sábado, 16 de abril de 2016

La Santa Trinidad

Faljoritmo

Jorge Faljo

En la foto pareciera que Evo Morales, presidente de Bolivia, y Bernie Sanders, precandidato a la presidencia norteamericana, están jugando a las vencidas. No es así, la sonrisa de ambos es evidente y el saludo se dio cuando el primero felicitó al segundo por su discurso en el simposio sobre justicia social organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales. Allá en el Vaticano.

Ambos personajes, y también Rafael Correa, presidente de Ecuador, fueron invitados por el Papa Francisco para exponer sus ideas este fin de semana. Al evento acudió un conjunto notable de especialistas en ciencias sociales, algunos de ellos obispos y miembros de órdenes religiosas.

Fue, se me ocurre, una especie de contra - Davos. En lugar de la famosa reunión anual, en Suiza, de las elites del poder y el dinero, ahora se concentraron personajes que denuncian la inequidad y lo que el Papa ha llamado la globalización de la indiferencia; cuando a los pocos enormemente ricos no les importa la miseria y el sufrimiento de miles de millones.

En su discurso “La urgencia de una economía moral”, Bernie Sanders, que es judío, se reveló como conocedor de la doctrina social de la iglesia. De la encíclica Rerum Novarum, de hace un siglo, citó la preocupación por la enorme riqueza de pocos, opuesta a la pobreza de muchos para señalar que la situación ha empeorado. En 2016 el uno por ciento de la población posee mayor riqueza que el 99 por ciento restante; tan solo 60 personas – si, 60-, tienen más posesiones que la mitad más pobre del planeta - 3,500 millones de seres humanos.Estos mismos datos, que provienen de la ONG británica Oxfam, fueron también citados por el presidente de Ecuador en su propia intervención.

Sanders citó otra encíclica, la Centesimus Annus de hace 25 años, para señalar que la sociedad y el estado deben asegurar niveles salariales adecuados para la vida del trabajador y su familia, más un pequeño ahorro. Sin embargo, dijo, marchamos en sentido contrario debido al deterioro de los derechos de los trabajadores por un lado, y a que la globalización fue empleada como pretexto para desregular al capital; lo que ha dado lugar a la generalización de la criminalidad financiera en Wall Street, los paraísos fiscales y el planeta entero. Criticó también los nuevos tratados de comercio que pretenden dar a las multinacionales un poder extrajudicial sobre los gobiernos que deben regularlas.

Las invitaciones a Sanders y a los presidentes latinoamericanos levantaron polémicas. El obispo Marcelo Sánchez, director de la cancillería de la Academia Pontificia declaró que invitó a Sanders porque es el único candidato que mostró un profundo interés en las enseñanzas del Papa y para propiciar el dialogo norte - sur. De lo que podría pensarse que lo mismo sustentó las invitaciones a los presidentes.

Evo Morales tuvo una entrevista personal con el Papa y de nueva cuenta sus regalos causaron polémica. Hace un año le había regalado un cristo crucificado sobre una hoz y un martillo; a lo que el Papa dijo que eso no estaba bien. No pasó a mayores la provocación y el dialogo ha continuado. En esta ocasión Evo le recomendó tomar coca (la hoja de la planta) para su salud y le regaló tres libros sobre los beneficios de consumir coca. Uno de ellos se llama “La coca contra la obesidad”.

Rafael Correa acudió a una misa oficiada por el Papa antes de su discurso. En cambio el Papa se disculpó por no acudir a la sesión donde podría encontrarse con Sanders. Una foto de ambos habría causado un impacto mucho más controvertido en el proceso electoral norteamericano.

En su presentación Correa se centró en la desigualdad; criticó al neoliberalismo por dar más derechos al capital que a los seres humanos y señaló que los países ricos generan conocimientos que privatizan y muchos países pobres generan bienes ambientales sin valor reconocido. Propuso acordar una Declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza porque la situación ecológica del planeta requiere un tratado mundial.

Por otro lado, también en Europa, el Presidente Peña Nieto se entrevistó con la Canciller alemana, Ángela Merkel y con el presidente y grupos empresariales. El propósito de la visita fue reforzar lazos económicos y culturales; sin embargo el presidente de la poderosa Cámara de Comercio e Industria Alemana Eric Schuweitzer le señaló que “en México existe un gran vacío en temas de seguridad jurídica. El gobierno debe abordar estos temas si desea atraer a los inversionistas”.

En su discurso el presidente alemán, Joachim Gauck, en referencia a la situación de México, dijo que “los ciudadanos esperan del Estado, además de la prevención de la violencia, que los crímenes sean esclarecidos y sancionados con prontitud y respetando los principios del estado de derecho”. (¿Nos sabe algo, o fue al tanteo?).

La canciller alemana señaló que las relaciones políticas y económicas entre los dos países son magníficas. Tanto que la Merkel rompió el tabú y mencionó el trágico suceso de Ayotzinapa. Además ofreció su ayuda para que la policía mexicana sea más eficiente, incluyendo el respeto a los derechos humanos. Peña por su lado enfatizó que en México se protege la defensa de los derechos humanos.

Continuando su gira, el Presidente Peña Nieto anunció en Dinamarca el retiro definitivo del Grupo Internacional de Expertos Independientes de la investigación de Iguala. Y ¿coincidentemente? los Estados Unidos y Canadá emitieron una alerta para que sus funcionarios y ciudadanos eviten visitar el estado de Guerrero, incluyendo Acapulco.

Las señales son evidentes: nuestros principales socios comerciales dan ahora prioridad al desempeño mexicano en materia de seguridad y respeto a los derechos humanos. Más vale encontrar salidas internacionalmente aceptables a nuestros embrollos o esta administración empezará a ser enjuiciada. Sin olvidar que justicia social y buen gobierno van de la mano.

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