domingo, 30 de junio de 2013

La buena mala noticia para un país adicto... a los dólares

La buena mala noticia para un país adicto... a los dólares
Faljoritmo
Jorge Faljo

El reciente informe de un bajo crecimiento en la economía norteamericana provocó la mayor ganancia diaria de la bolsa de valores de México. Para explicarlo hace falta ver lo que ocurre allá y como nos afecta. Este es el gran tema que habrá de determinar el futuro próximo de este país.

Las cifras del crecimiento norteamericano fueron desalentadoras; de tan solo 1.8 por ciento cuando la previsión oficial era de un 2.4 por ciento. Claro que por lo general lo que se predice es parte de la estrategia de optimismo inmovilizador –no hay que hacer nada que ya vendrán tiempos mejores-, y luego la realidad es frustrante. Solo que ahora el margen de error fue bastante mayor al de costumbre.

Pero lo cierto es que ni siquiera el cálculo de crecimiento optimista habría sido suficiente para sacarlos de apuros. Tienen 12 millones de desempleados; 4.4 millones en desempleo de más de seis meses de duración. Lo que significa que pierden habilidades y los patrones ya no los quieren, prefieren desempleados recientes.

A este desempleo se suma la proliferación de trabajos de bajo nivel, la caída salarial de la mayoría y los trabajos de tiempo parcial. Eso explica que hoy en día 23 millones de hogares califiquen para recibir asistencia nutricional. Un total de 48 millones de norteamericanos, el 15 por ciento de la población, recibe esa ayuda que asciende a un promedio de 133 dólares mensuales por persona y que por cierto va mucho en contra de su tradicional orgullo.

La capacidad de producción norteamericana le permitiría a su población consumir mucho más y vivir mucho mejor; pero el hecho es que a una parte de la población no le alcanza para comer bien, a otros para vivir como estaban acostumbrados y la mayoría tiene miedo al futuro. Así que no existe la suficiente demanda en los bolsillos y la suficiente confianza para comprar todo lo que pueden producir.

Una importante política de alivio de la crisis en Estados Unidos es la simple y llana creación d dinero. Cada mes su banco central –la Fed, en el lenguaje especializado-, inyecta 85 mil millones de dólares nuevos a su economía y los usa para comprar deuda del gobierno que está en manos privadas. De esta manera libera al gobierno de su deuda y coloca gran cantidad de dinero fresco en manos de los inversionistas financieros. Esta abundancia de dinero ha reducido las tasas de interés a prácticamente cero o incluso negativas (por debajo de la inflación).

Cuando los capitalistas financieros venden sus bonos de deuda y recuperan lo que habían prestado buscan otros espacios de inversión y ganancia y muchos de ellos deciden sacar este dinero de su país para llevarlo a otras partes. Lo hacen en busca de una mayor rentabilidad a la que les ofrece Estados Unidos.Una de sus opciones es México.

La Fed ha creado e inyectado a su economía dólares por el equivalente a unas veinte veces las reservas internacionales de México. Parte de ellos ha venido a crearnos aquí una falsa abundancia temporal de dólares baratos, con importaciones baratas bastante destructoras de las empresas y el empleo nacionales.
Pero lo relevante del momento es que la Fed ha anunciado que suspenderá la creación de dólares a la que México ya es adicto, cuando su economía empiece a recuperarse. La situación es tal que en los últimos días el temor a las buenas noticias en Estados Unidos y a la suspensión de la entrada su moneda encareció el dólar por arriba de los trece pesos.

Ahora la noticia de un bajo crecimiento norteamericano significa que la Fed seguirá creando dólares y estos seguirán viniendo a México. Los que ganan de este lado son el capital financiero que sigue bien cotizado en la bolsa, los empresarios que se apuntan a vender sus empresas a buen precio, los importadores de importaciones baratonas.

Los que pierden son los productivos, empresarios y trabajadores. La competitividad nacional sigue obstaculizada por lo caro de nuestra moneda; así que conviene más importar que producir. Cae la producción, las exportaciones y la productividad debido a que las empresas trabajan por debajo de su capacidad.

Ya nos avisó el secretario del trabajo que la promesa de Peña Nieto de crear un millón de empleos al año era solo si se crecía al seis por ciento. Calcula que solo se crearán 600 mil empleos este año; es su cálculo optimista inmovilizador. No hay que hacer nada; algunos cuantos tendrán la suerte de tener un empleo mal pagado, inseguro, incluso indigno.

