lunes, 1 de diciembre de 2014

Derrumbe de ilusiones

Faljoritmo

Jorge Faljo

En los últimos cinco meses ha caído en más de un treinta y cinco por ciento el precio del petróleo en el mundo. La mezcla mexicana bajó de más de 100 a menos de 70 dólares. Con ello se abre un boquete abajo de la línea de flotación de la estrategia financiera del régimen.

La baja de los energéticos no ocurre de un día para otro. La nueva tecnología del “fracking” permite extraer petróleo y gas de zonas que antes se consideraban inaprovechables. Se basa en inyectar agua y minerales en el subsuelo a muy alta presión para fracturarlos. Por esas rupturas y por la presión a que se ven sometidos se obliga a salir a los aceites y gases incrustrados en algunos suelos.

Es un método muy criticado porque emplea gran cantidad de agua y porque la fracturación del subsuelo, sumada a lo que se les inyecta, contamina los mantos freáticos y puede provocar temblores. Inglaterra suspendió el fracking después de varios temblores; Alemania, Bulgaria, Francia, Polonia, y la mayor parte de Europa lo prohíben para evitar la contaminación del agua del subsuelo. También se ha prohibido en algunos municipios de los Estados Unidos.

No obstante, el hecho es que con las nuevas tecnologías se incrementó fuertemente la producción de energéticos de norteamericanos y canadienses. Lo cual al principio no causó sobreproducción debido a la reducción de las exportaciones de Libia e Irak y al crecimiento de la demanda en China. Pero ahora que los primeros regresan a exportar y que todo el planeta enfrenta una desaceleración económica, el petróleo abunda.

Lo previsible es que si no se reduce la producción el precio seguirá cayendo hasta los 60 o los 50 dólares.

México y Rusia fueron a la reciente reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y se sumaron a Venezuela y Ecuador para impulsar acuerdos para controlar la oferta y defender los precios.

Los grandes productores del mundo son Arabia, los Estados Unidos y Rusia. No obstantes sus condiciones son muy distintas. Estados Unidos no exporta petróleo crudo. Rusia, un gran exportador, tiene gran necesidad de ese ingreso. Arabia, un exportador similar a Rusia, tiene fuertes reservas financieras y bien puede soportar una baja de precios o una reducción de producción.

Así que en la reunión de países exportadores todo dependía de Arabia, y se negó a bajar su producción. Dijo que el mercado se estabilizaría por sí solo. Con lo que dio a entender que no hará nada y los bajos precios van para largo.

Para entender su posición y muy posiblemente la de su gran aliado y protector, los Estados Unidos, es necesario superponer la visión geopolítica a este asunto.

Pero antes conviene recordar algo. Las caídas del precio del petróleo orquestadas por Ronald Reagan (Presidente de los Estados Unidos de 1981 a 1989) y Arabia en 1981 y 1986 fueron decisivas en el colapso de la Unión Soviética.

Tal es la razón por la que diversos analistas se preguntan si la historia se repite. Rusia dice que hay un complot entre Arabia y los Estados Unidos para bajar los precios. Eso no se puede demostrar; pero no cabe duda que la baja de precios los fortalece o, por lo menos debilita fuertemente a sus rivales.

Las ventajas son en primer lugar para los Estados Unidos y Europa: la baja de los energéticos abaratará el transporte de mercancías y personas, favorecerá el aumento del consumo y le va muy bien a la imagen de sus gobiernos. A Arabia le interesa debilitar la producción norteamericana de petróleo y continuar siendo su proveedor estratégico, así sea a un precio mucho más bajo. Esto les da la seguridad de que se mantendría una alianza política y militar que ha sido fundamental para la supervivencia de su monarquia fundamentalista.

Por otro lado Rusia, Irán (y su protegida Siria), Venezuela y Ecuador serán golpeados muy duramente. Podría llevar incluso a la desestabilización de algunos gobiernos.

México también sufrirá las consecuencias. Se acaba la fantasía de un repunte económico basado en la producción energética. Tal expectativa atrajo un gran flujo de capital volátil y ha contribuido a una aparente fortaleza del peso que no tiene bases en la economía real.

El derrumbe de las fantasías es positivo en algunos casos. El presidente de México se ha visto forzado a plantear la reconstrucción del estado de derecho. Espero que pronto consulte fuera de su equipo acerca de alternativas para reconstruir la economía nacional.

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