Participa
en el debate
Jorge
Faljo
El
primer debate presidencial fue un fiasco. Era dudoso su “rating”. ¿Para qué
verlo si los resultados de las elecciones estaban cantados? Adormilados observábamos,
sin participar, el juego de los poderosos. Un juego que los llevaría, a ellos, a
decidir cómo se repartirían puestos y privilegios. Todo anunciaba la
continuidad en este país sumido en el marasmo económico, social y político.
Pero
hoy domingo 10 de junio el país es otro. Gracias al empuje de los chavos nos
adentramos en la verdadera política; aquella en la que participa la sociedad;
en la que se lucha por contar con información cierta y no mera manipulación; en
la que se decide el futuro de la nación y no el mero reparto de los puestos
políticos.
En
el debate de este domingo se van a tratar tres asuntos: Política y Gobierno;
México en el Mundo, y Desarrollo Social y Desarrollo Sustentable. Esperemos que
de esta manera, como grandes temas que los candidatos puedan abordar cada quien
a su manera y con sus propias prioridades.
Hay
sobre la mesa varios asuntos que deben tratarse con gran prioridad. Peña Nieto defendió
en la Ibero la criminalización de la protesta social; en particular las
atrocidades y la impunidad con que se castigó la defensa de la tierra en
Atenco. Luego ha titubeado; es urgente que defina el trato que daría a los
movimientos sociales. Por ejemplo el de los chavos. También debe explicar su
ofrecimiento de seguridad social universal y pensión de retiro a los 65 años
para todos. Excelente! Ahora que explique de donde saldrán los recursos.
Josefina
debe aclarar lo de eliminar las cuotas obrero patronales. Suena a la
destrucción del IMSS. Ofrece paz, que diga cómo. Quadri se ha ubicado en el
discurso del neoliberalismo de hace veinte años; el de la libre competencia.
Ojalá y entre en detalles de cómo eso todavía puede considerarse bueno.
AMLO
tiene un problema y una gran tarea. Propone democratizar; lo que suena bien a
unos y asusta a otros. Muchos no creen que se trate de democratizar sino de
estatizar; de llevar al país por un nuevo autoritarismo burocrático. Esperemos
que aterrice no solo hablando de su manejo honesto del gobierno, sino de cómo impulsaría
el crecimiento económico.
Todos
deberán aclarar cómo van a crear empleo; lo que piensan de la demanda
empresarial de una política de reindustrialización del país; lo que piensan de
la demanda campesina de hacer efectivo el derecho a la alimentación por la vía
de la autosuficiencia alimentaria comunitaria y nacional. Deben decirnos si
México se reintegra a la comunidad latinoamericana o sigue de furgón de cola de
un tren norteamericano que ya no jala.
Aparte
de escuchar, los ciudadanos debemos participar siguiendo otra estupenda idea de
los chavos. Hay que escuchar el debate en público.
En
la ciudad de México decenas de miles lo oirán en el zócalo y en el ángel de la
independencia. Por todo el país hay que verlo en las plazas centrales, en los
parques, aprovechar las grandes pantallas que ya hay en muchas partes; colocar
otras temporales. O llevar nuestras propias televisiones y radios.
Lo
importante es estar juntos y no dejar que sean los medios los que nos
interpreten el debate; que no quieran decirnos que fue lo bueno y lo malo; que
no quieran cuentearnos con quien ganó y quien perdió.
Todo
lo contrario; juntos en el espacio público nosotros vamos a calificar cada
intervención, cada propuesta. Ahí, de inmediato, con espontaneidad, como en el
futbol o en el beisbol, vamos a calificar cada jugada y aplaudir cada gol. Que
sean los medios los que registren nuestro interés y nuestra opinión; que la
noticia seamos nosotros, la sociedad escuchando y opinando.
Vea
el debate en público y, por si acaso, lleve también su propio radio y audífonos
para no perderse una palabra. Vamos a hacer de este debate un acto político
ciudadano pacífico y festivo.
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