Tenemos un modelo adicto a los dólares, extremadamente dependiente y muy frágil ante las decisiones externas. Nos ponemos de pechito para luego echarles la culpa a otros. Para conservar este paraíso fiscal para los extremadamente ricos necesitamos nuestra inyección cotidiana de dólares. La tenemos si allá sobran y acá podemos seguir vendiendo al país, sus empresas que aún caminan aunque sea renqueando, sus playas, su subsuelo, todo pues.

Las adicciones son terribles y la detoxificación será muy muy dura; nos pondrá al borde de la desintegración. Para ese momento que habrá de ocurrir en este sexenio necesitaremos un buen plan de salida de la crisis, buenos liderazgos y una sociedad viva y consciente de como retomar su rumbo histórico. Aquel que decía que los mexicanos tenemos derecho a decidir sobre nosotros mismos.

lunes, 24 de junio de 2013

Brasil; una gota derrama el vaso

Brasil; una gota derrama el vaso
Faljoritmo
Jorge Faljo


De repente, de un día para otro, en Brasil se ha desatado una revuelta social de gran magnitud. Las protestas iníciales fueron detonadas por la subida de las tarifas del transporte público (cerca de un diez por ciento) en varias de las principales ciudades del país. Una limitada reacción popular fue duramente reprimida y eso fue como echarle gasolina al fuego. Las protestas crecieron de los miles a las decenas y cientos de miles.

Tal vez la primera señal fuerte que recibió el gobierno fue cuando el pasado domingo 16 la señora presidente de Brasil, Dilma Roussef, y Joseph Blatter, presidente de la FIFA, recibieron un gigantesco abucheo al inaugurar la Copa Confederaciones Brasil 2013. Fue una gran sorpresa puesto que esperaban aplausos. Tuvo que declararse inaugurado el evento suspendiendo los discursos.

En los días siguientes creció la reacción en las calles y a 13 días de haber elevado las tarifas de transporte tuvieron que volverlas a bajar. Pero ya era demasiado tarde. La gota había derramado un vaso lleno de resentimientos largamente acumulados. ¿Quiénes y porque protestan?

Los manifestantes son sobre todo jóvenes urbanos de clase media con un nivel de educación superior al de la mayoría de la población y bien conectados a las redes sociales. Es por esos medios que se auto convocan a marchas y protestas. No tienen líderes identificables y rechazan a todos los partidos políticos. A los grupos que pretenden incorporarse con banderas o logos de partidos, incluso de izquierda, los rechazan por oportunistas.

Que se trate de los hijos de la clase media educada nos recuerda el papel que estos jóvenes jugaron en las revueltas de Túnez, Libia, Egipto e incluso el destacado aunque momentáneo papel que tuvo el grupo “Yo soy 132” el año pasado en México. Se trata de una juventud mundial en la que se concentra la falta de oportunidades de empleo digno y remunerado al nivel que tuvieron sus propios padres.

Los manifestantes se dicen agraviados por el deterioro de los servicios públicos. No todos tienen acceso a agua limpia; los hospitales públicos están atestados y dan mal servicio; las escuelas han envejecido y la educación es de baja calidad; el transporte urbano es viejo e insuficiente; los impuestos son altos; la inflación encarece la vida y el futuro no es prometedor.

Aunque las causas del resentimiento son muchas este se ha encaminado de manera inesperada en contra de los dos grandes eventos, el mundial del futbol de 2014 y los juegos olímpicos de 2016. La razón es que el gobierno del Brasil ha construido o remodelado 12 estadios de futbol que con las obras acompañantes (vías de acceso, aeropuertos, infraestructura turística y remodelaje urbano) han costado más de 15 mil millones de dólares. En la percepción popular el dineral gastado se debe a costos inflados por un nivel de corrupción que deja chiquita nuestra calderonista estela de luz.

El contraste entre los grandes y brillantes estadios y los hospitales, escuelas y transporte obsoleto no podía ser mayor. Una pancarta lo decía así: “si tu hijo se enferma llévalo al estadio”. Así que los que protestan, además de edificios de gobierno han atacado oficinas de la FIFA y propaganda futbolera, obstruyen las entradas a los estadios y han hecho miles de pintas diciendo que los visitantes no son bienvenidos.

