Jorge Faljo
Faljoritmo
Cheryl Schuman, ahora conocida como la reina de la cannabis (vulgo mota), tiene una historia de altibajos. Es una estupenda vendedora a la que le gustan los riesgos y los excesos. A los 24 años fue millonaria por su propio esfuerzo y luego lo perdió todo. En un momento dado tuvo que dormir tres semanas en su carro con su hija hasta encontrar un trabajo de bajo sueldo en una óptica.
Pero tuvo suerte; un día entró a la tienda Michael Jackson disfrazado y sigiloso, ella lo reconoció y le ofreció atenderlo en su casa. Aunque sin el instrumental más adecuado logró salir del paso y el ofreció ponerla en contacto con varios famosos que también se interesaron en ser atendidos en casa.
Desde ahí se encumbró a ser la proveedora de lentes para el sol y armazones en los sets de filmación de películas al aire libre, y de atención a la elite en sus casas. Se volvió a enriquecer y, más importante aún, ganó una valiosa red de contactos de alto nivel en la industria fílmica de Hollywood. Lo que ahora le permite presidir su creación más famosa: el Club Cannabis de Beverly Hills.
En ese club unos 1,700 socios reciben atención a domicilio; desde comprar una onza (28.3 gramos) de mariguana por modestos 10,540 pesos, a numerosos otros productos y accesorios. Incluyendo cenas y encuentros exclusivos entre miembros de la elite californiana.
El mercado norteamericano de la mariguana legal (y subrayo legal), ya supera los dos mil millones de dólares anuales y Schuman aspira a posicionarse como proveedora de la crema y nata de los consumidores. No se trata tan solo de vender mota sino una variedad de productos que se expande cada día a partir de una definición amplia de lo que es la mariguana medicinal y que se prepara para la legalización del consumo recreativo en el 2016.
Se ofrecen en el mercado aparatos que calientan y vaporizan los aceites de la mariguana sin llegar a prenderles fuego. Eso permite extraer su esencia, que es filtrada y convertida en vapores de alta intensidad y libres de carcinógenos. Con la ventaja adicional de la discreción; olvídese del olor a petate quemado.
La oferta es amplia, hay vaporizadores fijos y portátiles que llegan a costar 500 dólares. Sus promotores dicen que por su eficiencia extractiva se pagan en un año. Shuman promociona un vaporizador de oro, de gran elegancia, y diseñado para emplear cartuchitos de mota de 99 dólares cada uno.
Esta reina de la cannabis esperaba a no más de 15 señoras a su primer seminario sobre como beneficiarse de este nuevo mercado. Llegaron unas cuarenta con el interés de aprender y compartir intereses de negocios. Ahí se discutieron en varias mesas las estrategias para crear sucursales y clínicas y otras estrategias de venta; incluyendo servicios de diseño de locales, fotografía y video asociados, caramelos y velas aromáticas. El tema común en esos seminarios es, simplemente, como hacer dinero con las crecientes oportunidades que ofrece la comercialización de cannabis.
Naturalmente que ese mercado no es solo de ricos. Entre los mecanismos de la oferta popular llama la atención la instalación de máquinas expendedoras automáticas. Son capaces de leer identificaciones oficiales y de verificar si la foto corresponde al rostro del cliente. Si la maquina acepta al cliente este puede comprar un gramo de mariguana a 15 dólares, y también aceites esenciales, vaporizadores y otros accesorios. La variedad de mariguana que se vende se llama “galletas de niña exploradora”.
Por cierto que la asociación nacional de niñas exploradoras anunció que analizará si plantea una demanda a esta empresa distribuidora por darle ese nombre a la yerba. La empresa señala que esa es una de las variedades más conocidas y populares y que es vendida no solo por ellos sino por muchos otros distribuidores.
También se ofrecen ya cremas para el dolor reumático, cremas estimulantes, extractos (para cocinar por ejemplo), galletas, caramelos, comida enlatada para mascotas, champús, parches para la piel (para un abasto continuo y uniforme) y camisetas cuya tela incluye fibras de la planta.
Es previsible el establecimiento de cadenas de “cafeterías” donde, como en Holanda, puedan los clientes encontrarse para un rato de relajamiento, conversación y, tal vez, coqueteo.
La rapidez con que se diseñan y ponen en el mercado estos productos se explica por procesos de investigación, selección de variedades y diseño de productos que datan de años atrás; de cuando la mota era ilegal.
Hoy en día estas ofertas no son uniformes en los Estados Unidos, dependen de la situación legal en cada estado. Los que permiten el consumo recreativo son la punta de lanza del desarrollo de la oferta; pero no se quedan muy atrás los que solo permiten el uso medicinal bajo una interpretación amplia. No es difícil obtener una receta si tiene cáncer o una enfermedad muy dolorosa; también es suficiente si declara tener insomnio, dolor de cabeza o nerviosismo.
Cuando Estados Unidos legalice el consumo recreativo de mota a nivel federal se disparará a los cielos una oferta diversificada, de calidad, y respaldada mediante hábiles campañas propagandísticas de productos asociados, incluso turismo.
México, un importante productor de petróleo es ahora importador de gasolinas. Así que no me extrañaría repetir la historia y que cuando Estados Unidos se convierta en potencia cannabica aquí, con el rezago de costumbre, se legalizará. Entonces lo que era exportación y entrada de dólares mal habidos se convertirá en importaciones de mota y salida de dinero, con toda legalidad, a favor empresarios extranjeros que se nos adelantaron.
excelente y bien documentado articulo vale la pena analizarlo y circularlo antes de que el destino nos alcance.
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