miércoles, 21 de diciembre de 2011

Aire a la iglesia y a la política

Aire a la Iglesia y a la política.
Jorge Faljo

Como típico albazo se aprobó en la cámara de diputados una reforma al artículo 24 constitucional que establece “el derecho a la libertad de conciencia y de religión” y a “practicar individual y colectivamente, tanto en público como en privado, las ceremonias, devociones o actos de culto respectivo, siempre que no constituyan un delito”.
El proceder reflejó la disposición del aparato priista a disciplinarse. Resulta paradójico que al impulsar el derecho a la libertad de conciencia individual, necesariamente asociada a la reflexión, al debate y a la defensa de las convicciones personales, se destacó notablemente su ausencia.
Falta aún la aprobación del Senado y de una mayoría de los congresos estatales; pero es el momento de explorar los impactos previsibles de este cambio constitucional. Uno es la posibilidad de practicar actos de culto en prácticamente cualquier espacio público o privado; otro es la entrada de la iglesia católica como un actor principal al espacio mediático, sobre todo radio y televisión; finalmente se desdibuja la distinción entre religión y política al grado de que curas, monjas o pastores evangélicos podrían ser candidatos de elección popular.
Estoy convencido de que el primer impacto será altamente conflictivo. Una cosa es el derecho a la libertad de conciencia y religión, que es indiscutible en toda sociedad democrática. Y otra muy distinta es que este derecho se traduzca en apropiarse de espacios públicos. Será un peligro que en la práctica este derecho dependa de autoridades menores, cada una con sus propias convicciones. Hacer una misa en el patio de la escuela pública dependerá en mucho de si el director o directora es católico, evangélico, ateo o practica el vudú. Cualquiera que sea su respuesta ante una solicitud de este tipo creará conflictos entre la escuela y su entorno comunitario e incluso al interior entre maestros y entre alumnos. Una verdadera papa caliente.
Lo mismo puede decirse en otros casos: ocupar una plaza central, bendecir obras públicas o hacer ritos religiosos en edificios públicos. No se diga el colocar imágenes permanentes de este tipo. Cuáles serían las condiciones de equilibrio entre los derechos de distintos ciudadanos si alguien exige que junto a la virgen se coloque a Ganesha, a Babalú o a Benito Juárez. ¿Qué haremos frente al acoso religioso? La respuesta es clara: la libertad de conciencia de todos solo se protege cuando ciertos espacios no son ocupados por nadie.
Por otra parte parece más viable que la iglesia católica se convierta en un activo agente mediático en radio y televisión. Trataría así de recuperar su influencia en las conciencias y poder político.
La iglesia se sabe enormemente disminuida, irrelevante, e intenta algo arriesgado. El cambio legal abre paso al absurdo; un posible incremento substancial del poder mediático de la iglesia en medio de la mayor declinación de su influencia espiritual e incluso de su prestigio moral.
La gran mayoría de los que se declaran católicos lo son solo en términos de eventos sociales esporádicos: bautizos, bodas, entierros y similares. No más del seis por ciento van a misa los domingos; poquísimos se confiesan alguna vez.  Prácticamente todas las parejas católicas practican alguna forma de anticoncepción prohibida por la iglesia. La mayoría de las mujeres que abortan se declaran católicas. Para la gran mayoría su religión es un rito social sin influencia práctica en su vida cotidiana.
¿Qué podría intentar la iglesia? No creo que se proponga prohibir los cementerios públicos, el registro civil, la practica de otras religiones, el divorcio o los anticonceptivos. No es broma; contra todo esto peleó y perdió. Solo le queda su actual estrategia, atacar minorías vulnerables y hacerse de la vista gorda ante los pecados de  su feligresía.
Tal vez lo peor para la iglesia no es su nula influencia en el comportamiento de “sus” católicos sino su pérdida del control de la imaginería sobre el más allá y los seres invisibles. El Papa intentó satanizar a Harry Potter, una obra que en otros tiempos habría llevado a la hoguera a su autora y a sus lectores.  Finalmente prefirió evitar un enfrentamiento que evidentemente perdería. La televisión y el cine están saturados de historias del más allá, seres angélicos o demoniacos, propuestas espirituales sin matriz religiosa. Compiten abiertamente en lo que era el campo exclusivo de las religiones establecidas.
Si la iglesia gana espacios mediáticos tendrá que ser muy cuidadosa en sus mensajes porque pasarse de la raya no haría sino irritar a una sociedad moderna.
Sus aliados políticos la invitan a ocupar un espacio mediático que le niegan a las universidades, las organizaciones sociales y las comunidades. Pero lo sepan o no actúan también desde una posición frágil. El sistema político mexicano falla en su respuesta a lo que con todo derecho demandan los mexicanos: seguridad; crecimiento y empleos; bienestar familiar y social; un gobierno eficiente y buenos servicios públicos sobre todo de salud y educación.
Al acercarse mutuamente las elites política y eclesiástica crean una impresión de poder pero las exigencias populares de bienestar en esta tierra ya no las distraen con ofertas en el otro mundo. No se hagan ilusiones. 

