viernes, 30 de noviembre de 2012

Proteger en gramos; apertura en onzas.


Proteger en gramos; apertura en onzas.

Jorge Faljo

Hay una intensa batalla política y mediática en Canadá, con fuertes implicaciones comerciales y productivas no solo internas sino incluso en el plano internacional, originada en un hecho aparentemente menor. La reglamentación del tamaño de los frascos y latas de alimentos.

Ocurre que el gobierno federal del Canadá, en particular su ministro de agricultura, decidió, de manera ocurrente y sin consultas, eliminar el reglamento que establece los tamaños definidos en que es posible vender o transportar numerosos alimentos: de la salsa cátsup a la miel de maple, pasando por alimentos para bebé, frutas y verduras enlatadas o congeladas, carnes frías y otros. Es una reglamentación que exige que los envases de venta al público contengan pesos y volúmenes exactos, medidos en el sistema métrico decimal. 

Un par de ejemplos. Se puede vender mantequilla de cacahuate en envases de 250, 375, 500 o 750 gramos, o de 1, 1.5 o 2 kilos. Pero no sería posible vender 400 u 880 gramos. Se puede vender 750 o 1,000 gramos de miel, pero no 900. El transporte de frutas y verduras entre provincias debe hacerse en contenedores de no más de 50 kilos; excepto manzanas que pueden transportarse en contenedores de hasta 200 kilos.

¿Ridículo? No si nos atenemos a la respuesta que los agricultores, sindicatos, alcaldes y empresas procesadoras han dado a la propuesta del ministro de agricultura de eliminar toda esa reglamentación. La situación ha alineado a diversos actores en uno u otro bando: a favor o en contra de la desregulación de los envases.

Por un lado se encuentra el ministerio de agricultura, que desea facilitar las importaciones, que se enfrenta a las empresas procesadoras de alimentos y a los productores agropecuarios del país; conflicto que también se expresa como desacuerdo de varios alcaldes y gobernadores provinciales con el gobierno federal. Los inconformes señalan que la medida responde al interés de grandes empresas de los Estados Unidos que quieren expandir su mercado en Canadá.  Finalmente están los que levantan la bandera del beneficio de los consumidores, en contra de los que desean defender la producción y el empleo internos.

Heinz, una empresa productora de salsa cátsup, ha dicho que la medida es sorpresiva y obedece a presiones de las también transnacionales Campbells (productora de sopas) y Nestlé, la gran empresa mundial de alimentos, propietaria, entre otras de Gerber (alimentos para bebés). Estas últimas se han visto impedidas para vender sus productos en los empaques, en onzas, con que venden en los Estados Unidos.

Es decir que las reglas que determinan con exactitud el tamaño de los envases canadienses han operado como una barrera comercial no arancelaria a la entrada de importaciones alimentarias de las poderosas empresas de su frontera sur.

Uno de los que se oponen a la desregulación es el alcalde de Lemington, donde se ubica la procesadora de tomates Heinz, pues afirma que la libre entrada de salsa cátsup norteamericana llevará al cierre de esa empresa que es la principal fuente de empleo local. Peor aún, sin esa empresa los productores de tomate no tendrán a quien venderlo. En su opinión el cambio regulatorio destruirá su pequeña ciudad.

Los dos bandos encontrados están bien definidos. Para unos se trata de defender a los productores agropecuarios, empresas y trabajadores locales, así como el nivel de autosuficiencia alimentaria actual de su país. En su perspectiva la medida agravaría el déficit comercial alimentario del Canadá que en este momento alcanza los 6.5 mil millones de dólares anuales. Recuerdan también que desde el 2007 han cerrado 80 plantas procesadoras de alimentos canadienses con una pérdida de 13 mil puestos de trabajo industriales.

Del lado del gobierno federal se propuso un cambio regulatorio gradual, del 2013 al 2017, que daría tiempo a las empresas para ajustarse. Los opositores contestan que las empresas podrían sobrevivir redirigiendo sus inversiones fuera del país pero que los productores agropecuarios, los obreros y las comunidades no tienen esa opción.

El argumento fuerte a favor de la desregulación sería el bienestar de los consumidores canadienses. Según este, saldrían ganando al poder elegir entre una mayor variedad de presentaciones y marcas y, ahorrándose algunos centavos en cada compra. Se trata del típico argumento de las grandes empresas y los gobiernos neoliberales pues hasta el momento los consumidores del Canadá no se habían expresado.

Lo que hay en el fondo es la convicción gubernamental de que el libre comercio siempre es bueno y hay que impulsarlo pierda quien pierda, aunque sean los de casa. A final de cuentas a los perdedores se les llama ineficientes y con eso parece quedar moralmente justificada la destrucción de empleos y medios de vida.

Pero la batalla no ha terminado. De momento los opositores han obtenido el acuerdo de que los ministros de agricultura e industria tendrán reuniones con representantes de los agricultores, empresas y comunidades canadienses antes de publicar legalmente la desregulación. Su demanda central es que el gobierno realice un estudio de impacto de la medida. Eso por lo menos les daría tiempo para promover sus intereses entre los ciudadanos y evadir el factor sorpresa con el que contaban los neoliberales.

Serán los canadienses los que decidirán si desregulan o no. Es decir si continúan sacrificando a sus propias empresas, trabajadores y comunidades; llegaría en ese caso el turno de expulsar del mercado a sus productores de tomates, espárragos, miel de maple, alimentos para bebé y otros más. Tal vez no lo hagan si la población se da cuenta de a la destrucción de los pequeños sigue la de los medianos, luego la de los grandes y finalmente la de todos; hasta llegar a un Canadá de grandes monopolios y desempleo.

Finalmente habría que decir que independientemente de lo que ocurra allá, la experiencia canadiense es muy ilustrativa. Sobre todo para un nuevo gobierno mexicano que, a diferencia del que afortunadamente termina, pudiera pensar en proteger a los productores nacionales. Nos señala que incluso dentro del TLC hay márgenes de acción que, bien empleados, podrían plantear una importante diferencia a favor de nuestras gentes. 

jueves, 29 de noviembre de 2012

Por fin, el final. Después, quien sabe.


Por fin, el final. Después, quien sabe.

Jorge Faljo

Ya había escrito este artículo planteando que estamos ante un fin de sexenio feliz. Lo sería tan solo porque es el final; así, sin mayores argumentos, sin ninguna otra razón. Simplemente porque llegamos al término de un periodo aciago; doloroso, en el que durante seis años imitamos el caminar de los cangrejos en materia económica (desindustrialización y desempleo) y social (empobrecimiento e inseguridad).

