Jorge Faljo
Abordo de nuevo el tema del PND. La semana pasada afirmé que entre el documento enviado a la Cámara de Diputados como Plan y lo enviado como anexo son en realidad dos planes incompatibles entre sí; elaborados por dos equipos distintos y no coordinados.
Ello ha dado lugar a dos posiciones que evitan hacer explicitas sus diferencias. De un lado los que consideran que el Plan es una mera introducción retórica al expresado en el anexo, el cual es el verdadero plan, ortodoxo y técnico. Y por otra parte existen los que simplemente deciden ignorar el anexo. Lo que en cierto modo resulta peor que criticarlo.
Aquí adopto la perspectiva de ignorar el anexo para analizar el Plan desde mi propuesta de siempre; la re-construcción de un sector social moderno.
Como todos los niños jugué a conectar los puntos numerados en un cuaderno para el entretenimiento infantil. Uno los unía con lápiz o pluma y al final se completaba una figura; fuera un león, un dragón, conejo o algo más.
El PND presenta una fuerte perspectiva social con numerosos puntos a los que les falta conectarse; si lo hacemos surge como evidente lo que podría ser la mayor transformación del país y tal vez la única manera realista para cumplir con sus propósitos de equidad, justicia social y bienestar.
Puntos a conectar:
El PND se asume como histórico porque expresa la decisión popular construir un nuevo pacto social. Una verdadera sublevación que conduce a un nuevo modelo de desarrollo en el que el objetivo de la política económica será generar bienestar para la población.
En adelante la conducción del país ya no estará en manos del mercado. El Estado recuperará su papel articulador de los propósitos nacionales y rector e impulsor del desarrollo.
Destacan en el PND las transferencias sociales y la generación de empleo: Programas y ayudas a adultos mayores; discapacitados; estudiantes; niños en pobreza extrema; productores agropecuarios; para damnificados y reconstrucción; para capacitación de jóvenes en empresas; créditos al micro comercio, caminos rurales (de concreto). Y seguro se me escapa alguno más.
Reciben transferencias sociales 14 millones de personas y la meta es de 22 millones; uno de cada dos hogares será beneficiado. Habrá un fuerte impulso a la demanda de bienes de consumo popular.
El PND también habla de no abandonar a comuneros, ejidatarios y pequeños propietarios. En ese sentido apunta el Programa de Producción para el Bienestar con apoyos a 2.8 millones de pequeños y medianos productores agropecuarios (entre ellos 657 mil indígenas); los programas para 420 mil cafetaleros y cañeros; los precios de garantía para maíz, frijol, trigo, arroz y leche en beneficio de dos millones de productores; los créditos a la palabra y la distribución de fertilizantes.
De acuerdo al PND el organismo Seguridad Alimentaria Mexicana –SEGALMEX- tendrá como funciones: coordinar la adquisición de productos agroalimentarios a precios de garantía; promover empresas asociadas a la comercialización de productos alimenticios y distribuir la canasta básica en regiones marginadas.
Se plantea un fuerte impulso a la demanda y a la producción y un organismo que operará en adquisición de productos y en distribuir la canasta básica; además de apoyar y apoyarse en empresas de comercialización.
Sin embargo, falta hacer explícitas dentro del plan las anteriores asociaciones entre demandas y ofertas creadas mediante transferencias. Que la demanda de 22 millones de beneficiados por los programas sociales se “amarre” a la oferta de los también millones de productores beneficiados. Que la canasta básica de SEGALMEX tenga origen en los productores beneficiados. Que el impulso a la producción se asocie a la organización de productores y consumidores para la comercialización.
La propuesta que pudiera complementar el Plan es construir un mercado específico para el intercambio de los productores y consumidores beneficiados por el PND. Para ello las transferencias sociales deberán distribuirse como derechos de compra en SEGALMEX, tiendas Diconsa y empresas comercializadoras aliadas. Es decir, como vales o cupones; que han sido instrumentos ya ampliamente utilizados en el sector privado.
Si el sistema de comercialización propuesto opera de ese modo, no solo fortalecería el intercambio local y regional, sino que hacia el exterior consolidaría las compras en el mercado nacional e incluso internacional.
Lo que se propone sería el mejor blindaje anti corrupción del gasto social. Es hacer operativa la democracia participativa.
Cuando unimos los puntos la imagen que surge del Plan es un grande y noble elefante; un Sector Social a la altura del gran diseño constitucional y del nuevo pacto social que se propone construir este gobierno.
Dice el PND que “el gobierno federal impulsará las modalidades de comercio justo y economía social y solidaria.” Si esto va en serio ya la hicimos.
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