viernes, 16 de diciembre de 2011

MoonWalk


MoonWalk
Jorge Faljo

Moonwalk es un pasito chévere que popularizó Michael Jackson en el que se aparenta avanzar mientras en realidad se retrocede. Puede verse  Youtube.
A pesar de las protestas de los empresarios nacionales el pasado 11 de diciembre se redujeron notablemente los aranceles (impuestos a la importación) a las importaciones de un gran número de mercancías chinas: calzado, bicicletas, prendas de vestir, hilados, herramientas, máquinas, aparatos eléctricos, juguetes y muchas más.
La medida debe ser vista en la perspectiva del comportamiento económico y comercial de ambos países. China creció más de un 20 porciento en el bienio 2009 – 2010; México decreció en un uno porciento. Le compramos a China 45,600 millones de dólares en el 2010; ellos nos compran 4,200 md. Para pagar los más de 40 mil md de este déficit comercial vendemos al extranjero empresas mexicanas y nos endeudamos. China le presta a Estados Unidos, a Europa y al resto del mundo para que le compren. Es claro que esta inoportuna reducción de aranceles agravará el desequilibrio y será perjudicial al aparato productivo mexicano y al empleo.
De 25 mil empresas productoras de tornillos hace 25 años quedan unas 1,300. El 60 por ciento de los tornillos que se venden en México son chinos. Pero la situación va a empeorar. Francisco Fierro Landín, vicepresidente del Consejo Metal-Mecánico de la Canacintra señala que las empresas de tornillos que aún quedan no podrán sobrevivir a esta baja de aranceles. ¿Qué perspectiva industrial tiene un país que ya no puede ni siquiera fabricar los tornillos que necesita?
La Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato declara que se pone en riesgo el empleo y la producción de miles de medianas, pequeñas y microempresas zapateras. Es decir de las que aún sobreviven al proceso destructivo que lleva décadas. Marcos Cherem, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido, prevé el cierre de otras 450 industrias de la confección en el primer trimestre del 2012. Textiles y confección es uno de los sectores más deteriorados del aparato productivo.
Bruno Ferrari, al frente de la Secretaría de Economía, que mide su eficiencia  por el monto de empresas que se venden al extranjero (a lo que llaman “inversión extranjera directa”), considera que las empresas mexicanas podrán defenderse de las prácticas desleales Chinas. Pero la experiencia no es buena.
Cada demanda dura años en resolverse, cuesta millones a las empresas y enfrenta en primer lugar a la propia Secretaría de Economía y a su estrategia económica. En una demanda reciente sobre mezclilla china la Secretaría de Economía concluyo que gran parte de las importaciones de mezclilla china son dumping pero que los empresarios no lograron demostrar que hubiera un “daño importante” a la producción nacional.
Dumping es vender a un precio predatorio, inferior al del país de origen o incluso debajo del costo de producción. Aquí lo interesante es lo que revela sobre la política económica china y la mexicana.
¿Le conviene a china vender muy barato, incluso abajo del costo de producción? SI, le conviene mucho subsidiar a sus productores no competitivos. Es en primer lugar una buena política social; subsidia la producción y ventas y se ahorra el subsidio al consumo de desocupados. También es una buena estrategia política; genera apoyo al gobierno. Finalmente es una buena estrategia de desarrollo económico: los subsidiados se capacitan, sus empresas mejoran y en lugar de quebrar gradualmente dejan atrás la necesidad de subsidios.
Por el contrario nuestros dirigentes equiparan la no competitividad a una especie de pecado que merece la destrucción y no su apoyo. Tenemos al gobierno más antiempresarial de nuestra historia
China subsidia la producción, la exportación y el empleo. Promueve el progreso de prácticamente todas sus industrias, de cualquier nivel tecnológico. Eleva salarios y nivel de vida rápidamente. Su política social es una política productiva.
México destruye a los no competitivos; la mayor parte de nuestras empresas. Nuestra política social basada en subsidios al consumo no alcanza a contener el empobrecimiento originado en el desempleo creciente, el empleo no digno, la caída en el salario real.
China crece; su población prospera; sus empresas se hacen fuertes; en las crisis mundiales (como la del 2009 – 2010) se consolida. México no.

