Jorge Faljo
Decía mi abuelita “no busco quien me la hizo sino quien me la pague”. Tiempo después entendí que era un dicho popular que, con ironía, describe una conducta absurda, aunque frecuente. El enojado busca con quien desquitarse cuando no puede hacerlo con el culpable de su desdicha.
Eso es lo que dio a entender el presidente Peña Nieto cuando le sugiere a Trump que si se encuentra frustrado por asuntos de política interna no se desahogue con los mexicanos.
Y es que la lista de motivos de frustración para Trump es larga y en continua ampliación. Sin embargo, en el caso de este güero no se trata de mero desahogo; el tipo tiene un instinto afilado para distraer la atención y crear la impresión de que lejos de fracasar es una especie de héroe en combate permanente.
Militarizar su frontera sur con algunos miles de reservistas de la guardia nacional es un discurso grandilocuente que tapa el hecho de que no consiguió los fondos para construir su muro faraónico y que, obviamente México no lo pagará. Que no está de más decirlo, ya antes varios presidentes de estados Unidos habían militarizado la frontera, entre ellos Obama y Bush.
Pero Donald Trump hace escandalo porque tiene muchas otras cosas que tapar con sus desplantes.
Trump, su familia y sus colaboradores cercanos se encuentran dentro de un cerco que se va cerrando lentamente y que pone al descubierto que es un pésimo empresario y su éxito se debe a que sus negocios han servido para lavar el dinero sucio de los grandes oligarcas rusos. Día con día crecen las evidencias de que ha interferido con las investigaciones en torno a los indicios de colaboración de sus allegados con las actividades rusas, ya comprobadas, para favorecerlo como candidato presidencial.
En el colmo de lo aberrante Trump ha sido demandado por una sexonegociante, que en sus buenos tiempos fue la reina del porno, para dejar sin validez un contrato que la obliga al silencio sobre sus relaciones íntimas con el ahora presidente norteamericano. Ese contrato lo firmó la hermosa pechugona a cambio de 130 mil dólares pagados, “de su bolsillo” por el abogado del Donaldo. Solo que ella quiere verse libre del trato para, según parece, poder mostrar fotos y videos íntimos y narrar una versión detallada de sus encuentros.
Estas frustraciones posiblemente sean las más personales e importantes para Trump; pero hay otras que se asocian con lo que podríamos llamar el despertar de la rebeldía social norteamericana.
La marcha de las mujeres de 2017 incluyó a cuatro millones de gentes, mujeres y hombres, en centenares de eventos distintos. El objetivo fue protestar contra el trato discriminatorio y sexista que se ha visto acentuado por este presidente misógino. A estas protestas prácticamente continuas se asocian oleadas de denuncias que han logrado destituir a magnates de los medios e importantes políticos de derecha.
El movimiento “las vidas de los negros son importantes” es una de las crecientes expresiones de rabia de la población afroamericana ante las condiciones de violencia en las que viven, incluyendo los numerosos hechos de violencia y asesinatos injustificados por parte de la misma policía.
Los adolescentes norteamericanos, básicamente estudiantes de secundaria y preparatoria, sorprendieron por su capacidad para protestar contra la facilidad con la que se venden armas de alto poder en su país. Una gran marcha de cerca de un millón de jóvenes en Washington y otros centenares de eventos subrayaron su exigencia de seguridad no solo en las escuelas, sino en todo centro de reunión, cines, plazas comerciales y demás. De manera repentina, después de otro tiroteo sangriento, surgieron como una notable fuerza política que enfrenta a los congresistas que reciben fuertes donativos de la poderosa asociación nacional del rifle.
Trump amenaza expulsara a centenares de miles de jóvenes que llegaron a los Estados Unidos siendo niños, son los llamados Daca. Pero estos no se quedan callados; se expresan en marchas y plantones demandando seguridad migratoria para ellos y otros millones de amenazados.
Una huelga de 20 mil maestros en el estado de Virginia del Oeste logró cerrar todas las escuelas del estado para exigir un incremento salarial y seguridad en sus pensiones. Ganaron la pelea a pesar de que lo que hicieron era claramente ilegal.
Su ejemplo genera nuevos movimientos de maestros en Arizona, Ohio y Oklahoma en los que, además de mejores condiciones laborales, demandan que se restituyan los presupuestos educativos reducidos en los últimos años. Los liderazgos formales fueron rebasados por un movimiento de base organizado mediante el uso de redes sociales. Los maestros no tienen derecho de huelga así que recurren, por ejemplo, a reportarse enfermos y van a sus marchas y plantones en los palacios de gobierno estatales.
Las protestas y demandas de las mujeres, los afroamericanos, los inmigrantes jóvenes, los adolescentes, los maestros son chispas que confluyen en contra del partido republicano y, al mismo tiempo, exigen la renovación y conquista por las bases sociales del partido demócrata.
Trump tiene muchas razones para estar frustrado y tratar de distraer. Tuvo un gran triunfo gracias a que ofreció estar del lado de los trabajadores. Pero no ha dudado en favorecer a los milmillonarios y atacar a la mayoría trabajadora. Ha logrado hacer mucho daño. Pero, si las tendencias se sostienen, es posible que el pueblo norteamericano consiga un importante avance progresista en las siguientes elecciones.
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