Faljoritmo
Jorge Faljo
Miles de personas soportaron el intenso frio de este dos de enero haciendo filas de horas de duración a las afueras de los dispensarios de mariguana en Colorado, Estados Unidos. Era el primer día en que era posible comprar la yerba de manera legal y para fines recreativos, es decir, para divertirse, desde 1937, el año en que fue prohibida por nuestros vecinos del norte.
No es exagerado decir que los ojos del mundo y los del resto de los Estados Unidos prestan gran atención a este experimento. Así lo confirman las notas de primera plana en periódicos de todo el planeta. El primer comprador, un veterano norteamericano de la guerra de Irak con síndrome de estrés postraumático, obtuvo su momento de fama al exhibir ante los medios su histórico recibo de compra.
Varias docenas de dispensarios pudieron operar desde el dos de enero; otros centenares de permisos se encuentran en procesamiento y se espera que en las próximas semanas y meses se vaya aclarando la relación entre oferta y demanda y la tendencia del precio de la substancia legal.
De momento la principal crítica de los consumidores fue el alto precio de la mota que llegó en algunas tiendas a los 70 dólares por 3.5 gramos. De momento los principales perdedores fueron los consumidores autorizados para emplearla por razones médicas. Para ellos se triplicó el precio cuando llegaron las hordas de fumadores recreativos.
Muchos consumidores viajaron miles de kilómetros, solos o en grupos, para comprar mariguana en un acto que era a la vez mercantil, festivo y político. Algunos señalaron que la calidad era mejor que la que podían comprar de manera ilegal. Otros dijeron que preferían pagar el 25 por ciento de impuestos al gobierno y favorecer a productores y tiendas legales que fortalecer la economía subterránea. Para todos era una especie de voto ciudadano; una oportunidad de mostrar su acuerdo y su deseo de que la medida sea adoptada en el resto de su país.
En general hubo calma. Diversos medios habían vaticinado disturbios y conflictos originados en un abasto insuficiente. Pero triunfo la paciencia y el orden. Un pequeño disturbio fue ocasionado por un borrachín. La policía patrullaba los entornos de las tiendas y se repartieron miles de impresos para recordarles a los compradores que no podían fumar en la calle, en los transportes públicos, de manera ostentosa (excepto en espacios privados), que no debían pasar la mota a menores de 21 años ni llevarla a otros estados.
Las tiendas se encontraban preparadas con productos pre empaquetados de una onza (28 gramos), el máximo de venta permitido a los consumidores del estado y de 3.5 gramos, el máximo por visita permitido a los consumidores de fuera. Otros productos demandados fueron galletas y pastelillos de chocolate con la substancia activa, así como concentrados líquidos para hacer pastelería en casa.
Con ello el consumo de mariguana ha entrado en los Estados Unidos a una zona legal intermedia. Todavía se encuentra prohibida por las leyes federales. Solo que el gobierno federal norteamericano declaró que hacer cumplir las leyes anti mariguana sería responsabilidad de los Estados; su policía solo vigilaría que no hay comercio de un estado a otro, ni consumo de menores.
Así que el consumo de mota en Colorado es ahora similar al del alcohol. No se permite a menores, ni manejar drogado, ni en oficinas o transportes públicos, ni en parques y monumentos federales.
Esta legalización va más allá de la mera despenalización y tolerancia que se practica en Holanda, Portugal y otros países. Al darse primero le tiende un paraguas de protección internacional a la legalización ya aprobada en Uruguay y que será instrumentada en el segundo semestre del año. Solo que en el país del sur en lugar de mercado libre habrá monopolio del gobierno en la producción, distribución y consumo de la cannabis.
Todo apunta a un éxito financiero para las tiendas, los productores y el gobierno. Hay centenares de permisos en procesamiento y las acciones de las empresas norteamericanas que venden instrumentos para la producción casera han subido de manera importante. Colorado le da la vuelta a la moneda y en lugar de seguir metiendo a la cárcel a sus consumidores, pretende ahora convertirlos en ciudadanos que paguen impuestos y así contribuyan a mejorar sus escuelas.
Son los primeros pasos de un experimento que marcará la pauta a seguir dentro de los Estados Unidos e incluso el mundo. Por fin se podrá contar con información confiable sobre los efectos de un uso legal para las personas, las familias, los espacios públicos e incluso las finanzas de los gobiernos. Ahora se podrá comparar realmente el consumo de mota con el de alcohol, tabaco, cocaína y drogas sintéticas. Una primera gran pregunta es si el consumo de cannabis incrementa o substituye el de las otras drogas.
Aquí en México no podremos seguir ignorando lo que está ocurriendo en otros lados. Por lo contrario; le tenemos que dar seguimiento y decidir cómo vamos a reaccionar. Una manera posible sería también nosotros consultar a los ciudadanos mediante un referéndum.
No hay comentarios:
Publicar un comentario