El gobierno de Brasil está sorprendido, desconcertado, nervioso y sin saber qué rumbo tomar. El martes 18 la presidenta, por cierto que ex comunista, ex guerrillera, encarcelada y torturada en su juventud, declaró que estaba orgullosa de los manifestantes; de ver a padres, hijos y abuelos juntos cantando el himno nacional y defendiendo un país mejor. Son voces que deben ser oídas, dijo cuando se trataba de 200 mil personas en las calles. Dos días después, el jueves 20 salían a las calles entre uno y dos millones de manifestantes en cerca de 100 ciudades.

La situación es compleja. El grueso del gasto en infraestructura para el mundial del futbol ya se hizo y ni modo de destruir los estadios. Sin embargo faltan las obras más delicadas porque se traducen en desalojar gentes de sus viviendas. Cuando se suman los cambios urbanos para el mundial más los de los juegos olímpicos se calcula reubicar a unas 176 mil personas de viviendas humildes. Todo para que no estorben durante unas pocas semanas. Otros dicen que de lo que se trata es de desaparecer barriospobres para más adelante construir viviendas de clase alta con enormes ganancias para empresas y políticos.

Como cereza en este batidillo está la visita del 22 al 29 de julio del Papa Francisco a Rio de Janeiro con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud católica. Medio millón de jóvenes ya tienen reservaciones para una ciudad que en este momento está convulsionada por las protestas. Un pueblo que se rebela contra el futbol está verdaderamente desatado. Así que más valdría que el Papa se salte la programada bendición de las banderas olímpicas.

Brasil nos ha dado una enorme sorpresa. Abunda la incertidumbre: ¿Pueden continuar las obras de infraestructura? ¿Habrá mundial de futbol y juegos olímpicos?

Mucho más importante que eso serán las respuestas de fondo que tendrá que diseñar e instrumentar cuidadosamente un gobierno que se considera progresista. Ojalá y no defraude a su pueblo.

domingo, 16 de junio de 2013

La denuncia de Snowden

La denuncia de Snowden

Jorge Faljo

Edward Snowden ya inscribió su nombre en la historia norteamericana y mundial por sus revelaciones, con documentos en la mano, sobre el enorme monto de información personal que recaba el gobierno norteamericano. Hasta el momento sabemos que se recaban los datos de todas las llamadas internas e internacionales de todas las personas. El gobierno norteamericano conoce la agenda telefónica de todos, quien ha llamado a quien, cuando y el tiempo que duró la llamada.

También tiene un amplio acceso a la información de internet manejada y almacenada (todo se almacena) por Microsoft, Google, Facebook, Yahoo, Twitter, Skype, Youtube, Apple y bien podríamos decir que todas las demás empresas y programas de su tipo. Todas ellas están sujetas a las leyes norteamericanas donde quiera que se encuentren sus servidores y oficinas.

Se sabe que lo revelado levanta una esquinita de la alfombra sin que se pueda saber, porque es secreto, que tanto polvo existe debajo de lo demás. Lo que se reveló fueron órdenes secretas, emitidas por un juez secreto, basado en normas secretas. Así que lo que ahora sabe todo el mundo es que ni siquiera se puede precisar la real magnitud de la información que se recolecta.

Algunos senadores norteamericanos integrantes del Comité de Espionaje (“intelligence” le dicen en inglés) han declarado que los norteamericanos encontrarían sorprendente y horroroso darse cuenta de todo lo que la “Ley Patriota” permite. También dijeron que no es posible un debate público sobre el asunto precisamente porque sería delito dar más detalles.

El gobierno norteamericano ha hecho una muy clara distinción entre el nivel de vigilancia que ejerce sobre su población y la del resto del mundo. Indica que existen algunos límites y procedimientos legales para recabar información de sus ciudadanos, por ejemplo las autorizaciones secretas. Pero deja en claro que en el caso de extranjeros puede acceder a cualquier información. Esto incluye no solo mensajes sino todas las palabras que usted y yo hemos tecleado en una computadora, todos los videos vistos, todas las fotos colocadas o bajadas, todos los estados de cuenta de tarjetas de crédito y no se sabe bien a bien cuanto más. El hecho es que todo está almacenado y disponible.

Dentro de los Estados Unidos el debate es intenso. Algunos llaman traidor a Snowden y piden un fuerte castigo; otros lo consideran un héroe en la mejor tradición libertaria. Como en espejo algo similar ocurre con el presidente de ese país; para muchos hace lo que debe; para otros es hipócrita porque como senador había criticado el exceso de vigilancia gubernamental.

