parte de nadie. El Señor Secretario afirma, simplemente, que todo va a seguir igual. De lo que por cierto no se puede estar seguro porque si algo muestran las cifras es la irregularidad de estas entradas de capital… y eso sin contar las salidas.

Es más bien un juego de adivinanza en que nuestros altos burócratas no se han distinguido por su buen tino. Me recuerda a las galletas de la suerte del café de chinos que siempre ofrecen viajes y riquezas inesperadas. Yo las guardo cuidadosamente por aquello de poder luego reclamar el compromiso.

Lo importante es que el Sr. Secretario, basado en los registros de los dos últimos años piensa que en el sexenio entrará esa cantidad de dólares. Según datos del Banco de México en 2013 y 2014 entraron casi 67 mil millones de dólares –mmd- de IED. Hasta aquí vamos bien, solo que también salieron casi 21 mmd que los mexicanos sacaron del país. Entonces la entrada neta fue, en promedio de 23 mmd.

Si extendemos la mirada a tres años y debido a que la IED del 2012 fue negativa, el promedio se cae a solo 11 mmd. Así que en realidad con las cifras de los últimos años podemos decir cualquier cosa y el cálculo esperanzado del secretario de economía implica que se podrá atraer muchos más dólares que en los últimos años. Ésta fue la apuesta de la reforma energética y por eso ahora se le ceden incluso los campos anteriormente reservados para Pemex.

La cifra elegida, de 180 mmd de inversión externa en el sexenio, corresponde gruesamente a lo necesario para cubrir el déficit de cuenta corriente; es decir el que calcula comercio, remesas y el pago de intereses de la deuda. Así que en el fondo lo que dice es que vamos a estar equilibrados.

Puede que sí, puede que no. Mejor nos enteramos cuales son las áreas atractivas a esa futura inversión. De acuerdo a lo declarado estos capitales llegarán a invertir en manufacturas para la exportación; desarrollo urbano en viviendas y corporativos para ofrecer servicios a la industria energética (en Yucatán, por ejemplo), y en los sectores automotriz, aeroespacial y desarrollador de tecnologías de la información.

Ya me aprestaba a criticar sus afirmaciones cuando caigo en la cuenta de que tengo que meter reversa. Si hubiera dicho que habrá inversión para el mercado interno yo me permitiría recordar que este mercado se enaniza, que la población gana cada vez menos y ni siquiera tenemos inflación por la peor de las razones; no hay demanda.

Pero el Sr. Secretario apunta solamente destinos de inversión encausados a la exportación. Esta medianamente en lo correcto; nadie querría invertir para producir lo que consumen los mexicanos.

A la “noticia” de la entrada de IED se le dio el mayor vuelo posible y ocupó la primera plana del periódico el financiero. Ocurrió en el marco del encuentro sobre comercio en América Latina recién celebrado en Cancún. En ese evento el presidente de México estuvo acompañado por los de Haití y Panamá.

No hubo más capacidad de convocatoria pero de cualquier modo era indispensable aprovechar el escenario para dar una buena noticia. Y hubo que encontrar una ubicada en el futuro porque las del pasado y el presente son escasas.

Mi hipótesis sobre cómo es que una nota tan optimista como poco sustentada se coló a la primera página es doble. Por una parte no tenía competencia; hay poco bueno que decir. La segunda parte de mi explicación es que nos acercamos a las elecciones del 7 de junio y la cúpula gobernante está rebobinando las neuronas para generar buenas noticias distintas a los crímenes de los malos; las matanzas de los buenos; la corrupción y fraudes de prácticamente todos.

Se acercan las elecciones y hay que llegar cargados de noticias optimistas. No solo para el pueblo; también para todos los que podrían dudar de la estabilidad de la economía y querer protegerse comprando dolaritos. Están también los que pueden dudar de la atinada conducción del país y podrían querer votar por otro partido. Solo que ¿cuál otro partido? ¿qué no todos son el mismo?

El mensaje de fondo es que sigue la estrategia de atraer inversión externa, fortalecer al peso y producir para exportar. Solo que con un peso caro es difícil exportar, a menos que se produzca con mano medio muerta de hambre. Y de acuerdo a las estadísticas del CONEVAL esa es exactamente la situación. A más pobreza mayor competitividad internacional de la economía.

No faltan voces dignas, como las de la Sra. Alicia Bárcenas, una mexicana que es Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y que en Cancún dijo que la igualdad debe ser el motor del crecimiento económico; es decir elevar los ingresos de la población y la tasa fiscal para generar demanda e impulsar la producción.

Solo que entre la estrategia de crecer hacia afuera, con empobrecimiento masivo, y crecer hacia adentro, elevando los ingresos de la mayoría, hay una distancia tremenda. Y en la segunda no creen nuestras elites a pesar de que el país se les desmorona.

Tenemos elecciones en puerta, y con ello la oportunidad para que demos un mensaje contundente de hartazgo y de necesidad de cambio.

domingo, 3 de mayo de 2015

Invasión de Pateras

Faljoritmo

Jorge Faljo

Una patera es una embarcación no muy grande, sin cubierta, por lo general de madera y que al estar cargada sus bordes sobresalen poco del agua. Son construidas para navegar en aguas no agitadas y para trayectos cortos.