Burbuja Financiera


Burbuja financiera
Jorge Faljo
De manera gradual pero inexorable el clima político de México se va calentando en la medida en que el número de candidatos posibles se estrecha. Sin embargo, estamos muy lejos de las discusiones de fondo; no aparecen por ningún lado los asuntos fundamentales.
Nos falta mucho que discutir. Por ejemplo la salud del aparato productivo, en particular la de los mayores creadores de empleo, la mediana y pequeña empresa; o la calidad de la salud y la educación públicas; o la estructura fiscal, en un país en el que los grandes prácticamente no pagan impuestos. Mucho de lo que hay que discutir y cambiar se centra en el papel del aparato público y sobre ello hay que recordar el artículo 24 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que a la letra dice:
Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que éste sea integral y sustentable, que fortalezca la Soberanía de la Nación y su régimen democrático y que, mediante el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad protege esta Constitución.
Señores aspirantes al poder público, será su deber cumplir con la Constitución y sería muy  “buena onda” de su parte explicarnos cómo lo piensan hacer.
Pero no podemos simplemente esperar a que hagan lo que deberían. Debemos adelantar la revisión de su previo desempeño para prever su futura actuación. Dado mi interés por la macroeconomía considero de particular importancia revisar el historial de Ernesto Cordero como conductor de la política macroeconómica de México en un periodo decisivo para configurar nuestra situación actual.  
Fue muy reveladora su “diferencia de opiniones” con el Fondo Monetario Internacional; habrá que dar algunos antecedentes.
Hacia el segundo semestre del 2008 la crisis financiera norteamericana impactaba la situación nacional en la medida en que los inversionistas repatriaban sus capitales hacia los Estados Unidos para cubrir sus pérdidas y hacer frente a compromisos. Algunas grandes empresas mexicanas se habían endeudado para entrar a la especulación y ahora debían cubrir fuertes “deudas de juego.” La salida de capitales de la Bolsa de Valores de México –BMV-, había llevado el Índice de Precios y Cotizaciones a tan solo 17 mil puntos, casi la mitad que un año antes. Al reconvertirse en dólares los capitales salientes presionaban al alza el valor del dólar; es decir que el peso se devaluaba.
En aquel momento el Presidente Calderón convocó a aprovechar la mayor competitividad de la producción interna para impulsar las exportaciones y fortalecer el aparato productivo. Tenía razón pero fue llamarada de petate; simplemente se aceptaba lo que de momento parecía inevitable.
Sin embargo se encontró una solución. Consistió en la contratación, en abril de 2009, de una Línea de Crédito Flexible -LCF- por 47 mil millones de dólares. Esta consiste en la pre aprobación de un préstamo del Fondo Monetario Internacional inmediatamente disponible en caso de contingencia cambiaria.  
Un potencial de endeudamiento que se anunció como “blindaje financiero” para dar calma y seguridad a los capitales en ese momento inquietos. En la práctica se les garantizaba a los inversionistas de la Bolsa de Valores que cuando decidieran cambiar sus pesos a dólares los habría en abundancia y baratos. La medida fue un éxito; los capitales no solo permanecieron sino que empezaron a llegar más. La línea de crédito se recontrató a fines de 2010 por 73 mil millones de dólares y a dos años (hasta fin de sexenio).
Ernesto Cordero entró como Secretario de Hacienda el 9 de diciembre de 2009 y su periodo se caracterizó por una intensa campaña de atracción de capitales financieros internacionales que, al entrar, abarataron al dólar. Lo cual se facilitó por la abundancia de liquidez que habían generado a nivel planetario las políticas anticrisis. Sobre todo la norteamericana que incluyó grandes salvamentos, crédito abundante y barato, y la emisión de dinero.
El principal funcionario del FMI para América Latina, Nicolás Eyzaguirre (ex ministro de Hacienda de Chile) señaló a principios de 2010 que la oleada de flujos de capital era una amenaza para nuestras economías porque podrían generar burbujas en la Bolsa de Valores y en la paridad cambiaria; es decir alzas de las acciones y la moneda no sustentadas en la economía real. De manera directa en abril de 2010 le recomendó a México poner un impuesto a las entradas de capitales de corto plazo para frenar la revaluación del peso. Así lo hizo Brasil. Otros muchos economistas pensaban igual; pero prefiero referirme al FMI por su importancia y por el viraje ideológico que ello significaba.
Sin embargo Ernesto Cordero no dudó en seguir el rumbo contrario. Abiertamente repetía en foros internacionales que México no consideraba necesarios los controles a las entradas de capital externo y que Hacienda estaría cómoda con cualquier nivel de paridad cambiaria que fijaran los mercados. Es decir que el peso podría revaluarse sin límites.
Parte de la campaña de atracción de capitales fue la colocación (octubre de 2010) de un bono por mil millones de dólares, a 100 años, y a una tasa superior a la del mercado. México no necesitaba ese financiamiento pero fue un buen golpe mediático espectacular. Se logró atraer a más capitales.  
Lo que no esperaban la mayoría de los economistas internacionales es que un país decidiera aprovechar el contexto internacional para, precisamente, crear una burbuja financiera. De abril de 2009 a abril de 2011 el precio de las acciones en la Bolsa de Valores creció en un 120 por ciento en pesos. Pero como el peso también subió, las ganancias eran de un 160 por ciento en dólares.
Contrasta esto con el hecho de que en 2009 el Producto Interno Bruto del País cayó en un 6.1 por ciento y al año siguiente no logró recuperar lo perdido. Fueron dos años de baja rentabilidad para el aparato productivo, de quiebra de empresas, de abaratamiento substancial de las importaciones en la práctica subsidiadas por el gobierno mexicano y de despido de trabajadores. Mientras el capital financiero obtenía 160 por ciento de ganancia en dólares, que en México son libres de impuestos, el capital productivo se deterioraba. Una burbuja financiera que fue el negocio del sexenio, empeñosamente alentado por el Secretario Cordero.
Ha sido un periodo en el que las empresas se endeudaron en dólares para apostarle a la bolsa; se invirtió poco en producción y empleos. Los capitales volátiles que entraron, y otros más, pueden decidir salirse en cualquier momento. Sobre todo si no avizoran que Cordero, su gran amigo, gane la presidencia.
Lo peor, y lo mejor, es que el modelo ya no se sostiene y habrá que cambiar. El rompimiento de la burbuja, como en 1994, será traumático. La trama está anunciada; si en el 2012 los señores del dinero deciden salirse (lo que es muy probable), entonces los señores del gobierno les entregarán las reservas internacionales y endeudarán al país hasta el tope para darles dólares a buen precio. Después vendrá lo difícil y, tal vez, llegue la oportunidad para arrebatarles el país a los especuladores. 

