lunes, 3 de noviembre de 2014

Carstens, nerviosón

Faljoritmo

Jorge Faljo

El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, recién señaló que cuatro de cada diez dólares de deuda del gobierno federal en el mercado interno se encuentra en manos de extranjeros “lo que en principio es bueno, pero el problema es qué va a suceder” cuando la reserva federal norteamericana cambie su política de bajas tasas de interés. Lo que puede ocurrir, declaró, es que haya una reversión de capitales; “uno se pone nervioso cuando ve esas gráficas” dijo mientras hacia su presentación en el foro “México Cumbre de Negocios”.

Carstens tiene razón en ponerse nervioso y su mensaje bien merece un análisis algo más detallado de lo que el mismo presentó.

La estrategia norteamericana para amortiguar su crisis iniciada a fines del 2007 se basó en imprimir grandes cantidades de dinero con los que inundó sus mercados financieros, bajó las tasas de interés y de ese modo facilitó el pago de las deudas de la clase media, de las empresas y del gobierno. Así se fortaleció también el consumo, la producción y el empleo.

Solo que un efecto adicional, tal vez colateral, tal vez intencionado, es que decenas de miles de millones de dólares salieron de los Estados Unidos en busca de oportunidades de inversión en el exterior y se lanzaron a comprar empresas en el tercer mundo, a realizar inversiones especulativas, y a aprovechar el que otros países ofrecían mayores tasas de interés.

Algunos países, siguiendo el consejo del Fondo Monetario Internacional, pusieron algunas barreras para defenderse de la entrada de esta avalancha de capital financiero cuyos efectos inmediatos eran inflacionarios, fortalecían su moneda y convertían al país en consumidor de importaciones al tiempo que reducían la competitividad de su propia producción.

México hizo lo contrario, campañas para atraer capitales debido a que la inflación que provoca el capital externo es muy conveniente para las elites. Es una inflación que se genera en la punta de la pirámide económica: eleva los precios de las acciones en la bolsa de valores; los de las empresas; los del sector inmobiliario de altos ingresos y de los bienes que ofrecen las empresas de punta. Para colmo esta inflación generada desde arriba se combate abajo, abatiendo salarios. Por eso hoy en día tenemos los más bajos del continente, incluidos Haití, Honduras, Nicaragua y demás.

La estrategia mexicana de atracción de capitales externos ha capturado grandes cantidades de capital externo en inversión de cartera y en inversión directa. En 2012 como en 2013 la suma de estas entradas superó los 85 mil millones de dólares. Tenemos un modelo económico adicto a la entrada de grandes cantidades de dólares para sostener el peso, pagar los intereses de la deuda acumulada, elevar los valores de los activos para beneficio de los grandes inversionistas y darnos un maquillaje de modernidad.

Pero la suerte se nos acaba. Las entradas de remesas familiares se comportan de manera tambaleante, las exportaciones se debilitan (excepto la maquila automovilística) y, lo peor, el superávit petrolero se reduce a la mitad en este año.

Desde hace varios años era previsible una situación “volátil”; de dificultades crecientes para atraer dólares. Por ello, casi con desesperación se le apostó con fuerza a la reforma energética que habría de cumplir este objetivo de atraer grandes montos de inversión y fortalecer las exportaciones energéticas.

Pero con Tlatlaya y Ayotzinapan se nos corrió el rímel y el resto del planeta se encuentra azorado al descubrir una descarnada imagen de violencia e inseguridad generalizadas, de incapacidad institucional, de inequidad extrema. Incluso de un descontento social que empieza a amalgamarse para exigir cambios de fondo y que tendrá que ser atendido con máxima habilidad para no echarle gasolina al fuego.

Ahora nos observa el mundo y nuestros problemas ya no podrán taparse con manejo mediático; habrá que hacer algo en serio, diría yo que integral. Sobre todo porque nuestra historia cuenta que cada tanto y tanto las entradas de dólares se revierten y el esfuerzo de estabilización superficial, basado en la atracción de capitales especulativos se viene al suelo.

Carstens debería recordar que las anteriores estampidas de compra de dólares fueron iniciadas por el capital financiero nacional exigiendo que las reservas internacionales sean puestas a su disposición. Pero venderles las reservas bajo el pretexto de la defensa a ultranza del peso sería un gigantesco error que podría dejarnos como en 1994, con una mano adelante y otra atrás.

En un país que importa el 43 por ciento de sus alimentos las reservas, si ocurre la reversión que teme Carstens, deben preservarse para las importaciones estratégicas y no venderse a los cuates.

2 comentarios:

  1. Hola Jorge Faljo, nos abres los ojos de nuestra inoportuna economía, como siempre a la deriva de los EUA y del extranjero, con una política mexicana empecinada en los capitales golondrinos y cruzados de brazos para incentivar nuestra producción interna. Evo Morales, como en tu anterior artículo, no necesita de ser un gran economista (tal vez menosprecio por su origen indígena) para llevar a su país por otros senderos que, bien o mal, sigue ganando el voto de su país, y se da el lujo él de decirnos que somos los lacayos de los "gringos". Como bien dices Jorge Faljo, la situación que ocurre en particular dentro del Estado de Guerrero, esta poniendo el lugar que le corresponde a México a nivel mundial, el afloramiento a todas luces de la impunidad y la corrupción existente. Ya desde hace tiempo, estados como Guerrero, Michoacán y Oaxaca se vislumbraban la violencia con los carteles del narcotraficante, y porqué no se combatía frontalmente esos problemas, y no es de algunos años ha sido de siempre la producción de enervantes por su alta pobreza, y es hasta ahora que reventó el hilo por lo más delgado cuando bien hubiera resuelto gran parte de los problemas que los aquejan, pero el hubiera no existe. Y como siempre el remedio después de ahogado el niño, el presidente de la república anunció el programa de "Nuevo Guerrero" y otra vez tratar de demostrar al mundo que queremos ser país de primer mundo para respaldar las famosas reformas aprobadas por el congreso. Y después del Estado de Guerrero, en donde más pasará otro percance, para detener el camino que quieren los políticos mexicanos llevar a nuestro país. Porqué no empezar a construir el sendero de la producción que de oportunidad de generar en primer lugar alimentos a bajo precio para combatir ese deficit de la alta importación que tenemos con el extranjero, tenemos que empezar por el A, B, C..... de la economía, fortalezas para nuestra población respecto a la alimentación, salud y educación, no tenemos que ir a sacar eruditos de las universidades de Londres, EUA, etc. con el fin de estar al nivel de las grandes ligas y quemarnos con los fuegos de los estados pobres dada la falta de atención que se les ha propinado. Y vean un simple indígena lo que ha hecho por su país llamado nacionalismo, solo eso sin mayores niveles de estudios. Señor Falfo no podremos hacer un manual para los políticos? que diga esa palabra tan simple, Nacionalismo.

    ResponderEliminar