Me adelantaba, en la primera versión de este artículo, al alivio de dejar de escuchar los interminables anuncios, peor que en campaña política, de los numerosos puentes construidos; del éxito en la lucha contra el crimen; de lo bien que deja al país, listo para el desarrollo. Una campaña mediática que bien resume la falsedad del sexenio.

Hasta ayer pensaba, bueno esto por fin se acabó. Pero Felipe de Jesús en su pataleo por llamar la atención nos deparó nuevas sorpresas. En primer lugar una amplia desgravación arancelaria que favorecerá las importaciones de países con los que no tenemos tratado de libre comercio. En particular China, con la que en el 2012 tendremos un déficit comercial de algo más de 40 mil millones de dólares.

Así, por decreto, sin consulta con el aparato productivo, los trabajadores o la administración entrante, el que se va decidió reducir aranceles a 480 productos; de los cuales 165 industriales y 315 agrícolas. Dado que la desgravación es unilateral el país no obtiene concesiones reciprocas equivalentes.

Esto ocurre cuando la siguiente administración habrá de negociar, en este próximo diciembre, el Acuerdo Estratégico Transpacifico de Asociación Económica. Es decir que Felipe deja sin cartas de negociación a los que llegan.

La medida traerá en lo inmediato una baja inflacionaria debido a la combinación de baja de aranceles y peso caro (es decir, dólar barato), con lo cual se deja asentada la impresión, desde la perspectiva de los consumidores, de que este sexenio termina bien.

No obstante desde el medio empresarial y académico se señala que dada la baja competitividad del grueso de la industria nacional, el incremento de la entrada de importaciones abaratadas resultará bastante dañino a la mayoría de las empresas. Es decir a las medianas y pequeñas que destacan en la generación de empleo. Una aportación más del empecinamiento neoliberal al proceso de desindustrialización y desempleo que ha caracterizado a los doce años de gobierno panista.

Algunas empresas se beneficiarán. Sobre todo las grandes que podrán utilizar insumos intermedios importados. ¿Traducirán estas empresas sus menores costos a los consumidores? Lo dudo.

Un segundo anuncio de importancia es el del hallazgo de otro superyacimiento petrolero en Tabasco. El mayor de los últimos diez años en tierra firme. Felipe de Jesús aclaró que todavía hay que hacer otras perforaciones para ver hasta donde llega el yacimiento; pero de momento adelantó la buena noticia.

Es curioso observar cómo en los últimos días del régimen se descubre tanto petróleo. Uno podría pensar que tiene que ver con otras noticias financieras que constituyen focos rojos.

Por un lado resulta que este año la inversión mexicana en el exterior superó por vez primera la entrada de inversión extranjera directa en México. Entre enero y septiembre salieron 16,374 millones de dólares -md-, 64 por ciento más que lo reportado el año anterior. Otros 7,278 md salieron como transferencias bancarias de particulares y en el renglón e errores y omisiones se reporta una salida de 12 mil md por canales no financieros.

Además las empresas extranjeras establecidas en México enviaron a sus matrices 4,160 md entre enero y septiembre, el monto más elevado para un periodo similar desde 1995. Algo más del doble que el año anterior. Finalmente está la venta, algunas en proceso todavía, de grandes empresas mexicanas (cervecería Modelo, Comex, Multipack, lácteos Santa Clara).

Todo apunta a la preferencia del capital mexicano y transnacional por invertir en el exterior; lo que deja la pregonada fortaleza financiera del país en manos de las, esas si importantes, entradas de capital financiero volátil. Y (corrección de último minuto) a un día de terminar el contrato anterior, se ha concretado la renovación de la línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional; componente fundamental del “blindaje financiero”. Lo que hasta este momento tenía a muchos en ascuas. 

En este contexto de señales inquietantes nada más oportuno, para un buen final del régimen, que anunciar al mundo el descubrimiento de grandes reservas petroleras que refuercen el atractivo del país para la inversión especulativa. De esta manera se concreta la transmisión de la papa caliente que la nueva administración parece estar dispuesta a recibir sin reservas. 

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Nota: si el artículo te parece bueno recomiendalo oprimiendo G+1, aquí abajito. 

jueves, 22 de noviembre de 2012


Europa contra la austeridad: caminos alternativos.

Jorge Faljo

Desespera observar cómo se hunde la población de Europa en una crisis interminable. Un camino de sufrimiento creciente salpicado de las declaraciones optimistas y huecas de sus líderes políticos. Meras maniobras dilatorias mientras aprietan las tuercas. Por otra parte crece el número de los que se radicalizan; es decir que quieren ir a la raíz del asunto.

El pasado miércoles 14 de noviembre millones de personas llevaron a cabo una jornada contra la austeridad en Europa.  España, Grecia, Italia y Portugal destacaron por la salida a la calle de manifestantes en gran número de sus ciudades, por la paralización del transporte, incluyendo centenares de vuelos, por el número de arrestados y por la violencia de los enfrentamientos. En otros países del continente también se llevaron a cabo centenares de medianos y pequeños actos de repudio a la austeridad, aunque sin la participación y el impacto de los primeros.

Este año la economía de Europa disminuyó en un 0.4 por ciento y el que será de casi estancamiento. Hay ya 25 millones de desempleados en el continente; y serán más. Pero la recesión no es pareja. La economía de Portugal cayó en un 12 por ciento; Grecia y España tienen desempleados a la cuarta parte de sus trabajadores y a más de la mitad de sus jóvenes. En Alemania el desempleo juvenil es del 8 por ciento.

El impacto desequilibrado no solo es internacional, sino dentro de cada país. Una recesión de “solo” un 0.4 por ciento no debe entenderse como una situación relativamente estática. Quiebra un gran número de empresas, mientras que otras pocas crecen y ocupan los espacios de mercado que las primeras abandonan. Quiebran las que generan más empleos y crecen las más ahorrativas en empleo, energía y uso de materias primas.

Mientras el segmento privilegiado se expande crece su poder y sus capacidades de negociación con los gobiernos y los trabajadores y puede obtener un tratamiento fiscal de privilegio y presionar más a sus trabajadores.

Mientras los menos competitivos quiebran, los de muy alta productividad despiden trabajadores o exigen, para conservarlos, disminuciones salariales, más horas de trabajo a la semana, menos pago por horas extras, más jornadas al año y reducciones de impuestos.