Ahora se ha popularizado el término debido a las noticias cotidianas sobre los migrantes que salen de África para intentar llegar a Europa, en particular a Italia, España y Malta. Lo hacen sobre todo en este tipo de embarcaciones, aunque también en balsas, botes inflables o lo que se pueda. Patera se está convirtiendo en el nombre genérico de cualquier embarcación frágil y repleta de desesperados.

Las imágenes de estos inmigrantes abundan en internet y son impresionantes. Se ven a seis, veinte o más de un centenar de gentes, según el tamaño del bote, apiñadas, sin espacio para moverse, sin equipaje más allá de la ropa que traen puesta, sin alimentos o agua, sin manera de hacer sus necesidades fisiológicas excepto sobre la borda. De todas las edades, hombres y mujeres, e incluso madres con bebés. La gran mayoría sin chaleco salvavidas o protección alguna.

Son embarcaciones sobrecargadas empujadas por un motor fuera de borda que no da el ancho por su escasa potencia. Los que suben al bote son esquilmados por criminales dispuestos a sobrecargarlo sabiendo que nunca lo recobrarán. Los embarcan incluso sin el combustible necesario para llegar al otro lado del mediterráneo.

Todas las semanas mueren cientos o miles cuando zozobran. Pero también cuando tienen suerte y su es interceptada y rescatada, o si llegan a la costa, resulta que muchos han muerto por congelamiento, por sed, por insolación o por hambre. Muchas madres llegan con los cadáveres de sus hijos.

Cada bote es una mezcolanza racial, religiosa, de nacionalidades y lenguas. Porque llegan de Chad, Costa de Marfil, Egipto, Libia, Mali, Marruecos, Nigeria, Siria, Sudán, Tunes y más países. Hay musulmanes, cristianos, animistas y hablan diversas lenguas. Ya en el bote surgen animosidades y en ocasiones, impulsados por el pánico hacen alianzas momentáneas sobre bases religiosas, de raza o lengua para arrojar al mar a los que consideran distintos y carga sobrante.

Conocen los riesgos del viaje y de que al llegar sean internados y regresados. Pero la desesperación los impulsa. En el último año y medio, la marina italiana ha rescatado a más de 200,000 migrantes en el mar mediterráneo.

Hace unos días, el 23 de abril, ser reunieron los jefes de gobierno de Europa para tratar el asunto. Lo hicieron porque sobre todo Italia y Malta, entre los más afectados, así lo exigían. Iniciaron su sesión con un minuto de silencio en memoria de los 800 inmigrantes muertos en un solo naufragio frente a las costas de Libia, el domingo anterior. Su pesar no quería decir que estaban dispuestos a hacer mucho por los refugiados.

Inglaterra por ejemplo está dispuesta a emplear barcos de su flota de guerra para ayudar a la marina italiana en el rescate de inmigrantes; pero con la condición de desembarcarlos en el país más cercano, que sería Italia, de ninguna manera en su propio país.

Los 28 países de Europa enfrentan una terrible crisis humanitaria, pero no dan muestras de avanzar hacia una política consensada. Los países del norte están dispuestos a dar apoyo económico a los del mediterráneo pero no a aceptar refugiados. Hay países como Alemania y Suecia que ya reciben muchos refugiados que llegan por tierra o incluso por avión y medios de transporte formales. Ellos consideran que ya están haciendo su parte.

Otro punto a considerar es que en toda Europa se están fortaleciendo los partidos y grupos políticos que están en contra de la inmigración. Avanzan en número de votantes y se radicalizan en contra incluso de los que llegan de otros países europeos, no se diga musulmanes o africanos. La crisis económica le ha pegado a buena parte de la población, el desempleo es alto, los salarios han caído y los servicios públicos se han deteriorado. En esas condiciones la generosidad y el humanitarismo se encuentran muy cuesta arriba.

La situación amenaza convertirse en un problema fuerte de diferencias políticas entre gobiernos. Italia, por ejemplo, pidió apoyo económico para lanzar operaciones de rescate humanitario de amplio alcance. Otros gobiernos opinan que solo a una distancia de 30 millas de la costa, o que un verdadero esfuerzo de rescate provocaría que muchos más se arriesguen y crezca la avalancha de refugiados.
Han discutido incluso la posibilidad de intervenciones militares en las costas africanas para destruir las pateras antes de que puedan ser empleadas. Pero es difícil distinguir las que se usan para pesca y otros propósitos de las que pueden ser empleadas por quienes organizan el negocio de embarcar a los desesperados de maneras inseguras, criminales.

Grecia, agobiada por las presiones de Alemania, España y otros, amenaza con abandonar su responsabilidad de contener a los migrantes. Su ubicación le permitiría dejar pasar a millones hacia el resto de Europa. Lo que más que plan verdadero es amenaza para negociar mejores condiciones con Alemania y los demás.

El problema podría llevar a Europa a la ruptura en acuerdos que son parte esencial de sus políticas. Una de ellas la de libre tránsito y libertad de trabajo en cualquier parte.

Ahora los líderes de los países industriales deben poner cara compungida y guardar minutos de silencio por los miles que escapan de lo que ellos contribuyeron a crear. Millones quieren huir de países cuya producción ha sido semi destruida para convertirlos en proveedores de materias primas, clientes de manufacturas y desempleados. Nosotros bien lo sabemos.

Urge que los poderosos piensen no solo en los miles que mueren intentando salvarse del desastre global. Hay que enfocarse en los millones que quedan atrás y a los que el neoliberalismo les impide producir. Como a nosotros.