viernes, 16 de diciembre de 2011

MoonWalk


MoonWalk
Jorge Faljo

Moonwalk es un pasito chévere que popularizó Michael Jackson en el que se aparenta avanzar mientras en realidad se retrocede. Puede verse  Youtube.
A pesar de las protestas de los empresarios nacionales el pasado 11 de diciembre se redujeron notablemente los aranceles (impuestos a la importación) a las importaciones de un gran número de mercancías chinas: calzado, bicicletas, prendas de vestir, hilados, herramientas, máquinas, aparatos eléctricos, juguetes y muchas más.
La medida debe ser vista en la perspectiva del comportamiento económico y comercial de ambos países. China creció más de un 20 porciento en el bienio 2009 – 2010; México decreció en un uno porciento. Le compramos a China 45,600 millones de dólares en el 2010; ellos nos compran 4,200 md. Para pagar los más de 40 mil md de este déficit comercial vendemos al extranjero empresas mexicanas y nos endeudamos. China le presta a Estados Unidos, a Europa y al resto del mundo para que le compren. Es claro que esta inoportuna reducción de aranceles agravará el desequilibrio y será perjudicial al aparato productivo mexicano y al empleo.
De 25 mil empresas productoras de tornillos hace 25 años quedan unas 1,300. El 60 por ciento de los tornillos que se venden en México son chinos. Pero la situación va a empeorar. Francisco Fierro Landín, vicepresidente del Consejo Metal-Mecánico de la Canacintra señala que las empresas de tornillos que aún quedan no podrán sobrevivir a esta baja de aranceles. ¿Qué perspectiva industrial tiene un país que ya no puede ni siquiera fabricar los tornillos que necesita?
La Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato declara que se pone en riesgo el empleo y la producción de miles de medianas, pequeñas y microempresas zapateras. Es decir de las que aún sobreviven al proceso destructivo que lleva décadas. Marcos Cherem, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido, prevé el cierre de otras 450 industrias de la confección en el primer trimestre del 2012. Textiles y confección es uno de los sectores más deteriorados del aparato productivo.
Bruno Ferrari, al frente de la Secretaría de Economía, que mide su eficiencia  por el monto de empresas que se venden al extranjero (a lo que llaman “inversión extranjera directa”), considera que las empresas mexicanas podrán defenderse de las prácticas desleales Chinas. Pero la experiencia no es buena.
Cada demanda dura años en resolverse, cuesta millones a las empresas y enfrenta en primer lugar a la propia Secretaría de Economía y a su estrategia económica. En una demanda reciente sobre mezclilla china la Secretaría de Economía concluyo que gran parte de las importaciones de mezclilla china son dumping pero que los empresarios no lograron demostrar que hubiera un “daño importante” a la producción nacional.
Dumping es vender a un precio predatorio, inferior al del país de origen o incluso debajo del costo de producción. Aquí lo interesante es lo que revela sobre la política económica china y la mexicana.
¿Le conviene a china vender muy barato, incluso abajo del costo de producción? SI, le conviene mucho subsidiar a sus productores no competitivos. Es en primer lugar una buena política social; subsidia la producción y ventas y se ahorra el subsidio al consumo de desocupados. También es una buena estrategia política; genera apoyo al gobierno. Finalmente es una buena estrategia de desarrollo económico: los subsidiados se capacitan, sus empresas mejoran y en lugar de quebrar gradualmente dejan atrás la necesidad de subsidios.
Por el contrario nuestros dirigentes equiparan la no competitividad a una especie de pecado que merece la destrucción y no su apoyo. Tenemos al gobierno más antiempresarial de nuestra historia
China subsidia la producción, la exportación y el empleo. Promueve el progreso de prácticamente todas sus industrias, de cualquier nivel tecnológico. Eleva salarios y nivel de vida rápidamente. Su política social es una política productiva.
México destruye a los no competitivos; la mayor parte de nuestras empresas. Nuestra política social basada en subsidios al consumo no alcanza a contener el empobrecimiento originado en el desempleo creciente, el empleo no digno, la caída en el salario real.
China crece; su población prospera; sus empresas se hacen fuertes; en las crisis mundiales (como la del 2009 – 2010) se consolida. México no.

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