lunes, 22 de junio de 2015

El Payaso Millonario

Faljoritmo

Jorge Faljo

Donald Trump se ha incluido formalmente en la carrera para ser presidente de los Estados Unidos. Lo que significa que se ha logrado colar en la lista de los diez precandidatos republicanos que participarán en el primer debate electoral dentro del proceso de selección. No tiene más cualidades que las de ser muy rico y famoso; pero estas parecen ser suficientes, lo que es en sí mismo bastante significativo. No se puede aspirar a participar en política a ese nivel si no se cuenta con realmente mucho dinero.

De acuerdo a su personalidad y costumbres Trump se lanzó a la carrera presidencial con un discurso controvertido, que llamó la atención por su megalomanía, sus faltas a lo políticamente correcto y que en el caso de los inmigrantes fue ofensivo. Un discurso que por otra parte también tiene una buena dosis de humorismo involuntario y les da bastante leña a los comentaristas satíricos de la tele norteamericana. Algún periódico lo colocó en primera plana con nariz roja y maquillado como payaso. Tal vez esta sea su definición política.

Sobre nuestro país declaró: “México manda a su gente pero no manda lo mejor. (…) Están trayendo sus problemas para acá, drogas, crimen y a sus violadores. Aunque asumo que algunos son buena gente”.

Su declaración refleja una buena dosis de paranoia; eso de que los mexicanos son enviados da la impresión de un plan destinado a hacerles daño. Después de la ofensa general se cubrió las espaldas “asumiendo”, es decir por pura amabilidad, que algunos serían buenas gentes.

Tal declaración generó múltiples respuestas de las organizaciones chicanas, la principal de las cuales lo llamó tonto. Otros políticos inmediatamente señalaron que no comparten sus prejuicios. Desde luego nuestras autoridades se apresuraron a contradecirlo. El secretario de relaciones exteriores lo calificó de ignorante y el subsecretario Alcocer hizo un discurso con muchas cifras sobre la aportación económica de 33 millones de migrantes y sus descendientes en los Estados Unidos, las 570 mil empresas propiedad de migrantes y su aportación al producto norteamericano.

Hasta el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, declaró su solidaridad al señalar que una ofensa a los mexicanos lo es también para los venezolanos.

Así que Trump logró lo que quería; entrar a la carrera presidencial armando un gran circo, llamando la atención y siendo el pre candidato más comentado. Al menos por unos días.

“El Donaldo”, como lo bautizó una de sus ex esposas, una modelo checoeslovaca que no dominaba completamente el inglés, está enojado con México. Allá por el 2007 patrocinó la construcción y venta de un conjunto de condominios de lujo frente a una linda playa. En una presentación del proyecto, dos torres con servicios de hotelería de playa, logró vender, en unas horas, departamentos por 128 millones de dólares. La construcción estaba en la obra negra de una torre cuando llegó el vendaval de la crisis inmobiliaria norteamericana y los inversionistas y financieros abandonaron el proyecto. Así que no había dinero para regresar los 32 millones de dólares de enganches recibidos.

Trump fue demandado en una corte norteamericana por los compradores. Sin embargo, Trump no había invertido en el proyecto, solo había vendido su nombre. Según él lo explica vende su nombre para patrocinar desarrollos inmobiliarios en alrededor de cuatro millones de dólares por caso. A cambio se compromete a dos días de trabajo, de seis horas cada uno, para estar en persona en eventos de promoción y permite el uso de su nombre y fotos.

En el caso del condominio de Tijuana Trump se vio obligado a resarcir a los compradores de su dinero personal. Lo que no le gustó nadita.

Trump es una marca de lujo en bienes raíces y en muchos otros productos; ese ha sido el gran éxito de Donaldo. Ese nombre lleva la famosa torre Trump de Nueva York, en la que todavía posee el pent house; también se encuentra en hoteles, campos de golf, casinos, perfumes, agua embotellada, una línea aérea, muebles, chocolates y te. Su imagen de hombre maduro, güero al extremo de parecer albino, es reconocida en todos lados.

Sus proyectos no siempre tienen éxito y en varias ocasiones han ido a la quiebra. Solo que quiebran las empresas y su responsabilidad es limitada; al parecer los que pierden son los inversionistas. Trump sabe separar y proteger su fortuna personal.

Es un hombre pragmático y de negocios; su discurso como precandidato fue prácticamente una promoción de su marca. Dijo, por ejemplo, que Obama al retirarse sería bien recibido en uno de sus campos de golf y mencionó que tenía 15, entre ellos uno cercano al capitolio. Presumió que con sus alrededor de 8 mil millones de dólares no necesita donativos, él se pagará su campaña.

Su oferta de campaña es defender a los Estados Unidos de los males que le llegan de fuera y traer de regreso los empleos que le han arrebatado países como China y México. Respecto a su vecino del sur, nosotros, planea construir un gran muro “y que lo pague México”. También destruirá Isil, la nueva república islámica del medio oriente. Pondrá a buenos negociadores, como el mismo, al frente del gobierno y en todos los tratos con el exterior.

La contribución de Trump a la carrera presidencial será darle color; sino es que convertirla en circo en sus inicios y hasta que quede fuera. Actuará como provocador y eso pondrá a prueba a los demás pre candidatos, que se verán obligados a reaccionar ante sus caricaturas de realidad.

Adelanta que si no gana la presidencia de cualquier modo será el candidato de mayor éxito que haya habido; su fortuna de alrededor de 8 mil millones de dólares lo comprueba. Creo que en sus cálculos lo importante es impulsar su propia marca; una marca dirigida a las elites a las que su discurso bruto sabe acariciar.

1 comentario:

  1. Sr. Faljo lo felicitó por su amable artículo relacionado a Donald Trumh, y bueno por lo comentado vemos lo importante del pensamiento de éste señor, como un representante de muchos otros norteamericanos que estarán de acuerdo con él, no olvidar el racismo existente de éste país vecino de nosotros. En lo personal repruebo las expresiones tornadas a México, pero hay buena parte de cierto de los comentarios de Donald Trumph, aunque duela decirlo. Yo creo, más bien lo afirmó, que también nosotros los mexicanos estamos renuentes de ver que inmigrantes ganen ofertas de trabajo a nuestros paisanos, hay que vernos al reverso de la moneda, el cristal también puede convertirse en un espejo. Y con este candidato estadounidense también le siguen otros con las mismas ideas, así que no solo hay un payaso norteamericano, por lo cual nosotros los mexicanos debemos actuar para estar preparados por si acaso algunos de ellos llegan estar al frente de su país, no obstante esto, dios quiera nos siga iluminando San Martín de Porres. Saludos cordiales

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