Como era de esperarse habrá litigios importantes. Resulta que en febrero pasado la Suprema Corte norteamericana decidió (5 contra 4) no aceptar un desafío a la legalidad de los mecanismos de vigilancia porque los representados por la Unión Americana de Libertades Cívicas no podían demostrar que ellos mismos eran vigilados. Han vuelto a demandar, ahora sobre la base de que son clientes de una empresa que recibió la orden de entregar información de sus llamadas telefónicas, entre centenares de millones más.

Una pareja norteamericana que a raíz de la muerte de su hijo en un accidente de helicóptero en Afganistán ha criticado al ejército y a su comandante supremo (el presidente) ha planteado una demanda colectiva por tres mil millones de dólares. Las características de la demanda hace que cualquiera que se sienta vigilado por el gobierno pueda sumarse a ella. No cabe duda de que otros, posiblemente muchos, habrán de incluirse como agraviados.

Por su parte algunos dirigentes europeos están pidiendo mayor información al gobierno norteamericano al tiempo que señalan que el acopio secreto de información privada de sus ciudadanos es ilegal.

La situación no podría ser más embarazosa. Obama le acaba de pedir a Xi Jinping, presidente de China, que controle los ataques de hackers chinos a empresas y computadoras norteamericanas, así como mayor respeto a los derechos humanos y a la disidencia política. Pero ahora Snowden declara que la Agencia de Seguridad norteamericana piratea la estructura de internet de Hong Kong y así accede a la información de centenares de miles de computadoras chinas. También habla de miles de ataques cibernéticos norteamericanos. A los ojos incluso de millones, incluyendo norteamericanos, los papeles se han revertido.

Snowden se encuentra en Hong Kong donde es una papa caliente. Ya hay manifestaciones locales de apoyo que complicarán la decisión de extraditarlo, expulsarlo o darle asilo. Rusia le ofrece refugio y esa podría ser su mejor opción. Sin embargo él aclara que no se esconde sino que busca promover el debate aunque teme por su familia. Dice tener más cartas en la manga con lo que nos anuncia nuevas sorpresas para las siguientes semanas.

Estamos ante un parteaguas histórico que puede marcar el inicio de la declinación del dominio norteamericano del internet. Podemos echar a volar la imaginación y empezar a pensar en equivalentes de Google, Twitter, Facebook, Skype y similares, radicados en países que conjunten democracia, independencia, libertad de expresión, tolerancia y fuerte defensa de la privacidad personal. Clientela ya existe; millones de personas, muchos gobiernos y miles de empresas están impacientes porque empiecen a surgir alternativas para el manejo de su información.

domingo, 9 de junio de 2013

China: la chamaqueada

China: la chamaqueada

Faljoritmo

Jorge Faljo

Xi Jinping, Presidente de China, Secretario General del Partido Comunista Chino y Presidente de la Comisión Militar Central, o sea el que ocupa los escalones uno, dos y tres del poder en su país, nos acaba de hacer una visita oficial de tres días. Se trata de la segunda potencia económica y el primer exportador del mundo; es además el país de más rápido crecimiento y muchos predicen que en un par de décadas superará incluso al poderío norteamericano.

Razón tal vez suficiente para recibirlo con grandes honores. Encuentro ceremonial; discursos sobre futuros promisorios; cena de gala; palabras ante el senado de la república; entrega de la llave de la ciudad de México; encuentro de mandatarios en cena privada; visita de las primeras damas a televisa; paseo turístico por Chichén Itzá; dialogo con campesinos mayas y más.

Fue como si en un salón de fiestas hubiera un elefante haciendo destrozos mientras los comensales tratan de ignorarlo y evitan mencionarlo. ¿Cuál es el paquidermo invisible?

En 2012 le compramos a China 56,936 millones de dólares –md-, sobre todo de bienes manufacturados; ella por su parte nos compró 5,721 md, en bienes de bajo valor agregado. Es decir que nos compra la décima parte de lo que nos vende y con una calidad del intercambio mala para nosotros. Es un enorme desequilibrio comercial que constituye hoy en día el principal obstáculo al desarrollo de nuestra industria.

Pero la página de la presidencia de la república ignora al elefante. Dice que China es nuestro segundo socio comercial y que el comercio bilateral creció en 804 por ciento del 2002 al 2012. Solo que no aclara que en esos diez años nuestro déficit creció de 5,620 md a 51,215 md y que nuestro “socio” nos daña.