La semana pasada la empresa de automóviles Renault renegociaba el contrato de trabajo con su sindicato francés señalando que ya no le convenía debido a que en España podía pagar bastante menos. A los trabajadores españoles las empresas les recuerdan que ganan mucho más que los rumanos. Pero estos últimos tienen como ejemplo a seguir a los de Marruecos… y así, hasta el fondo del barril.

El caso es que en Europa se configura una clase de trabajadores industriales con la mayor productividad del mundo e ingresos cada vez más parecidos a los de países del tercer mundo. Para competir cada empresa debe exprimir más a sus trabajadores y pagar menos contribuciones al estado. Lo cual está secando el mercado, disminuyendo la demanda y llevando a la quiebra colectiva a las empresas periféricas; las que con mayor empleo generaban más demanda en el mercado.

Resulta muy claro que el interés de la empresa individual se enfrenta al interés de la colectividad. Solo pagando más salarios y más impuestos será posible que haya demanda suficiente para crecer y generar empleos.

Pocos días antes de las manifestaciones del 14 el Fondo Monetario Internacional advirtió que la austeridad se encontraba en serio riesgo de convertirse en política y socialmente insostenible, además de que amenazaba con crear otra ronda de recesiones alrededor del planeta y de impedir que los países pudieran pagar sus deudas públicas.

¿Puede la movilización social cambiar el rumbo de Europa? De momento la respuesta tiene que ser negativa. Los europeos cedieron demasiado y se encuentran demasiado lejos de la posibilidad de decidir en serio sobre sus propias políticas; es decir las que realmente cuentan.

Mientras ganaban en apariencias democráticas se les daba gato por liebre y en realidad se les escamoteaba, mediante acuerdos cupulares y tratados internacionales, su derecho a decidir sobre lo esencial: el mercado de mercancías y el mercado de dinero.

Españoles, portugueses, griegos o franceses no tienen derecho a exigirle a Alemania un intercambio equilibrado imponiendo cuotas y/o aranceles a las importaciones de su producción. Tan arraigada esta la mentalidad neocolonial que ni les pasa por la mente. Tendrían que recordar la campaña de Gandhi para que la India recuperara el derecho a producir sal o a protegerse de las importaciones de textiles ingleses que destruían su propia producción.

En cuanto al mercado de dinero están peor. Abandonaron sus propias monedas, perdieron sus bancos centrales y al de Europa lo dejaron en manos de financieros, sin representación de la industria, la agricultura ni los trabajadores. Es un banco que no le rinde cuentas al poder político.

Por mi parte creo que manifestarse contra la austeridad es demasiado abstracto. Hay que proponer políticas orientadas a construir control social en el mercado de mercancías y en el mercado de dinero desafiando a los poderes y leyes actuales.

Para empezar Grecia, Portugal y España deben establecer altos aranceles a las importaciones alemanas hasta conseguir un superávit que les permita primero no endeudarse y luego empezar a pagar a los banqueros alemanes.

Lo segundo es que desde sus gobiernos regionales y municipales deben poner en circulación medios de pago locales que sean complementarios del uso del euro para transacciones. Puede servirles de mucho revisar la experiencia argentina para mejorarla.

Con estos instrumentos las periferias podrían construir alternativas de producción y consumo empleando los recursos de que disponen en lugar de aceptar destruirlos. Serían bases para renegociar con Alemania una solución siguiendo la propuesta de Soros (ver artículo correspondiente en mi blog).

El camino será difícil y necesariamente innovador; pero no podrá ser peor de lo que las actuales tendencias le deparan a los europeos.
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Si te parecen bien mis artículos sigueme en mi blog, en facebook y/o en twitter (Jorge Faljor).

martes, 20 de noviembre de 2012

El Gran Empresariado Abandona el Barco


El Gran Empresariado Abandona el Barco

Jorge Faljo

Otro sexenio de empobrecimiento y horror llega a su fin sin que, lamentablemente, existan señales de corrección del rumbo.

Si bien en  otras circunstancias, en este caso de gran privilegio, pareciera que el empresariado productivo de México ha decidido seguir la pista de los millones de mexicanos a los que el modelo económico obligó a emigrar.

A escasos días del fin de esta administración se ha anunciado la venta de la empresa Comex, mexicana, a la norteamericana Sherwin Williams. La primera es una empresa muy conocida por sus tres mil 300 puntos de venta en todo el territorio nacional. Es la empresa líder en fabricación y venta, en su propia red de distribución, de pinturas, texturas, impermeabilizantes, recubrimientos industriales, tratamientos para madera y todo tipo de accesorios. Posición que se originó en sus capacidades de innovación tecnológica industrial.

Faltan algunos trámites administrativos ante las autoridades mexicanas, pero se da por hecho su adquisición por la empresa norteamericana en 2,340 millones de dólares (md) más solventar sus deudas. Otras transacciones similares fueron la venta de la cervecera modelo (fabricante de las marcas Corona, Negra Modelo, Victoria y Pacífico), la participación de la Comercial Mexicana en Costco por 980 millones y la de la lechera Santa Clara por 200 millones, también dólares en ambos casos.

Sumadas a otras transacciones menos sobresalientes las ventas de empresas mexicanas al extranjero ascendieron a 30 mil md. Un cierre con broche de oro para dos sexenios caracterizados por la promoción de estas ventas desde la secretaría de economía. En doce años la inversión extranjera directa –IED-, fue de 267 mil md; esta venta de patrimonio explica que el país cuente con reservas internacionales de 162 mil md.

En 2010 y 2011 la inversión extranjera directa en México sumó 39.6 mil md dentro de un total de 91.3 mil md en los que la diferencia fueron capitales financieros volátiles. De estos algo más de la mitad, 49.3 mil md ingresaron a las reservas internacionales como garantía de que cuando estos capitales deseen repatriarse el Banco de México contará con dólares para vendérselos al mejor precio posible. 

Para el capital extranjero el momento es muy propicio. Los Estados Unidos y Europa están generando grandes volúmenes de liquidez (antes se le llamaba imprimir dinero) con el objetivo de bajar las tasas de interés y reactivar el consumo y la inversión. En algunos países, como Alemania, Francia y China, los inversionistas pagan porque se les cuide el dinero. Operan a tasas de interés negativas porque los capitales están desesperados buscando inversiones seguras y evadiendo el riesgo. Así que fondos y grandes empresas de reconocida solvencia tienen una buena oportunidad de endeudarse a tasas muy baratas, cercanas a cero, y lanzarse a la conquista del tercer mundo sea con inversión financiera o compra de patrimonio productivo.

