lunes, 23 de marzo de 2015

De todo y nada

Faljoritmo

Jorge Faljo

Se aproxima la hora de entregar mi artículo semanal y aún no puedo definir el tema a tratar. El problema es que todos los asuntos a la vista me parecen temas muy sobados; no solo por los otros analistas sino por mí mismo.

Podría hablar del aumento del precio del huevo. Entonces hablaría de recuerdos de mis vacaciones en una pequeña ciudad de Jalisco hace algo más de 50 años. Vienen al caso porque entonces, uno o dos días a la semana sacábamos de sus jaulas a las encogidas gallinas de mi tía y las dejábamos moverse libremente durante unas horas. Luego en la tarde había que corretearlas para atrapar una por una y regresarlas a una jaula.

Eran algo más de 400 gallinas en el traspatio de una linda y vieja casa pueblerina, donde a un lado se encontraban las viejas letrinas de pozo donde daba miedo ir en la noche. Con esas gallinas todos los días se llenaba una caja de exactamente 360 huevos que ya traía la marca de la empresa distribuidora. Sobraban algunos huevos y no recuerdo que se hacía con ellos, tal vez venderlos directamente en el zaguán de la casa.

Unidades de producción así, informales, pequeñas, sobre todo para el abasto local, había decenas de miles en el país. Fueron destruidas y ahora cinco o seis empresas gigantescas, productoras y distribuidoras, dominan el mercado de lo que es la principal fuente de proteínas de los mexicanos. Las alzas de precios son recurrentes y para millones la solución solo puede ser recrear la producción y el empleo locales lo que no sería difícil de diseñar sobre la base de programas sociales enfocados en la comercialización dentro del sector social de la economía. Pero lo fácil, el enfoque moderno, es importar. Así fue como se destruyó el sector.

O podría escribir sobre la decisión, una de las pocas atinadas, de posponer el plan de desgravación de las importaciones de textiles y ropa. Un poco de control en las importaciones ha logrado disminuir la entrada de mercancía subvaluada y darle aire a la producción interna. A pesar de ello la producción de ropa en el 2014 se redujo en 2.1 por ciento. Pero no fue por mayores importaciones subvaluadas; sino simplemente porque la población se empobreció.

Otro tema posible pero sobado sería el del próximo encuentro entre Alex Tsipras el primer ministro de Grecia y Ángela Merkel, Canciller de Alemania. Hablaría de cómo Grecia se encuentra continuamente al borde de la quiebra si no le renuevan los préstamos para que siga pagando sus deudas. Deudas que adquirió por su déficit comercial con el resto de Europa y que apoyaron el desarrollo industrial de otros. Ese encuentro es otro de los pequeños triunfos que va consiguiendo Grecia en sus pasos para ablandar las condiciones de “austeridad” que le impone Europa.

La carta fuerte de negociación de Grecia es la posibilidad de que tenga que salir abruptamente del Euro en medio de una grave crisis que destruiría la credibilidad de la Unión Europea y generaría una crisis humanitaria. No sería lo mismo para Europa tratar de contener la migración de africanos en el mediterráneo que la de griegos ya dentro del continente. Una situación que podría ahondar diferencias políticas dentro de cada país europeo.

En este mundo de exclusión creciente la única carta de negociación que les va quedando a los marginados y empobrecidos de Grecia, del mundo y de México es su capacidad de estorbar. Cosa que los que aún no somos excluidos tendremos que aguantar, no sin enojos, cada día más.

Otro tema es el de los altibajos del dólar en un país, el nuestro, que decidió globalizarse más que los demás y fragilizar su producción, su empleo y sus finanzas colocándose de pechito ante los vendavales financieros donde los grandes jugadores buscan ganar miles de millones de dólares en instantes mediante el método de apretar las teclas correctas en las computadoras.

Juegos que pueden destruir empleos, empresas y sectores productivos también en segundos. Nosotros somos meros “daños colaterales” porque no me atrevo a llamarlo “fuego amigo.

Ni modo de volver a hablar de la ineficacia de los controles fiscales a las grandes fortunas y de cómo aquí, a diferencia de los Estados Unidos, Bélgica, España, Francia y demás, se decidió no investigar las fortunas ocultas que se descubrieron en Suiza.

Otro tema sería el artículo de la revista británica The Economist sobre el despido de Carmen Aristegui señalando el control político de la prensa en México y de cómo esto podría ser parte de los preparativos de control de información previos a las próximas elecciones. Una raya más al tigre del desprestigio internacional de este régimen y que posiblemente contribuye a explicar porque Peña Nieto regreso de su paseo en la carreta de oro de la reina de Inglaterra sin lograr concretar el anuncio de inversiones externas relevantes. La línea de crédito por mil millones de dólares para que les compremos fierros no llega ni a premio de consolación. Parece que 200 acompañantes y ponerse frac no basta.