Economía en rompecabezas

Economía en Rompecabezas
Jorge Faljo
En un rompecabezas es necesario colocar cada pieza en su lugar para tener la imagen completa. Leyendo el periódico El Financiero del 30 de noviembre del 2011 me di cuenta de que en un solo día se encontraban los elementos suficientes para describir bastante bien las condiciones de nuestra economía nacional.
La primera nota a destacar se refiere al cierre de 16 importantes plantas petroquímicas en los últimos 10 años y a la ruptura de las cadenas productivas del sector. Una consecuencia es que ya no se producen fertilizantes y materias primas petroquímicas en México. Ahora se importan. Juan José Moreno Sada, ex presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) explicó que el sector de la petroquímica llegó a contar con más de seis mil empresas de todos tamaños. Para él, la mejor utilización del petróleo sería su transformación en gasolinas y materias primas para sustentar la producción interna de productos terminados.
Segunda nota. Ricardo Torres Origel, senador por Guanajuato, refiere la preocupación de los industriales del calzado debido a que el 11 de diciembre se libera la entrada de zapatos chinos. La situación se agudiza porque está trabada la iniciativa de ley para frenar el “dumping” chino (es decir la venta subvaluada).
Tercera. Hay un déficit de por lo menos 400 mil toneladas de frijol en la producción de este año. Abraham Montes Alvarado, presidente del sistema Producto-Frijol, señala que esto provocará problemas de abasto, fuerte incremento de precios y gasto en importaciones. Debido al mal clima se perdió un 20 por ciento de las siembras. Sin embargo lo verdaderamente impactante es que se dejó de sembrar más de un millón de hectáreas de frijol. Considera lamentable que el gobierno no haya querido constituir una reserva federal y en su opinión no es cierto que sea más barato importar los alimentos que producirlos en México.
La petroquímica, el calzado y el frijol, representan en nuestro rompecabezas a la destrucción masiva de capacidades productivas y empleos que provoca el  modelo económico. Han cerrado miles de empresas grandes, medianas, pequeñas, de organización de capital o de esfuerzos familiares. Tan solo en un pequeño pueblo del Estado de México cerraron centenares de talleres de calzado ya enfrentados al zapato chino. La destrucción se da lo mismo en la industria, el pequeño comercio y en el campo.
Podríamos producir internamente innumerables productos petroquímicos para la agricultura, la industria, el hogar, sus aplicaciones son infinitas. Corea tiene una industria petroquímica con petróleo importado; nosotros tenemos petróleo pero no industria. También sería posible volver a producir decenas de millones de pares de calzado al año. Están los talleres y los que saben hacerlo; solo que paralizados y desempleados. Y sembrar millones más de hectáreas ocupando a los que buscan trabajo en el campo. 
Sería posible vivir mejor, tener empleo, vivir en una economía dinámica y en una sociedad incluyente con un gobierno responsabilizado de sus obligaciones constitucionales: ser el rector de la economía y velar por el bienestar de los mexicanos. Pero en lugar de ello tenemos una economía cruel.
Un informe de la Comisión Económica para América Latina –CEPAL-, presentado por su secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena, indica que México y Honduras fueron los únicos países de América Latina con aumentos relevantes en sus porcentajes de pobreza con 1.7 y 1.5. México se empobreció más que Honduras. Nuestros porcentajes de pobreza y de indigencia son superiores al promedio de América Latina.  Para la señora Bárcena nuestra estructura productiva debería modificarse y reorientarse al mercado interno. Exportar se ha vuelto incierto.