Aquí el gran empresariado productivo mexicano ha decidido aprovechar la circunstancia y emigrar de la esfera productiva hacia la especulación financiera. Internamente la situación es particularmente favorable; nos encontramos en pleno auge de dos burbujas que parecen haber llegado a su máximo de expansión: una ha inflado la bolsa de valores e incide en un alto valor de todas las grandes empresas (incluyendo la Comex, aunque no cotice); la segunda ha fortalecido al peso mucho más allá de la productividad y competitividad del país, gracias a la venta patrimonial. Es decir que no puede haber mejor momento para vender.

Soy un convencido de la sagacidad del gran capital mexicano, que en el pasado encabezó las estampídas financiera y que ahora, al convertirse de productivo a financiero, se coloca a solo un par de teclazos de computadora para emigrar al exterior. 

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Hacia un Nuevo Modelo Económico… en China


Hacia un Nuevo Modelo Económico… en China
Jorge Faljo

El 8 de noviembre inició el 18 Congreso del Partido Comunista Chino; un proceso donde habrán de dimitir, por razones de edad, siete de los nueve miembros del “Politburó”, el poderoso núcleo del Comité Central del partido. Eso incluye a los más altos dirigentes y equivaldría, en otros países a un cambio de presidente, vicepresidente y ministros.

Tal cambio reviste importancia mundial. China es el país más poblado del planeta con 1,330 millones de habitantes; el 19 por ciento de la humanidad. Es también la segunda potencia económica pero con un ritmo de crecimiento superior al de cualquier otro país; lo que lleva a muchos a pensar que llegará a desplazar a los Estados Unidos. Ocupa el primer lugar como país exportador y tiene la mayor acumulación de reservas internacionales. Unos 3.29 billones (millones de millones) producto de sus exportaciones (y no de deuda, o de rematar al país).

China cambia de gobierno, pero no a la manera norteamericana, mexicana o cualquier otra conocida. Al Congreso del partido gobernante acuden miles de delegados de todo el país pero las decisiones centrales, concretamente la selección de los nuevos líderes que gobernarán el país. Se sabe que lo decide la muy pequeña cúpula de los ancianos revolucionarios que aún sobreviven, o sus descendientes. Pero más allá de eso todos los procedimientos son altamente secretos.

Así que dejemos de lado su política y abordemos el asunto de su economía.
Al inaugurar este importante Congreso político el máximo dirigente chino anunció que China debe recalibrar su modelo de crecimiento basado en las exportaciones y la inversión productiva. Señaló que en respuesta a los cambios dentro del país e internacionales deben crear un nuevo modelo de crecimiento. Hay que señalar que ya otros dirigentes habían convocado a un cambio basado en el incremento del consumo interno. Un mensaje central fue que en los próximos diez años se duplicarían los ingresos reales de la población.

Los chinos son pragmáticos; en el último año se ha reducido su ritmo de crecimiento, usualmente cercano al 10 por ciento, a algo más del 7 por ciento anual. Eso se debe sobre todo a la disminución de sus exportaciones originada en la recesión en Europa y Japón y el bajo crecimiento norteamericano. Todo parece indicar que ese problema se va a agravar; Europa se hunde cada vez más y Estados Unidos se encuentra al borde de la recesión.

Así que si se dificultan las exportaciones y quieren seguir creciendo han decidido aumentar el ritmo de mejora del nivel de vida de su población. No que no lo hayan hecho antes. China sufrió unos treinta millones de muertos de hambre, literalmente, en los años sesenta. Ha evolucionado desde la pobreza más extrema y ha logrado sacar a su población de ese abismo aprovechando la globalización del planeta de manera inteligente y descarada. Para enojo de muchos otros países que se quejan de sus exportaciones sin reciprocidad; porque China exporta mucho más de lo que importa. Acumula enormes superávits en dólares y los presta a otros países, sobre todo los Estados Unidos, para que le compren más.

Pero, repito, la crisis mundial la obliga a cambiar y a procurar la elevación de la demanda interna. Reorientar su parte de su capacidad exportadora al consumo de su población requiere cambios substanciales. Los chinos son muy ahorrativos; casi el 40 por ciento de su ingreso no se lo gastan. Dos factores están en juego; uno es la memoria de la pasada pobreza; así que ahorran por miedo a lo que pueda ocurrir en el futuro. Lo segundo es la política de un solo hijo que los hace temer que en su vejez no cuenten con ayuda.

Así que conseguir que su población gaste más requiere dos cosas; una es incrementar aún más rápido los salarios reales. Lo segundo es crear seguridad desde el aparato público mediante un esquema de retiro y pagos a la vejez que les asegure que no caerán en la pobreza y, además, con un sistema de salud que les brinde buena atención en casos de enfermedad. Si la seguridad depende mayormente del estado y no de los hijos y los ahorros personales seguramente gastarán más.

Muchos consideran que se trata de buenas noticias. Los chinos exportarán menos (aunque seguirán haciéndolo todo lo posible) y comprarán más al resto del planeta; lo que posiblemente elevará los precios de las materias primas y alimentos. Tampoco son tan buenas porque su pragmatismo los lleva a comprar materias primas pero evitan importar productos elaborados pues prefieren crear empleo dentro de su país. Por otro lado están comprando tierras, minas y fuentes de materias primas en todo el planeta para, esencialmente comprar a sus propias empresas.

China se prepara a dar otro gran salto al dominio económico mundial en este caso sustentado en el mayor consumo y bienestar de su población.

¿Qué tienen ellos que nosotros no? No son más trabajadores, ni más listos, ni tenían hasta hace poco mejor tecnología. Lo que han hecho es que han decidido producir con todas sus capacidades. No solo con tecnologías de punta. Cierto que ahora tienen tecnologías de punta, pero no arrojan por la borda, no inutilizan los recursos productivos, tecnológicos, naturales o humanos que no son de punta. Producen con todo. Y ese simple “secreto” los ha llevado muy arriba.

Aquí una nueva fábrica con tecnología de punta lo que hace es desplazar a docenas, tal vez centenares de pequeños y medianos productores, porque el mercado no crece, no suben los salarios y abaratamos el dólar para importar hasta maíz. Así no saldremos de pobres. Habría que aprender de los chinos. 

viernes, 9 de noviembre de 2012

Elecciones Norteamericanas: de Fotografía


Elecciones Norteamericanas: de Fotografía

Jorge Faljo

En una de las elecciones más caras y reñidas de su historia Obama logró la reelección. Obtuvo el 50.4 por ciento de los votos contra el 48.1 por ciento del contrincante Romney.  Dado el peculiar sistema electoral norteamericano, donde todos los votos de un estado son para el ganador, su victoria en el Colegio Electoral parece alta: el presidente demócrata 332 votos y el republicano 206. Sin embargo el hecho es que en varios estados el final fue de película y el triunfo se obtuvo por márgenes muy pequeños.

