Escándalo
financiero mundial
Jorge Faljo
Un escándalo financiero
recorre el mundo. Se encuentra en crecimiento y tiene ya todo el potencial para
ser definido como el mayor fraude bancario de lo que va del siglo. Habrá de generar
centenares de demandas legales importantes en los próximos años y cuestiona a
fondo la filosofía neoliberal de libre mercado. Se trata de la manipulación de
la tasa Libor de interés interbancario. Para entender la importancia del asunto
es necesario abordar su contexto.
Vivimos en una economía
mundial en que la globalización creció sobre la base de endeudar a todos. Se endeudaron
a fondo los gobiernos del planeta; la mayor parte de los países; las clases
medias consumidoras de países ricos y pobres; la mayoría de las empresas periféricas.
Unos pocos han prestado, el famoso 1 por ciento y la mayoría, el 99 por ciento,
está endeudada.
He abordado el asunto de
fondo en otros artículos, pero parece necesario un párrafo sobre el punto: Las
empresas monstruo se quedaron con los beneficios del incremento de la
productividad de toda la humanidad (en una época de maravillosos avances
tecnológicos y productivos); es decir que se negaron a pagar mejores salarios e
impuestos. Por lo contrario, redujeron ambos. Para vender su producción moderna
lo que hicieron fue prestar sus enormes ganancias. Hasta que los gobiernos y
consumidores incluso de los países industrializados llegaron a sus límites de
capacidad de endeudamiento (y pago) y entramos en esta crisis sistémica global.
El caso es que en un planeta
caracterizado por el endeudamiento generalizado la economía, la producción, el
empleo y el bienestar se ven afectados de manera importante por el nivel de las
tasas de interés. Ellas determinan los costos de las deudas; es decir lo que
unos pagan y otros pagan. Y casi todos o cobran, o pagan.
Por razones históricas
evidentes Inglaterra, Londres en particular, se desarrolló como el centro de
las finanzas de un imperio que cubría el 25 por ciento de la superficie
terrestre y de hecho del planeta entero. Cierto que en el último siglo está
importancia ha disminuido pero continúa siendo, cuando menos para algunas
tareas, el centro financiero de mayor peso mundial. Una de sus facultades es la
de fijar la principal y más reconocida tasa de interés del mundo, la tasa
interbancaria de Londres; en inglés la London
Interbank Ofered Rate, o Libor.
Esta tasa de interés se fija
diariamente, para el día, la semana y otros periodos, en el centro financiero
de Londres y es la principal base de referencia de las transacciones financieras
internacionales que, a su vez, determinan el comportamiento de las tasas de
interés de muchos países. Es común que los grandes prestamos se hagan a una
tasa de interés variable que se acostumbra indicar, por ejemplo, como Libor+1,
Libor+1.5 o por el estilo.
Se calcula que la Libor
afecta directamente entre 500 y 800 millones de millones (trillones en español)
de dólares de contratos de deuda existentes. Digamos que entre 4 y más de seis
veces el Producto anual norteamericano.
Imagine Usted que esa tasa
de interés haya sido manipulada así sea tan solo decimas de punto porcentual
hacia arriba, o hacia abajo. Eso es precisamente lo que se está descubriendo,
manipulaciones al alza y a la baja en distintos momentos dentro del periodo
2005 - 2009. En cualquier caso siempre respondiendo al interés de los bancos.
Para los puristas del
pensamiento neoliberal las tasas de interés las fija el mercado; esa especie de
dios intangible e invisible pero omnipotente y sabio sobre el que predican los
sumos sacerdotes del poder. Ahora resulta que ese mercado presenta debilidades,
sesgos y mezquindades de las que la mayoría solo nos podemos dar cuenta en
estos golpes de crisis.
