lunes, 11 de mayo de 2015

Inversión Extranjera y elecciones

Inversión Extranjera Directa y elecciones
Faljoritmo

Jorge Faljo

El Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, acaba de declarar que el ritmo de entrada de Inversión Extranjera Directa -IED- registrado en los dos primeros años de la actual administración federal, “lleva al compromiso de cerrar el sexenio con inyecciones de capital superiores a 180 mil millones de dólares”.

Curiosa elección de palabras porque eso de llevar al compromiso no parece claro. Yo creo que compromiso no hay por parte de nadie. El Señor Secretario afirma, simplemente, que todo va a seguir igual. De lo que por cierto no se puede estar seguro porque si algo muestran las cifras es la irregularidad de estas entradas de capital… y eso sin contar las salidas.

Es más bien un juego de adivinanza en que nuestros altos burócratas no se han distinguido por su buen tino. Me recuerda a las galletas de la suerte del café de chinos que siempre ofrecen viajes y riquezas inesperadas. Yo las guardo cuidadosamente por aquello de poder luego reclamar el compromiso.

Lo importante es que el Sr. Secretario, basado en los registros de los dos últimos años piensa que en el sexenio entrará esa cantidad de dólares. Según datos del Banco de México en 2013 y 2014 entraron casi 67 mil millones de dólares –mmd- de IED. Hasta aquí vamos bien, solo que también salieron casi 21 mmd que los mexicanos sacaron del país. Entonces la entrada neta fue, en promedio de 23 mmd.

Si extendemos la mirada a tres años y debido a que la IED del 2012 fue negativa, el promedio se cae a solo 11 mmd. Así que en realidad con las cifras de los últimos años podemos decir cualquier cosa y el cálculo esperanzado del secretario de economía implica que se podrá atraer muchos más dólares que en los últimos años. Ésta fue la apuesta de la reforma energética y por eso ahora se le ceden incluso los campos anteriormente reservados para Pemex.

La cifra elegida, de 180 mmd de inversión externa en el sexenio, corresponde gruesamente a lo necesario para cubrir el déficit de cuenta corriente; es decir el que calcula comercio, remesas y el pago de intereses de la deuda. Así que en el fondo lo que dice es que vamos a estar equilibrados.

Puede que sí, puede que no. Mejor nos enteramos cuales son las áreas atractivas a esa futura inversión. De acuerdo a lo declarado estos capitales llegarán a invertir en manufacturas para la exportación; desarrollo urbano en viviendas y corporativos para ofrecer servicios a la industria energética (en Yucatán, por ejemplo), y en los sectores automotriz, aeroespacial y desarrollador de tecnologías de la información.

Ya me aprestaba a criticar sus afirmaciones cuando caigo en la cuenta de que tengo que meter reversa. Si hubiera dicho que habrá inversión para el mercado interno yo me permitiría recordar que este mercado se enaniza, que la población gana cada vez menos y ni siquiera tenemos inflación por la peor de las razones; no hay demanda.

Pero el Sr. Secretario apunta solamente destinos de inversión encausados a la exportación. Esta medianamente en lo correcto; nadie querría invertir para producir lo que consumen los mexicanos.

A la “noticia” de la entrada de IED se le dio el mayor vuelo posible y ocupó la primera plana del periódico el financiero. Ocurrió en el marco del encuentro sobre comercio en América Latina recién celebrado en Cancún. En ese evento el presidente de México estuvo acompañado por los de Haití y Panamá.

No hubo más capacidad de convocatoria pero de cualquier modo era indispensable aprovechar el escenario para dar una buena noticia. Y hubo que encontrar una ubicada en el futuro porque las del pasado y el presente son escasas.

Mi hipótesis sobre cómo es que una nota tan optimista como poco sustentada se coló a la primera página es doble. Por una parte no tenía competencia; hay poco bueno que decir. La segunda parte de mi explicación es que nos acercamos a las elecciones del 7 de junio y la cúpula gobernante está rebobinando las neuronas para generar buenas noticias distintas a los crímenes de los malos; las matanzas de los buenos; la corrupción y fraudes de prácticamente todos.

Se acercan las elecciones y hay que llegar cargados de noticias optimistas. No solo para el pueblo; también para todos los que podrían dudar de la estabilidad de la economía y querer protegerse comprando dolaritos. Están también los que pueden dudar de la atinada conducción del país y podrían querer votar por otro partido. Solo que ¿cuál otro partido? ¿qué no todos son el mismo?

El mensaje de fondo es que sigue la estrategia de atraer inversión externa, fortalecer al peso y producir para exportar. Solo que con un peso caro es difícil exportar, a menos que se produzca con mano medio muerta de hambre. Y de acuerdo a las estadísticas del CONEVAL esa es exactamente la situación. A más pobreza mayor competitividad internacional de la economía.

No faltan voces dignas, como las de la Sra. Alicia Bárcenas, una mexicana que es Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y que en Cancún dijo que la igualdad debe ser el motor del crecimiento económico; es decir elevar los ingresos de la población y la tasa fiscal para generar demanda e impulsar la producción.

Solo que entre la estrategia de crecer hacia afuera, con empobrecimiento masivo, y crecer hacia adentro, elevando los ingresos de la mayoría, hay una distancia tremenda. Y en la segunda no creen nuestras elites a pesar de que el país se les desmorona.

Tenemos elecciones en puerta, y con ello la oportunidad para que demos un mensaje contundente de hartazgo y de necesidad de cambio.

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