Destacan como estados republicanos los del centro del país, rurales y más cercanos al fundamentalismo evangélico; como demócratas los estados más industrializados, populosos, económicamente más fuertes y de mayor diversidad étnica y cultural.

Un resultado electoral tan reñido hace destacar detalles que resultaron, a final de cuentas, decisivos y que en este caso, obligan a reconsiderar el panorama de las fuerzas políticas.

Obama no habría logrado el triunfo sin los siguientes tres puntos a su favor. El rescate de la industria del automóvil que le dio el voto de los trabajadores de la manufactura del noreste del país y lo coloca como campeón de la defensa de la industria norteamericana. Sin esos votos habría perdido Ohio y las elecciones. Romney en cambio se opuso a ese rescate y su imagen se asocia al despido de trabajadores y la exportación de empleos.

La amnistía a los estudiantes extranjeros para que pudieran permanecer en el país y continuar sus estudios favoreció sobre todo a hijos de migrantes mexicanos que llegaron desde pequeños a los Estados Unidos. Aunque Obama no cumplió su promesa de una reforma migratoria esta medida le bastó para que el 70 por ciento del voto “hispano” lo favoreciera. En varios estados destacó el activismo de esos estudiantes para convencer a otros latinos de votar en su favor. Sin ellos habría perdido Florida y tal vez otros estados. Romney cometió el error de menospreciar este sector.

El huracán Sandy le permitió a Obama mostrar dotes de estadista. Además resaltó la necesidad de una sociedad solidaria, dispuesta a la ayuda social y preocupada por el medio ambiente. Romney en cambio se había opuesto al fondo de ayudas de emergencia, había despreciado a los que se consideran con derechos a obtener ayudas inmerecidas y se asocia políticamente a grupos radicales que no creen en el cambio climático y en la necesidad de hacer algo al respecto.

Romney se asoció de manera indisoluble a un sector ultraderechista y obstinado que asustó a muchos votantes moderados o indecisos. Dos importantes candidatos republicanos se manifestaron en contra del aborto incluso en caso de violación y mostraron una gran ignorancia al decir, uno de ellos, que el embarazo no ocurría si la violación era “legitima” y la mujer no lo deseaba. El otro atribuyó el embarazo en esos casos a un deseo divino. Ambos perdieron y Romney perdió muchos votos femeninos.

La población que menos votos le dio a Obama fueron los hombres adultos blancos educados. Es decir el sector históricamente más poderoso en lo económico y político de la población. A cambio de ellos el presidente conquistó el voto latino, negro, femenino y el de los blancos menos educados. Con ellos llegó un nuevo equilibrio de fuerzas políticas que no podrá ser ignorado en adelante.

El resultado político no es contundente. Deja a los Estados Unidos en la misma trabazón política previa. Los demócratas controlan el senado y los republicanos la cámara de representantes; sin mayorías decisivas en ningún caso.

Lo más importante es que casi de inmediato la clase política norteamericana deberá enfrentar decisiones de enormes consecuencias. Estados Unidos tiene un elevado déficit fiscal que no ha podido ser controlado por las fuertes diferencias de enfoque entre demócratas y republicanos. Los primeros básicamente desean elevar los impuestos de los más ricos y preservar los derechos a la salud de la población de la tercera edad y otros gastos sociales. Los republicanos exigen la disminución del déficit sin elevar los impuestos; centrando la solución en la disminución del gasto social.

A falta de acuerdos dentro de dos meses entrarán en vigor medidas automáticas de disminución del déficit que implican una elevación generalizada de impuestos por alrededor de 500 mil millones de dólares. Formalmente se trata de la expiración de docenas de exenciones fiscales, buena parte de ellas favorables a los más ricos del país. También entran en operación recortes automáticos de gastos militares y de otras agencias del gobierno.

Todo el planeta y los Estados Unidos temen que las medidas automáticas, que disminuirían de manera importante el gasto de los consumidores y el del gobierno, arrojarían al país a una recesión (lo que afectaría de fuerte manera  las exportaciones y el empleo en México).

Tanto demócratas como republicanos han pintado su raya. Aunque Obama ganó la presidencia, los republicanos sostienen que tienen un mandato renovado de los votantes para no permitir la elevación de impuestos, ni siquiera los de los más ricos. Los demócratas afirman tener el compromiso de defender el derecho a la salud de la población de la tercera edad y otros gastos sociales.

No obstante, la mayor parte de los analistas políticos consideran que los demócratas llevan la de ganar porque les sería más fácil sobrellevar el costo político de no llegar a un acuerdo. Al entrar en vigor el alza general de impuestos el presidente podría enviar una propuesta al congreso para reducir los impuestos de la clase media, sin incluir a los más ricos, y eso colocaría en un problema a los republicanos. Si se atreven a oponerse por qué no se favorece a los más ricos podrían sufrir serías consecuencias políticas.

El hecho es que el partido republicano ha quedado endeble y enfrenta decisiones internas difíciles. Uno de sus sectores sigue sin estar dispuesto a la negociación; otro de ellos considera que perdieron por haberse hecho demasiado a la derecha y por falta de flexibilidad negociadora. Esto crea fuerzas internas tendientes a incrementar la distancia entre su “tea party” (partido anti impuestos) y los republicanos moderados.

Más allá del conflicto económico central otros resultados electorales, derivados de varios referendos y de las preferencias por ciertos candidatos, dan señales de la creciente liberalización de la población en aspectos de fuerte significación cultural. El voto femenino se mostró negativo a la propuesta de volver a criminalizar el aborto y en tres estados por vez primera se legalizó el matrimonio homosexual por voto popular.

Sin embargo uno de los cambios más significativos, destinado a hacer historia y que empieza a causar impacto mundial, aún pasa inadvertido para muchos. Se trata de que por primera vez en dos estados norteamericanos se legalizó plenamente el uso recreativo, es decir por diversión, de la mariguana. Ya se había aprobado su uso médico en varios estados, pero siempre bajo pretextos de salud, con receta y controlado. Ahora los ciudadanos de Colorado y de Washington decidieron por mayoría que su uso es plenamente legal.

Este es un paso mayor en la clara tendencia de la población norteamericana a aceptar su uso, sin más restricciones que las del alcohol. Diversos analistas consideran que los dos estados se están apuntando como proveedores internos de los consumidores norteamericanos, con importantes ganancias económicas, en empleo e impuestos. Lo cierto es que de momento esta decisión entra en conflicto con las leyes federales y todavía no es claro cómo se van a conciliar las dos posiciones en lo inmediato. Se conciliarán en los próximos años cuando, según se prevé los ciudadanos de otros estados vayan imponiendo su legalización.

