domingo, 12 de mayo de 2013

Modelito habla

Modelito habla

Faljoritmo

Jorge Faljo

“Durante el primer trimestre de 2013, se mantuvo el proceso de expansión de la economía mexicana”. Estas son las primeras palabras del “Informe Sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública” que acaba de publicar, el 30 de abril, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público SHCP.

Empezamos bien, pensé cuando leí esas líneas. No obstante en el más clásico mexicanismo resultó que sí, pero más bien no. Aquí van algunos datos oficiales que, después de tan feliz comienzo nos proporciona la SHPC en su informe.

Durante el primer trimestre del 2013:

• La economía mexicana creció a un ritmo anualizado del 1 por ciento; hace un año, en el primer trimestre del 2012, creció al 4.9 por ciento.

• El Indicador Global de la Actividad Económica creció al 0.39 por ciento; hace un año al 6.52. El crédito a la industria de la banca comercial se contrajo en 2.37 por ciento.

• Las exportaciones no petroleras crecieron en un 0.1 por ciento. Es decir el estancamiento total.

• Las ventas al menudeo en centros comerciales se redujeron al 0.36 por ciento; hace un año aumentaron al 5.9.

• En el primer bimestre la actividad industrial creció al 0.3 por ciento; hace un año al 5.8.

Tiene razón la SHCP, la economía se sigue expandiendo; solo que del paso de tortuga nos hemos ido al ritmo del caracol.

En la perspectiva oficial estos descensos se explican por varias causas. Dos relativamente menores y otra contundente. La primera es que la semana santa ocurrió en abril y no en marzo como el año pasado. Eso incidió en un menor crecimiento este trimestre; ¿nos recuperaremos en el siguiente? La segunda es que el “buen fin” adelantó muchas compras y eso redujo las ventas de este año. Los consumidores no están comprando sino pensando en cómo pagar sus deudas.

Pero la explicación de fondo, la que apela a nuestro patriotismo, es que la culpa es de los gringos, de Europa y del resto del planeta. De todos los demás, pero no de nosotros. Eso porque la economía norteamericana crece muy poco. Sin embargo resulta que los Estados Unidos crecieron al 2.5 por ciento anualizado en el primer trimestre mientras que nuestras ventas subieron solo un 0.1. Más bien parece que seguimos perdiendo ese “nuestro” gran mercado (que cada vez más es de los chinos).

Se redujeron bastante los ingresos petroleros: 297 mil millones de pesos en el primer trimestre del 2012, 280 mil millones ahora. Un descenso de 9 por ciento real (SHCP introduce al cálculo la inflación interna). La causa principal es el fortalecimiento de nuestra moneda; el gobierno recibe menos pesos por cada dólar de venta al exterior.

Lo mismo le pasa a todas y cada una de las empresas manufactureras y productores agropecuarios de exportación; también a los que reciben remesas de familiares que trabajan en Estados Unidos. A fin de mayo de 2012 se recibían 14.36 pesos por dólar; ahora andamos en los 12.10 (datos de Invertia). También pierden los productores para el mercado interno. Es como si la producción y el trabajo tuvieran que pagar un nuevo y brutal impuesto.

La política de “nuestro” banco central encarece al peso al atraer y proteger a los especuladores. Mientras marcha viento en popa la venta de patrimonio (empresas y playas) se destruye a los productores. Cae en consecuencia la producción, el empleo, el mercado interno, la inversión y el crecimiento. Modelito habla.

El informe de la SHCP (disponible en internet) revela otro problema. Resulta que el gasto público del trimestre se contrajo en un 10.4 por ciento respecto al de hace un año. La caída se explica, según el informe, por los subejercicios del gasto programado. SAGARPA no gastó 7 mil millones de los que disponía para fomento de la producción agropecuaria; SCT no utilizó 4 mil millones disponibles para infraestructura carretera; SEDESOL no uso 3.7 mil millones para apoyos sociales; SHCP se retrasó en el gasto de 2 mil millones en programas de subsidios. Eso o la sencilla ecuación de que a menos ingresos menos gastos.

Según Carstens, gobernador del Banco de México, en el último año han entrado casi 60 mil millones de dólares. Entraron huyendo de lugares donde tienen rendimiento cero (o de plano pierden) y los impuestos son altos. El gober dice que fueron atraídos por nuestro sano marco macroeconómico y perspectivas de crecimiento. Pero ¿de qué habla? O más bien, ¿con quienes habla? Si solo lo hace con banqueros lo entiendo; pero sería bueno que se diera una vueltecita por medianas y pequeñas empresas, que hablara con patronos y trabajadores, y con amas de casa (pero no las de su barrio).

Es lamentable atribuir nuestros problemas a los demás, a la crisis global y al bajo crecimiento norteamericano. Más vale recapacitar en lo que estamos haciendo mal nosotros mismos. Les doy un “tip”; lo que no funciona es nuestro modelo económico y lo peor del mismo es el esfuerzo para atraer dólares mediante intereses superiores a los internacionales y por la venta de patrimonio.

Lo que urge es equilibrar la balanza de cuenta corriente; es decir comprar solo lo que podamos pagar con nuestras exportaciones después de cubrir los intereses de lo que ya debemos. Como lo haría un particular que manejara bien sus gastos. De otro modo vamos a terminar rematando el subsuelo (aunque parece que ese es el plan). En lugar de importar podemos producir, reactivar al campo, a la manufactura; usar al pleno nuestras capacidades productivas.

Que no se engañe la nueva administración. El problema no es coyuntural sino de fondo; la perspectiva que importa es la del pueblo, no la de los especuladores financieros y sus protectores institucionales. Lo que hay que cambiar es el modelo no el partido.

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