¿Que ganamos con la visita? China ofrece abrir su mercado para comprarnos más carne de cerdo y tequila; un préstamo de mil millones de dólares y otros más en el futuro; posibles inversiones en México; becas para estudiantes y otras minucias.

¿Qué ganan los chinos? En primer lugar que no se critique al elefante; es decir continuar con un enorme desequilibrio comercial que les favorece. Que aceptemos un financiamiento cuyo resultado será comprarles más. Que reafirmemos una relación comercial que daña nuestra industria y nos regresa al tercermundismo. Aunque bien mirado con esta visita no pueden ganar lo que ya tenían.

Habría que sospechar que su ganancia es política. En esta vertiente obtuvieron el reconocimiento de México a una sola China, incluyendo al Tíbet y a Taiwán, y la promesa de no criticar la ausencia de libertades políticas, el no respeto a los derechos humanos y el acoso a los tibetanos en el exilio (incluyendo al Dalai Lama). Habría que preguntarse si esto que obtuvo China tiene valor para ellos. Antes de contestar esta pregunta hay que mencionar un par de cosas.

Xi Jinping salió de México rumbo a los Estados Unidos para entrevistarse con Obama. El trato allá no es como el que aquí nos permitió refrendarnos como país del tercer mundo ante la nueva potencia industrial. En Estados Unidos, en un rancho de California y en mangas de camisa, el dialogo con Obama es precisamente sobre los aspectos conflictivos de la relación.

Un grupo bipartidista (demócratas y republicanos) de congresistas norteamericanos está promoviendo crear aranceles compensatorios a los subsidios que China le da a sus exportaciones mediante la subvaluación de su moneda. En general la clase política y empresarial norteamericana considera que la moneda China se encuentra subvaluada entre un 25 y un 40 por ciento. Una lenta marea de sentimiento anti chino puede llevar más adelante a imponerle sanciones compensatorias.

Otros influyentes analistas norteamericanos, usualmente alineados con las políticas de libre mercado, se oponen a que China compre empresas norteamericanas (en vez de mercancías) debido a que por su sistema de capitalismo de estado las consideran parte integral del gobierno chino.

Estados Unidos está impulsando la alianza transpacífica entre Chile, Nueva Zelanda, Brunei y Singapur. Y está en proceso de negociación la entrada de Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Perú y Vietnam. La gran ausente es China que ve esta alianza peor que anatema; como la intromisión norteamericana en su periferia y la creación de un contrapeso a su poder económico.

En la vertiente política es un hecho que los Estados Unidos seguirán protegiendo a Taiwán; que seguirán criticando las faltas a los derechos humanos y la ausencia de derechos políticos en China; que el Dalai Lama y los reclamos de grupos tibetanos en el exilio encuentran mucha simpatía en el pueblo norteamericano.

Retomemos la pregunta. ¿A que vino Xi Jinping? Vino a desalinear a México de la política norteamericana. En la gran perspectiva mundial las concesiones políticas que obtuvo de México son valiosas para Xi Jinping para demostrar a los Estados Unidos que puede meterse en su periferia y conseguirse un socio que le juega a las contras.

Eso a cambio de entreabrir la puerta al comercio de cerdos que nos dejaron de comprar en el 2011 como reglazo en la mano por haber recibido al Dalai Lama.

Nos dejamos chamaquear.

domingo, 2 de junio de 2013

Trigo transgénico; un doble escalofrío.