En suma, los Estados Unidos por una parte parecen atascados en torno a la discusión sobre el rumbo de salida a la crisis económica y social que todavía arrastran. No obstante se puede tener cierto optimismo de que llegarán a resolver el empate optando por la defensa de su aparato productivo y empleo, la equidad económica y la solidaridad social.

Por otra parte las elecciones revelan una sociedad cambiante, más diversificada y tolerante, en la que grupos marginados, como los latinos, incrementan su poder político y la población se aleja de los dogmas puritanos. Parecen decir que este no tiene que ser un valle de lágrimas. Bien por ellos!

domingo, 4 de noviembre de 2012

Participación comunitaria en la soberanía y la seguridad alimentarias

Lo que sigue es una carta abierta de la Coordinadora de Consejos de Abasto Rural. La he colocado aquí porque es un tema de gran importancia y sigue vigente. He tenido que colocarla en cuatro fotos a pedazos. No quedó perfecta pero creo que es legible y se preserva el mensaje. JF






viernes, 2 de noviembre de 2012

El impacto político de Sandy


El impacto político de Sandy
Jorge Faljo
El noroeste de los Estados Unidos acaba de sufrir una gran catástrofe causada por Sandy, la peor tormenta en la historia de la región. La destrucción ha sido inmensa y conmocionan los videos y fotos de barrios destruidos, el metro inundado, la montaña rusa de un histórico parque de diversiones arrojada al mar. Pasarán semanas antes de que se reactive totalmente el sistema de transporte y el comercio. Se calcula que los daños materiales ascienden a unos 50 mil millones de dólares. Sin embargo el mero recuento de la destrucción material nos dice poco sobre el sufrir de la población.
Cuatro días después quedaban 1.7 millones de hogares y 3.3 millones de personas sin electricidad. En su mayoría sin calefacción y muchos sin agua o drenaje funcional. No solo los carentes de electricidad, sino muchos otros agotaron los alimentos de disponían y se encuentran en espera de ayuda. Es decir que millones pasan frio y hambre. Incluso en los grandes edificios de Manhattan hay gente aislada: ancianos que no pueden salir a surtirse de medicinas o alimentos porque no funcionan los elevadores, el transporte público y el pequeño comercio.
Las historias de este tipo impactan al resto de la población y están incidiendo en su visión política. Aquí habría que diferenciar entre el impacto inmediato en el proceso electoral, que parece limitado, y su incidencia de mediano y largo plazo.
A nivel inmediato no se modifica notablemente el ánimo electoral porque la responsabilidad de hacer frente a la emergencia se encuentra muy compartida entre, por un lado, el presidente demócrata y, por otra parte, el gobernador de Nueva Jersey y el alcalde de Nueva York que son republicanos. Todos han hecho a un lado diferencias partidarias y han mostrado un fuerte deseo y capacidad de cooperación. Otra actitud sería deleznable y sin duda la castigaría el electorado.
No obstante la emergencia provoca cambios de percepción política profundos en dos temas fundamentales: el cambio climático y la seguridad nacional.
Andrew Cuomo, gobernador del estado de Nueva York, sintetiza el nuevo sentir de muchos al decir que cualquiera que piense que no hay cambio en los patrones climáticos esta negando la realidad.
Mucho más significativo ha sido que Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, dijera que el clima esta cambiando. Evitó repartir culpas y fue prudente al señalar que no sabía si la tormenta se debía o no al calentamiento global. No obstante dijo que el solo riesgo de que así fuera es suficiente para actuar y por eso votará por Obama; para contar con un presidente líder en materia de cambio climático. Este apoyo es dramático y sorprendente debido a su anterior  distancia del actual presidente y a que es uno de los diez hombres más ricos de los Estados Unidos. Es decir que no vota de acuerdo a su interés financiero inmediato, sino a un interés que plantea como superior.
Sandy, la tormenta, ha disparado en los medios norteamericanos el interés y la discusión sobre el cambio climático y el calentamiento global. Asuntos que prácticamente se encontraban fuera de la visión pública y la agenda política. Uno de sus efectos es dejar al descubierto la falta de preparación norteamericana para estos desastres.
Desde las más altas esferas se habla de la necesidad de que Nueva York y otras ciudades costeras se preparen de una u otra manera. Pueden, por ejemplo, establecer barreras anti marejadas, como las que existen en Holanda; una infraestructura interna de diques y control del agua o, por lo menos, elevar el nivel de las entradas al metro, de muchas banquetas, mejorar el sistema de desagüe y contar con fuentes de energía de emergencia.
Los costos en infraestructura, según el tipo de proyecto y sus proponentes, pueden ascender a los 15 mil millones de dólares. Cifra que en cualquier otro momento sonaría estruendosamente cara pero que no es, señalan, sino la tercera parte de lo que costará recuperarse de este evento.
Pero la infraestructura no es todo; se requiere una mucho mejor red de protección social para áreas y pobladores vulnerables. No se trata tan solo de casas inundadas y elevadores que no funcionan; sino de poder atender con alimentos, ropa, calefacción, medicinas y refugios de emergencia a millones. Se requiere también de proporcionar ingresos inmediatos, con mínimo papeleo, a los muchos que viven al día y para los que perder el ingreso de todo un mes implica graves problemas familiares en los que ancianos y niños sobre todo pueden ser muy afectados.
Sandy está alterando la percepción de lo que es seguridad nacional. Diversas voces señalan que si parte de los miles de millones de dólares gastados en la lucha contra el terrorismo se hubieran destinado a la seguridad interna en forma de infraestructura y protección social el problema actual sería realmente mínimo.
Así que esta tormenta contribuye a modificar dos percepciones importantes. Erosiona la visión de la derecha cristiana fundamentalista cuya interpretación bíblica define como imposible que el ser humano pueda deteriorar el planeta que recibió como regalo divino. Transforma, además, el sentido de lo que es seguridad nacional restando importancia a los esfuerzos bélicos para centrarse en las amenazas naturales y el bienestar social. Los dos cambios le restan peso a argumentos de la extrema derecha norteamericana.
Con tan poco tiempo antes de las elecciones presidenciales norteamericanas no se puede decir que Sandy vaya a tener una influencia inmediata y decidida. Si la tiene no sería a favor de Romney que hace un par de años se mostró en contra del gasto en medidas preventivas de desastres y ahora, obviamente se manifiesta a favor. Uno más de sus muchos virajes. 
Incida o no en las elecciones en puerta esta tormenta obliga a los norteamericanos a una reflexión de fondo sobre sus prioridades en gasto público y sobre la relación entre el ser humano y el mundo. Esperemos que sea para bien.