Es común que los bancos se
presten entre sí. Por ejemplo los bancos alemanes a los bancos españoles y
griegos; y entre bancos de un mismo país. La tasa Libor se fija mediante
información proporcionada diariamente por los bancos ingleses sobre las tasas
interés que pagan, o que creen que tendrían que pagar, por prestamos entre los
mismos bancos. Esta información no verificada está basada no en hechos reales
sino en sus percepciones; y estas se ven altamente influenciadas por lo que les
conviene. En la estructura interna de los bancos, y para protección de sus
altos ejecutivos, la tarea se deja en niveles menores de operadores bancarios
que están en contacto directo con inversionistas y directivos que les
transmiten lo que les convendría que ocurra.
Ahora bien, en el juego de las
conveniencias encontradas lo que predomina puede variar. Por ejemplo, se
investiga si sobre todo entre 2005 y 2007 predominó una tendencia al alza
conveniente a los prestamistas y que hizo pagar mayores costos a millones de
endeudados. Por ejemplo en préstamos hipotecarios de alto costo.
Entre el 2007 y el 2009 parece
ocurrir lo contrario. Muchos bancos enfrentaron dificultades económicas para refinanciarse y
pagar a sus propios inversionistas. Algunos tuvieron que ser rescatados. Desde
entonces les ha convenido influenciar las tasas a la baja. Lo curioso es que
decir que podían obtener préstamos baratos fue una manera efectiva de
abaratarlos. A fin de cuentas lo que se afirma es que el interés de unos pocos
en el centro de la cebolla financiera, arreglaron las cosas de acuerdo a su
conveniencia y eso tuvo repercusiones globales.
Hasta ahora solo un banco ha
sido multado por la Financial Service Authority inglesa y el Commodities
Futures Trading Comission norteamericano. Se trata del Banco Barclays que pagó 450 millones de dólares por manipular las tasas
de interés y cuyo director, Robert Diamond, tuvo que renunciar. Su principal
defensa ahora fue que otros también lo hacían. No queda en la ruina, tan solo el
año pasado tuvo ingresos por 50 millones de dólares.
Que otros lo hacían en
Inglaterra y Europa es lo que se está destapando. Además de las mencionadas
otras siete autoridades regulatorias de diversos países han iniciado
investigaciones sobre, hasta ahora, 24 bancos de nivel internacional. Las
autoridades norteamericanas se han convertido en las principales impulsoras de
investigar y sancionar, incluso con penas corporales, a los autores de los
hechos. En su sistema judicial eso es un fuerte incentivo para que los bancos
se apresten a declarar de manera voluntaria para, al aceptar multas por la vía
civil, evitar castigos por la vía penal.
Los analistas
internacionales prevén un destapamiento progresivo de esta manipulación, banco
por banco, con los que se podrá, si cooperan, llegar a acuerdos limitados a
multas. Pero lo realmente fuerte vendrá de otras dos vertientes.
Una será la de miles de demandas
judiciales provenientes de todo el planeta y que pondrán en juego el destino de
cientos de miles de millones de dólares. Se ven afectados lo mismo fondos
soberanos árabes, fondos de pensión norteamericanos, que gobiernos y
consumidores endeudados. Grandes inversionistas y grandes endeudados están
interesados en el asunto dependiendo de los resultados y del sentido de la
manipulación en distintos momentos. Se tratará en muchos casos de pleitos entre
gigantes, bancarios, financieros, institucionales y otros.
La otra vertiente de cambio
es el derrumbe de otro de los mitos neoliberales: el de la pureza y objetividad
del funcionamiento del sistema financiero. Hacía pocos meses, Diamond, el
banquero que perdió su empleo, reclamaba con soberbia que era la hora de “dar
vuelta a la página y terminar con los ataques a los banqueros que son
indispensables para la marcha económica de un país”.
A su pesar, las
investigaciones en marcha hacen converger nuevas presiones de la economía productiva,
la sociedad y algunos sectores institucionales por instrumentar medidas
efectivas de regulación sobre los poderosos del planeta y la manera en que han
llevado a pique a la economía mundial.
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