En otra nota del mismo ejemplar el secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, indicó que los salarios mínimos han perdido 75 por ciento de su poder adquisitivo en los últimos 25 años. Cierto, y si se remontara a 1982 tendría que decir que han perdido más del 80 por ciento. Admitió que el salario mínimo no alcanza para nada y plantea que en esta revisión salarial no pierda aún más poder adquisitivo.
También leo que hubo largas filas, de miles de gentes, para solicitar un empleo temporal en Ciudad Juárez. Hay más de 100 mil desempleados en la ciudad; sobre todo por el cierre de maquiladoras que en los últimos años significó el despido de más de 75 mil personas. Buena parte de esas empresas siguen contando con naves industriales, maquinaria y herramientas.  Enfrente, en la calle, están los que saben trabajarlas. Sería posible  reactivarlas y producir; lo que no es posible es vender. De fuera ya no compran y los mexicanos no tienen dinero.
Finalmente nos acercamos a la explicación de lo que ocurre. El Banco de México reactivó la venta de dólares para evitar una mayor depreciación del peso. A partir del miércoles pasado subastará diariamente 400 millones de dólares cuando el precio de la divisa estadounidense supere en 2 por ciento la cotización del día anterior. También suspendió la compra de dólares. El resultado fue inmediato, el precio del dólar se redujo y volvió a ubicarse por debajo de los 14 pesos.  Con ello se empieza a revertir la acumulación de reservas internacionales. De un máximo de 140 mil 375 millones de dólares el 18 de noviembre bajaron a 139 mil 612 millones la semana pasada. Son 763 millones de dólares menos en quince días en lugar del acelerado incremento anterior. Un cambio de tendencia fuerte.  
Hay que recordar que el aparato productivo mexicano, la petroquímica, el calzado, la agricultura y todo lo demás, presenta una bajísima competitividad, rentabilidad y capacidad de generación de empleo debido a que tenemos un peso muy caro y un dólar artificiosamente barato.
Si en lugar de 14 pesos un dólar costara 18 compraríamos fertilizantes, plásticos, zapatos y granos mexicanos. Lo que haría que el aparato productivo nacional funcionara con mucha mayor eficiencia; usando la infraestructura, maquinaria y trabajadores disponibles. Sería entonces posible elevar los salarios y los trabajadores tendrían mayor capacidad de compra de productos nacionales.
Un aparato productivo como el nuestro solo puede ser competitivo en el mercado internacional y en el mercado interno de dos maneras. La primera es pagando cada vez menos salarios, que es lo que se hace,  como lo reconoce el secretario del trabajo. La segunda posibilidad es tener una moneda competitiva. La diferencia entre una u otra opción es brutal. Pagando bajos salarios no hay quien compre y quiebra un gran número de empresas que intentan vender dentro del país. Nos empobrecemos progresivamente. 
En contraste los países con una moneda barata, competitiva, como Argentina o China, van viento en popa. Sus economías, el empleo y los salarios crecen. En los últimos 9 años los chinos incrementaron salarios en un 120 por ciento y viven cada vez mejor. Ciertamente mejor que la gran mayoría de los mexicanos. China es el país más exitoso del mundo en la reducción de la pobreza; nosotros generamos más y más.
Cierto que un dólar caro nos asusta porque nos hemos hecho dependientes de las importaciones. Importamos de todo, hasta los alimentos. Pero estamos aferrados a un dólar barato que no nos permite producir internamente, generar empleos y pagar mejores salarios. 