El Modelo Económico de Carstens


El Modelo Económico de Carstens
Jorge Faljo
Nutridos aplausos se ganó Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, el pasado 30 de octubre en un seminario organizado por la agencia calificadora Fitch Ratings. Sus declaraciones apuntan a la continuidad de la estrategia económica; un paquete que la actual administración le trata de entregar bien amarrado a la siguiente.
Básicamente lo que el gobernador dijo es que el actual nivel de inflación rebasa lo deseables y Banxico podría incrementar próximamente la tasa de interés de referencia por arriba del actual 4.5 por ciento. La causa principal de su preocupación es que la inflación “podría estar afectando los salarios”. No se refiere a que le importe la disminución del poder de compra de los trabajadores sino a lo contrario. Le preocupa que se hayan dado algunos incrementos salariales cercanos al 5 por ciento, lo cual es, desde su punto de vista, alto.
Añadió que el tipo de cambio todavía tiene un buen potencial de apreciación por las reservas que se tienen y se ubican por encima de los niveles de deuda gubernamental, además de que se analiza con el Fondo Monetario Internacional la renovación de la línea de crédito flexible, lo que fortalecería aún más al peso. Estimó que el país puede crecer a tasas de más de seis por ciento pero se necesita transitar hacia lo que llamó, sin mayor aclaración “las reformas”.
No exagero si afirmo que estas son muy posiblemente las más importantes declaraciones sobre política económica en la actual transición entre una administración y la siguiente. Se hacen, como acostumbra Banxico, intentando pasar inadvertidas, evitando la polémica, dirigidas a un público selecto y en el lenguaje de los entendidos. Pero Carstens se ha dirigido al capital financiero internacional, en el seno de uno de sus más poderosos instrumentos organizativos, una de las cuatro grandes agencias calificadoras del planeta, para comprometerse a la continuidad del modelo económico de México. Ni más ni menos.
Permítame amable lector descifrar lo dicho por Carstens.
Su preocupación por la inflación es el preámbulo al anuncio de una muy posible elevación de las tasas de interés. Banxico las mantiene muy por arriba de las tasas internacionales. En Estados Unidos se encuentra en el 0.25 por ciento y en otros países son muy cercanas a cero. Así que la tasa de referencia mexicana de 4.5 por ciento resulta muy atractiva a los grandes capitales financieros; siempre y cuando no haya peligro de devaluación. Por eso el gobernador del banco central añade que el peso tiene potencial de apreciación.
Lo último es un mensaje importante al capital financiero mundial porque la mayoría de los países implementan estrategias devaluatorias que les permitan adquirir competitividad cambiaria y así disminuir importaciones e incrementar sus exportaciones. Carstens ofrece lo contrario; permitir una mayor sobrevaluación del peso basada en la atracción de capitales financieros que recibirían el doble premio de una tasa de interés atractiva y de la revaluación del peso.
Culpa de la inflación a los trabajadores, a los ingresos de la gran mayoría y con ello logra desviar la atención de la verdadera fuente de inflación que son precisamente las entradas de capitales externos. Expresa con fuerza que Banxico no está dispuesto a tolerar incrementos salariales de un 5 por ciento. Eso a pesar de que el ingreso real de los trabajadores no rebasa hoy en día más allá del 24 por ciento de los ingresos reales de 1980. Si acaso este país instrumentara un incremento del salario mínimo real de 12 por ciento efectivo durante los siguientes 12 años llegaríamos en el año 2025 a un salario equivalente al de 1980 ¡45 años después!
En este modelo el combate a la inflación se hace apretando el cinturón de los trabajadores para disminuir el consumo y elevando las tasas de interés que pagan las clases medias y el empresariado productivo. Además se abarata el dólar para favorecer la entrada de importaciones. No hay aquí una propuesta de fortalecimiento de la producción orientada al consumo mayoritario. Si habla de crecimiento posible se refiere a la exportación que, supuestamente, sería competitiva sobre la base de salarios cada vez más bajos, como en los últimos treinta años.
La propuesta de Carstens al capital internacional es de alto riesgo en más de un sentido. Compromete a la próxima administración a la continuidad del modelo económico que ha postrado al país, que limita el crecimiento, impide la generación de puestos de trabajo; deteriora la dignidad de los empleos existentes y nos empobrece. Eso a pesar de que si de algo no cabe duda es de que el pueblo de México votó por un cambio.
Ofrece condiciones para una apreciación temporal del peso pero es dudoso que esta sea sostenible. Una de las primeras dificultades es que está a punto de agotarse, al final de este sexenio, la línea de crédito flexible y que aún se encuentra en negociación una posible, pero no segura, renovación de la misma con el Fondo Monetario Internacional. Es posible que sea esto lo que pone nervioso a Carstens y lo lleva a buscar razones para elevar la tasa de interés y fortalecer el atractivo del país para el capital financiero.
Es muy posible que esta administración logre entregar la estafeta sexenal con un peso fuerte y buenas relaciones con el capital internacional al que le promete la continuidad del modelo. ¿Es eso lo más conveniente para la siguiente administración? ¿Esta dispuesta a este compromiso?
Creo que cometerá un grave error si lo acepta pues se embarca en seis años más de lo mismo y enteramente dependiente de las veleidades del gran capital. Nada sería peor para a gobernabilidad del país que ese trato, de enorme costo para nuestro pueblo y para la empresa productiva, sea a final de cuentas, digamos a mediados de sexenio, roto por su principal beneficiario, el capital financiero. 