Trigo transgénico; un doble escalofrío.
Faljoritmo
Jorge Faljo

Un fuerte escalofrío acaba de sacudir a los productores norteamericanos de trigo y, de rebote, a otros productores de granos. Japón y Corea declararon en suspensión, de momento, las compras de trigo norteamericano.
Resulta que un productor del estado norteamericano de Oregon, como parte de sus preparativos para una siguiente siembra, aplicó un herbicida que acabó con la maleza. Sin embargo no destruyó las plantas de trigo que habían crecido espontáneamente en su terreno. Tras una doble y triple aplicación del herbicida las plantas resistieron. Esto le llamó tanto la atención que llevó una muestra a la universidad del estado para que les hicieran análisis.
Las pruebas determinaron que se trataba de trigo transgénico de una variedad desarrollada por Monsanto precisamente para resistir el herbicida que comercializa la misma empresa. El desarrollo de ambos productos no es contrasentido sino lo más lógico. Un herbicida que destruye todo excepto la planta útil facilita la producción y constituye un doble negocio.
Pero el caso es que la siembra de trigo transgénico no está permitida en los Estados Unidos ni en ningún otro lugar del mundo. Similar a lo que ocurre con el arroz pero muy distinto a la ya muy difundida siembra y comercialización de maíz y soya genéticamente modificados. La justificación de este doble estándar en los Estados Unidos es clara; en su perspectiva el trigo y el arroz son alimentos de consumo humano directo. En cambio el maíz y la soya son fundamentalmente alimentos para animales. Esa es la perspectiva anglosajona; la nuestra debería ser otra.
El caso es que Estados Unidos es el principal exportador de trigo del planeta, unas 28 millones de toneladas anuales. Japón y Corea importan, los dos, unas cinco millones de toneladas al año, de modo que la suspensión, aunque temporal, es importante. Pero no son los únicos preocupados. Taiwán seguirá importando pero pide garantías de que no recibirá granos modificados. Otros países dicen que consultarán con la industria harinera y grupos de consumidores.
Europa, que prohíbe todos los transgénicos, importa un millón de toneladas de trigo norteamericano al año (casi todo va a España). De momento ha decidido revisar el trigo que ya tiene en sus bodegas así como futuras importaciones. Incluso ha solicitado a la propia Monsanto que le ayude a desarrollar mejores pruebas para identificar más fácilmente al trigo modificado que creo esa empresa. China y Filipinas declararon que están atentas a la información sobre el tema.
No se conocen aún las implicaciones de esta noticia apenas dada a conocer el pasado 29 de mayo. Puede ser un problema controlable en lo técnico (la contaminación en los campos) y mercantil (dar confianza a los compradores). O, por lo contrario, irá en crecimiento.
Algo que señalan los ambientalistas, es que lo ocurrido pone en duda los protocolos de seguridad experimentales. El trigo descubierto se desarrolló en experimentos controlados entre 1998 y 2005; no se autorizó su siembra comercial y fue abandonado supuestamente sin mayores consecuencias. Pero la polinización del trigo ocurre incluso a grandes distancias y una semilla puede desarrollarse incluso con años de retraso.
La noticia les pega a los trigueros y a los productores de alimentos orgánicos donde más duele, en el bolsillo (por la desconfianza que crea en sus consumidores). Aunque de momento es muy pronto para saber si esto llevará a demandas en contra de Monsanto.
Dos días después de la noticia ya se notaba en los mercados un incremento de la demanda de trigo de Australia, Argentina y Rusia en substitución del norteamericano. El efecto puede ser doble y contradictorio: que el trigo norteamericano baje de precio y el de otros países suba.
Otros países han reaccionado de inmediato ante la noticia y el hecho es que puede evolucionar como muy importante en el comercio mundial de alimentos. Ciertamente conviene reflexionar sobre los distintos escenarios posibles.
Uno de ellos es que si se confirman las suspensiones de importaciones de trigo de Asia y se incrementa la desconfianza de Europa puede haber montos invendibles que se derivarían al consumo animal. Lo que bajaría los precios de otros forrajes como el maíz y el sorgo.
El efecto en los mercados puede ser temporal y controlado. Por ejemplo, mediante mejores pruebas genéticas que permitan diferenciar el trigo proveniente de distintas regiones norteamericanas, incluso a nivel de cargamentos específicos. De este modo los Estados Unidos podría negociar con los importadores un impacto reducido.
Pero si las pruebas señalan que la contaminación es más amplia y difícil de controlar el problema se prolongaría al mediano y largo plazo. Esto podría llegar a tener consecuencias importantes dentro del país.
México destacó como el único importador de la leche radioactiva de Chernóbil; es decir que no somos nada melindrosos y muy probablemente los importadores impondrán su voluntad y nos conducirán a consumir lo que otros países rechazan.
La ganga de trigo barato podrá llevar parte de esta producción hacia un uso forrajero, lo que abarataría también, dentro de los Estados Unidos y en México, los precios del maíz y el sorgo. Es decir que los agricultores nacionales, ya afectados por la sobrevaluación del peso, pueden recibir un serio golpe. Ese sería el segundo escalofrío. Y ya sabemos que lo que allá es gripa aquí puede volverse pulmonía.
Son reflexiones iniciales pero la rápida reacción de otros países debería hacernos pensar a nosotros, sobre todo a los productores nacionales, que hay que ponerse las pilas, darle seguimiento al asunto y, sobre todo, demandar medidas de política que eviten impactos destructivos sobre la producción interna.