CELAC

CELAC

Jorge Faljo


No es un asunto menor que a principios de diciembre se hayan reunido prácticamente todos los jefes de Estado de América Latina y el Caribe con el gran propósito de avanzar en la construcción de un nuevo organismo, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe –CELAC-, orientada a la unidad y solidaridad internacionales en esta gran región. Hablamos de 33 países, una superficie de 20.5 millones de kilómetros cuadrados (México tiene casi dos), y 570 millones de personas.
La organización fue fundada formalmente hace un año y medio y aún carece de estructura administrativa. Podría decirse por un lado que es apenas un buen propósito. Por otro lado la reunión le da un importante aliento; retoma lo que parecía un cascarón vacío para armar un encuentro de muy alto valor simbólico y que bien puede ser el principio de algo verdaderamente histórico.
Para empezar es un “hitazo” de Hugo Chávez que fue el anfitrión de 30 presidentes, un vicepresidente y dos cancilleres. Demuestra que no es ningún paria internacional y que tiene grandes habilidades diplomáticas para lograr sentar a la misma mesa a presidentes tan dispares como el mismo y otros “izquierdistas” como los de Bolivia, Cuba y Ecuador de un lado y Chile, Colombia y Honduras, los “derechistas”, del otro lado. Claro está que a las habilidades diplomáticas se suma cierto activismo económico expresado por ejemplo, en el aprovisionamiento de petróleo barato a países caribeños, incluidos los de habla inglesa; inversiones y compras en Argentina; la adquisición de veinte aviones a la industria brasileña y, en el caso de México, la indemnización a Cemex y el establecimiento de una sociedad con Gruma, la gran productora de harina de maíz (Maseca).
México tuvo, en la persona de su presidente, un espacio de honor con el discurso de apertura de sesiones. Felipe Calderón planteó entre los propósitos de la unión latinoamericana la defensa de la democracia, la paz y los derechos humanos; el progreso económico, acabar con la pobreza y el respeto al medio ambiente. Destacó, al referirse a la lucha contra el crimen organizado, la especial responsabilidad de los países consumidores de estupefacientes donde, dijo, se generan las grandes ganancias de la criminalidad.
CELAC nació con numerosos puntos de consenso. Entre ellos el apoyo a la Argentina en sus justas aspiraciones de soberanía sobre las Islas Malvinas; el repudio al bloqueo económico y financiero norteamericano a Cuba; la búsqueda de una solución al aislamiento del Paraguay (sin salida al mar); la defensa del uso ancestral de la hoja de coca en Bolivia y Perú; la oposición a la especulación financiera; la búsqueda de la seguridad alimentaria; respaldar la candidatura del vicepresidente de Colombia para dirigir la Organización Internacional del Trabajo.
Una diferencia importante que no se resolvió es si la toma de decisiones debía hacerse por mayoría o por consenso. De momento se mantuvo el consenso como base de los acuerdos de la comunidad.
A pesar de ello destaca el espíritu de conciliación y apertura por sobre las diferencias ideológicas. Posiblemente la mejor muestra de ello es que el presidente de Venezuela le cede el papel dirigente de la CELAC al presidente de Chile para el 2012. En el 2013 la dirigencia la tendrá el presidente cubano que será el anfitrión de la cumbre internacional de ese año.
Sin sobreactuar ni atraer demasiada atención los grandes promotores del nuevo organismo son Argentina y Brasil que lo ven como una forma de ampliar y potenciar sus acuerdos de integración comercial y productiva.
Para otros lo fundamental hasta el momento puede ser la solidaridad política y la protección contra lo que Chávez de Venezuela y Correa de Ecuador llamaron el injerencismo norteamericano. Los dos han sido víctimas de intentos de golpe de estado y no queda claro si eso tiene que ver con tales declaraciones. Correa se quejó amargamente de su conflicto con los grandes medios de comunicación como representantes del gran capital. No cabe duda que su queja encuentra eco en Venezuela o incluso en Argentina donde Cristina Kirchner ha destacado en conseguir mayor pluralidad en los medios.  