Por un México Social


Por un México Social
Jorge Faljo
Otros países cuentan con sus procesos electorales para determinar con adecuada precisión el rumbo que habrán de tomar en los siguientes años. En ellos se pulsa  la opinión ciudadana mediante campañas políticas, la exposición y discusión abierta de estrategias y planes de trabajo, y la necesaria adecuación del discurso político al sentimiento social. Así se afinan las grandes propuestas correspondientes a los temas fundamentales de la vida nacional y es finalmente el voto ciudadano el que elige la más convincente.
Podrá haber ganadores y perdedores en toda lid electoral; lo importante es que el conjunto de la sociedad reconoce que el proceso transcurrió de buena manera y que la propuesta ganadora debe ser la instrumentada porque recibió el voto mayoritario.
Aunque ningún proceso electoral es perfecto el nuestro parece particularmente alejado del ideal.
Los candidatos retomaron la demanda social central: la necesidad de cambios. Alimentaron así las esperanzas de la mayoría de la población pero no definieron, ninguno de ellos, con suficiente claridad y detalle su visión sobre lo que son los grandes objetivos nacionales, por lo menos los de su administración, y la manera en que conseguirían cumplirlos. Más bien tuvimos un concurso de personalidades encubriendo las luchas de grupos de poder bajo lenguajes de poca claridad y capacidad analítica.
No quiero dar a entender que nuestra sociedad se encuentra en una actitud de espera pasiva. Creo lo contrario. Ya quedó claro con el asunto de la reforma estructural laboral que lo electoral no definió un nuevo poder monolítico, que pueda establecer su voluntad a rajatabla. Se creó, eso si, un nuevo equilibrio de fuerzas, pero en el espacio mediático, en el Congreso y en toda la sociedad sigue existiendo por lo menos el derecho de pataleo.
Seguimos teniendo una población viva, un juego político que puede deparar sorpresas y, sobre todo, se prosigue en la permanente labor de definir el rumbo del país. Tenemos, incluso más que antes, una sociedad que exige eficacia para que los resultados de la acción pública correspondan a lo que se ofrece.
Es en este contexto que un grupo de la más destacada intelectualidad del país se reunió durante tres días de intensa reflexión, en el coloquio “Globalización, Crisis y más allá: por un México Social” y que a resultas del mismos firmaron una carta abierta dirigida al C. Presidente Electo de México y a los Legisladores del H. Congreso de la Unión. Sintetizo en adelante lo que me parece más relevante de la Carta.
Su propósito explicito es solicitar a los poderes ejecutivo y legislativo construir un amplio proceso de diálogo en el que se puedan confrontar distintas ideas sobre el desarrollo, la política y la justicia sociales para consensar las mejores propuestas para erradicar el hambre, reducir la desigualdad y la pobreza y erigir un sistema efectivo de protección social universal.
Para ellos ese dialogo debería iniciarse de inmediato y ser coordinado por las comisiones de Programación y Presupuesto, Hacienda y Desarrollo Social, de ambas Cámaras Legislativas, con el fin de que sus conclusiones puedan incorporarse en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal del 2013 y la formulación del Plan Nacional de Desarrollo 2012 – 2018.
Es decir que los firmantes consideran que faltan por abordar definiciones estratégicas centrales para la vida nacional, que urge hacerlo y que no pueden plantearse como mero ejercicio filosófico sino para su traducción en acción gubernamental inmediata y a lo largo del siguiente sexenio.
Los firmantes nos recuerdan que existen, y de hecho en el coloquio se presentaron, propuestas bien sustentadas orientadas a asuntos de la mayor relevancia nacional. Destaco los tres que me parecen más significativos:
·         Construir una economía generadora de empleo digno como eje de una estrategia viable de superación de la pobreza.
·         Establecer un auténtico sistema nacional de salud con cobertura universal.
·         Revisar y recuperar el sentido constitucional del salario mínimo y diseñar nuevos mecanismos distributivos.
·         Crear un nuevo sistema de seguridad alimentaria que refuerce los programas existentes y reorganice las estructuras del abasto popular.
Se trata, en suma, de construir lo que los firmantes llaman un Estado Social de Derechos, democrático y promotor de la integración y la cohesión social.
El eje de la carta es la preocupación porque nuestra economía sigue siendo incapaz de crecer y de generar empleos dignos. De 50 millones de trabajadores dos terceras partes no tienen acceso a la seguridad social. Hay un 60 por ciento de mexicanos en la informalidad. El salario mínimo vigente se ubica en un nivel de pobreza.
La edificación de un México social requiere prestar atención central a la creación de empleos, recuperar la calidad de las ocupaciones, mejorar las remuneraciones y la protección social. Para ello es indispensable un activo papel del estado en hacer efectivos los derechos centrales. Lo que a su vez demanda una reforma hacendaria integral donde la política fiscal sea parte constitutiva de la política social.
La Carta señala otros retos como las bajas estimaciones de crecimiento para el 2013, el escenario internacional de incremento de precios de los alimentos y una economía mundial inestable, en estancamiento e incluso con alto riesgo de recesión.
La flor y nata de nuestra intelectualidad señala lo que en mi opinión son problemas fundamentales y a la necesidad de un debate a fondo, convocado y liderado desde el más alto nivel de los nuevos servidores públicos.
Nos recuerdan que no partiríamos de cero; existen propuestas bien desarrolladas y viables. Lo que no es admisible es pensar que no hay soluciones. Habiendo voluntad política, que sería reflejo adecuado del sentir social, es posible superar nuestra actual situación. Nos encontramos en una peligrosa deriva debido sobre todo a un Estado ausente, despreocupado de lo esencial. Esto es lo que debe cambiar de inmediato.
Necesitamos una nueva claridad sobre el rumbo nacional; no nos la dio el proceso electoral pero puede surgir de una reflexión de fondo.
Creo que de otra manera seguiríamos en este juego del avestruz en el que a pesar de todas las señales preferimos enterrar la cabeza bajo tierra para no ver como la economía mundial se desmorona. País tras país, como si fueran fichas de dominó alineadas en la que cada una empuja y derrumba a la siguiente, les ha tocado sufrir golpes a las economías norteamericana, de Irlanda, Portugal, Grecia, España y toda Europa.
Las recientes noticias del desempleo en España, que ya llega a más del 25 por ciento, unos seis millones de personas y la creciente indignación del pueblo nos debe hacer reflexionar con urgencia. Sobre todo después de Túnez, Libia, Egipto, Yemen, Siria.
Este país presume de su alto nivel de globalización.  No somos una isla aparte y no estamos protegidos de ese gigantesco maremoto económico y social. Menos con nuestros niveles de pobreza y hambre, de desempleo, de criminalidad y desesperanza.
Nos encontramos bien anclados dentro de la misma estrategia autodestructiva; aunque afortunadamente todavia en una fase del ciclo previa a la de máxima destrucción en la que vive Grecia desde hace cuatro años.
Se acercan tiempos muy difíciles y tenemos muy poco tiempo para protegernos; para realmente blindarnos mediante estrategias de empleo e ingreso dignos asociados a la protección decidida de nuestra economía y la reactivación del aparato productivo convencional. Existen enormes capacidades productivas subutilizadas o incluso inutilizadas, pero reactivables con los arreglos apropiados en política social, regulación del mercado y organización de productores y consumidores.