Así que hoy no escribo de nada, les ruego paciencia y tal vez la semana que entra me regrese el entusiasmo; esa pequeña sensación de que vale la pena hacerlo porque así se da un pequeño empujoncito para mejorar el mundo. Lo que en mi actual estado de ánimo me parece presuntuoso.

2 comentarios:

  1. Sr. Faljo es difícil comentar de las problemáticas de índole nacional e internacional que al final del día lo llevan hablar de lo mismo: corrupción, impunidad, desempleo, bla, bla, bla. Déjeme platicarle algo, ahora que comentó de las granjas de pollos. Su servidor trabajo en una planta avícola hace ya unos buenos años, mi puesto era conseguir los granos de maíz o de sorgo (de acuerdo a los tiempos de las cosechas de los estados) para una planta mediana de producción a comparación de los monstruos de Pilgrims, Bachoco o Pearson. Ahí me di cuenta de la gran organización empresarial en que convirtieron a las granjitas mexicanas, inyectando seriamente inversiones financieras para sacar buenas sumas de dinero. Se convirtieron, pocas empresas, en el dominio del mercado de México, sin competencia y repartiéndose los estados de la república a como quisieron (son una mafia), ante la mirada y consentimiento gubernamental. Por eso pueden imponer los precios del huevo para plato y la carne de pollo, solo regidos por el mercado de EUA, pues la mayoría de ellas son transnacionales (no pueden ponerse el pie ellas mismas). No obstante esto, es admirable su forma organizativa y operacional, son muy eficientes y eficaces, hay que reconocerlo. Y para no hacerlo más largo, salí después de un buen tiempo, para entrar a trabajar en otra parte, y hace pocos años asistí a unos productores de la zona caliente de Guerrero, al suplir a un ingeniero (del cual recomendé pero dejo el puesto por enfermarse). El trabajo consistía en darles asistencia técnica en la conservación del maíz y la producción de huevo y carne de pollo. La primera vez que estuve con ellos me comentaron que no contaban con pollos ya que poco tiempo atrás, se presentó una epidemia que arraso con dicha especie animal. Les comenté de ser necesario primero contar con las aves para poderles capacitar sobre esta materia. Y dada mi experiencia en esto del pollo, les pedí se cooperarán para comprar una incubadora de bajo precio, lo cual accedieron aunque un tanto temerosos de que les birlará su dinero. A la siguiente semana les lleve la maquina incubadora (de 480 huevos con un costo de $9,000.00 pesos), para lo cual seleccione a un pequeño grupo de muchachos a fin que se hicieran cargo de la misma, consiguieron el huevo en algunas comunidades cercanas, con 4 días de haberlos puesto las gallinas, y se dieron a la tarea de estar la pendientes del proceso de incubación (de 25 días). De los 300 huevos que encontraron hubo un nacimiento de 230 pollitos, esto de en verdad los alentó, nunca habían hecho tal cosa. Y para ese entonces les había advertido que al nacer los pollitos debieran de comprar la nacedora, la criadora comprar las vacunas, tener al alimento, agua, y ante todo un lugar con las medidas higiénicas seguras. Fue tal el éxito que no tardaron en cooperarse para adquirir los citados equipos, y otra vez debí realizar otro viaje. Actualmente cuentan con otras 5 incubadoras y demás equipos de servicio, están las granjitas en zonas aisladas para evitar el problema de las enfermedades de tipo endémicas. Producen pollos para carne y empiezan a vender el huevo. La moraleja de esto es que con tan poco dinero se pueden lograr superar la pobreza que con el consentimiento de malos gobernantes y funcionarios dejaron pasar. Y con todo lo mencionado quiero decirle que hay otras historias que contar, y no solo de economía, finanzas, etc. como bien lo hace Sr. Faljo, por eso vi en su nota de “Todo o nada” varios temas, y esto que conté como un proyecto exitoso, es quizá una historia de motivación ante un esfuerzo logrado, que muchas veces hace falta contar a los que somos sus lectores. De todas maneras felicidades por su artículo

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    1. Jmartin.
      La experiencia que relata me ha interesado mucho. Me parece muy alentadora y muestra de lo que es técnicamente posible. Repetir esa experiencia por miles, incluso decenas de miles, requiere resolver no solo lo técnico sino la entrada en el mercado. Creo que la manera de hacerlo es orientar demanda en favor de esos productores; es decir dar a la población capacidad de compra para adquirir de los que podrían llamarse productores del sector social. El sector privado tiene una practica muy desarrollada: vende vales/ cupones con los que el gobierno paga a sus empleados y con esos cupones compran en grandes tiendas productos de consumo básico. Si el gobierno diera sus apoyos (Oportunidades, Procampo, tercera edad y más) en forma de cupones para adquirir productos del sector social este tipo de experiencias se levantarían enormemente y generarían empleo y bienestar.
      Cierto que la productividad técnica de las empresas gigantes es impresionante. Lo que les falla es crear empleo y generar demanda (pagan bajos salarios) de manera que la gente pueda comprar todo lo mucho que este país sería capaz de producir.
      Un cordial saludo.

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