Raúl Castro, el presidente cubano, subrayó que la CELAC no nace en contra de nadie, de ningún país, sin embargo tan importantes como las presencias son las ausencias. En este caso destaca la no invitación a los Estados Unidos y a Canadá para formar parte de la CELAC. Algo debiera ser claro; con la presencia de estas potencias no habría sido posible consensar el apoyo a Argentina en el caso de las Malvinas; el repudio al bloqueo a Cuba; el apoyo a Calderón sobre la responsabilización de los países consumidores de estupefacientes, en la reducción del consumo y el control de armas; o la posición boliviana y peruana acerca del consumo ancestral de la hoja de coca y muchos otros puntos más del interés latinoamericano.  
Sin entrar en contraposición abierta, la CELAC erosiona el papel de la Organización de los Estados Americanos. A esta se le reprocha su papel ambiguo en el caso de los intentos de golpes de estado en Venezuela y Ecuador; su impotencia en el golpe de estado consumado en Honduras y la exclusión de Cuba. De manera más general se la considera simplemente ineficaz.
Aunque no lo digan explícitamente la mayoría de los presidentes, la CELAC marca límites al papel de los Estados Unidos en Latinoamérica y establece una sombrilla de protección a la determinación interna de cada país.
Un ejemplo sería Cuba. Es muy posible que en los próximos años deba profundizar su transición hacia una economía mixta y hacia la democratización política. Sin embargo esta transición plantea serios riesgos de pérdida de control del proceso si al mismo tiempo se ve sujeta a injerencias externas. La dirigencia cubana desea la protección internacional que le permita correr los riesgos de la apertura para una conducción ordenada del proceso sin riesgos de violencia interna. Posiblemente una modificación al estilo chino donde el notable éxito de su transformación económica se asocia a un estilo de conducción que no necesita hacer concesiones a las presiones externas.
Algo similar, aunque de menor grado de radicalidad es posible que ocurra en  México. La siguiente administración pudiera encontrar en la comunidad latinoamericana un buen respaldo a la renegociación con los Estados Unidos de la estrategia de combate al crimen organizado haciéndole cargar con una mayor responsabilidad en cuanto al trasiego de armas y el control financiero.
Es evidente el guiño, el gesto atractivo que nos hace Latinoamérica para reintegrarnos a la cultura a la que pertenecemos. La comunidad no podría llamarse latinoamericana sin México, segundo país más poblado y tercero, después de Argentina y Brasil en extensión territorial. Para muchos, nuestro país le ha dado la espalda al sur al decidirse por la integración con sus poderosos vecinos del norte y al respaldar e incluso adoptar como propias muchas de sus posiciones internacionales. No obstante nos invitan a acercarnos.
Bien podría ser que México encuentre en el comercio latinoamericano una nueva palanca de desarrollo económico aprovechando el notable desempeño de Brasil y Argentina. Dado que toda América Latina va mejor que nosotros algo podríamos aprender y aprovechar; sobre todo ahora que el TLC ya no da para más. Que por cierto nunca dio para mucho.
El fortalecimiento de la unidad latinoamericana tiene algo que ofrecer a todos y cada uno de los presentes en la cumbre. Pero como bien lo expresó una mexicana, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en la región se requiere trabajar mucho para conseguir la integración y las condiciones ahora lo propician. Es decir que la cumbre de la CELAC fue un paso importante pero una golondrina no hace verano. Habrá que ver si en un mundo crecientemente inestable e incierto, América Latina efectivamente logra hacerse presente como una región crecientemente unida en lo político e integrada en lo económico.