jueves, 29 de noviembre de 2012

Por fin, el final. Después, quien sabe.


Por fin, el final. Después, quien sabe.

Jorge Faljo

Ya había escrito este artículo planteando que estamos ante un fin de sexenio feliz. Lo sería tan solo porque es el final; así, sin mayores argumentos, sin ninguna otra razón. Simplemente porque llegamos al término de un periodo aciago; doloroso, en el que durante seis años imitamos el caminar de los cangrejos en materia económica (desindustrialización y desempleo) y social (empobrecimiento e inseguridad).

Me adelantaba, en la primera versión de este artículo, al alivio de dejar de escuchar los interminables anuncios, peor que en campaña política, de los numerosos puentes construidos; del éxito en la lucha contra el crimen; de lo bien que deja al país, listo para el desarrollo. Una campaña mediática que bien resume la falsedad del sexenio.

Hasta ayer pensaba, bueno esto por fin se acabó. Pero Felipe de Jesús en su pataleo por llamar la atención nos deparó nuevas sorpresas. En primer lugar una amplia desgravación arancelaria que favorecerá las importaciones de países con los que no tenemos tratado de libre comercio. En particular China, con la que en el 2012 tendremos un déficit comercial de algo más de 40 mil millones de dólares.

Así, por decreto, sin consulta con el aparato productivo, los trabajadores o la administración entrante, el que se va decidió reducir aranceles a 480 productos; de los cuales 165 industriales y 315 agrícolas. Dado que la desgravación es unilateral el país no obtiene concesiones reciprocas equivalentes.

Esto ocurre cuando la siguiente administración habrá de negociar, en este próximo diciembre, el Acuerdo Estratégico Transpacifico de Asociación Económica. Es decir que Felipe deja sin cartas de negociación a los que llegan.

La medida traerá en lo inmediato una baja inflacionaria debido a la combinación de baja de aranceles y peso caro (es decir, dólar barato), con lo cual se deja asentada la impresión, desde la perspectiva de los consumidores, de que este sexenio termina bien.

No obstante desde el medio empresarial y académico se señala que dada la baja competitividad del grueso de la industria nacional, el incremento de la entrada de importaciones abaratadas resultará bastante dañino a la mayoría de las empresas. Es decir a las medianas y pequeñas que destacan en la generación de empleo. Una aportación más del empecinamiento neoliberal al proceso de desindustrialización y desempleo que ha caracterizado a los doce años de gobierno panista.

Algunas empresas se beneficiarán. Sobre todo las grandes que podrán utilizar insumos intermedios importados. ¿Traducirán estas empresas sus menores costos a los consumidores? Lo dudo.

Un segundo anuncio de importancia es el del hallazgo de otro superyacimiento petrolero en Tabasco. El mayor de los últimos diez años en tierra firme. Felipe de Jesús aclaró que todavía hay que hacer otras perforaciones para ver hasta donde llega el yacimiento; pero de momento adelantó la buena noticia.

Es curioso observar cómo en los últimos días del régimen se descubre tanto petróleo. Uno podría pensar que tiene que ver con otras noticias financieras que constituyen focos rojos.

Por un lado resulta que este año la inversión mexicana en el exterior superó por vez primera la entrada de inversión extranjera directa en México. Entre enero y septiembre salieron 16,374 millones de dólares -md-, 64 por ciento más que lo reportado el año anterior. Otros 7,278 md salieron como transferencias bancarias de particulares y en el renglón e errores y omisiones se reporta una salida de 12 mil md por canales no financieros.

Además las empresas extranjeras establecidas en México enviaron a sus matrices 4,160 md entre enero y septiembre, el monto más elevado para un periodo similar desde 1995. Algo más del doble que el año anterior. Finalmente está la venta, algunas en proceso todavía, de grandes empresas mexicanas (cervecería Modelo, Comex, Multipack, lácteos Santa Clara).

Todo apunta a la preferencia del capital mexicano y transnacional por invertir en el exterior; lo que deja la pregonada fortaleza financiera del país en manos de las, esas si importantes, entradas de capital financiero volátil. Y (corrección de último minuto) a un día de terminar el contrato anterior, se ha concretado la renovación de la línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional; componente fundamental del “blindaje financiero”. Lo que hasta este momento tenía a muchos en ascuas. 

En este contexto de señales inquietantes nada más oportuno, para un buen final del régimen, que anunciar al mundo el descubrimiento de grandes reservas petroleras que refuercen el atractivo del país para la inversión especulativa. De esta manera se concreta la transmisión de la papa caliente que la nueva administración parece estar dispuesta a recibir sin reservas. 

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Nota: si el artículo te parece bueno recomiendalo oprimiendo G+1, aquí abajito. 

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